Un gran estruendo sobresaltó a los vecinos de Huelin el martes por la noche, por lo que muchos, alarmados, se asomaron inmediatamente a los balcones para comprobar de dónde procedía aquel ruido similar al de una explosión. Un gran caño de aguas fecales emergía con una fuerza inusitada desde la mediana del paseo marítimo Antonio Machado, cerca del parque Huelin. El reventón de una tubería de saneamiento sembró el caos durante dos horas en el paseo de Poniente, que quedó inundado por las aguas residuales, lo que provocó que estuviera cortado al tráfico durante casi dos horas. Anoche, sobre las 21 horas, el incidente volvió a repetirse en el mismo punto y anegó otra vez el paseo.
El primer incidente se produjo sobre las 22.10 del martes. La presión hizo saltar por los aires la mediana que separa las calzadas del paseo. El caño de agua llegó a alcanzar más de tres metros de altura, según relataron a este periódico algunos vecinos, e inundó rápidamente la avenida. A continuación, un intenso y nauseabundo hedor se instaló en toda la zona.
Como un géiser negro
Los conductores, que se vieron sorprendidos en medio del reventón de la tubería, intentaron salir como pudieron del enorme caos que se organizó en pocos minutos. Agentes de la Policía Local que se personaron en el lugar trataron de poner orden en el tráfico, que tuvo que ser cortado por espacio de casi dos horas, según explicaron fuentes del cuerpo.
Entre los conductores que se vieron afectados por el incidente de la tubería se encontraba Luis Bravo, que a esa hora circulaba por el paseo a la altura del hotel Monte Málaga en dirección Torremolinos. «Estaba en el semáforo que hay en la rotonda cuando escuché un ruido muy fuerte y un temblor. A unos cien metros, ví que salía de la mediana del centro de la calzada un caño enorme, como si fuera un géiser negro, una ola negra de tres o cuatro metros de altura. Empezó a inundarse todo. Los coches paramos en seco», explicó.
La confusión de los conductores que no sabían qué hacer con sus vehículos se unió a la de muchos peatones que paseaban por la zona en ese momento. «Yo pude salir por la vía de servicio, mientras que otros coches intentaban dar marcha atrás. Había también bastante gente corriendo. El olor era asqueroso. Llegué a Alhaurín y lo tenía todavía en el coche y eso que la ola de aguas fecales no me llegó a salpicar», añade Luis Bravo.
El hedor obligó a cerrar a cal y canto las ventanas de los edificios próximos. «Estábamos viendo la tele cuando escuchamos como una explosión. Nos asomamos a la ventana, pero no veíamos nada porque desde nuestro piso no se ve el paseo marítimo. Luego vino muy mal olor y tuvimos que cerrarlo todo», asegura Ángeles Fernández.
Fuentes de la Policía Local aseguraron que algunos vehículos que estaban estacionados sufrieron daños a causa del reventón de la tubería. Según informaron, técnicos de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) se desplazaron hasta la zona, donde trabajaron en una válvula del motor de agua del parque Huelin. La normalidad se restableción pocos minutos después de la medianoche.
Sin embargo, anoche, sobre las 21 horas, el suceso volvió a repetirse. Aunque esta vez, la Policía Local sólo tuvo que cortar un carril en sentido Torremolinos. Al cierre de esta edición seguía cortado.
El primer incidente se produjo sobre las 22.10 del martes. La presión hizo saltar por los aires la mediana que separa las calzadas del paseo. El caño de agua llegó a alcanzar más de tres metros de altura, según relataron a este periódico algunos vecinos, e inundó rápidamente la avenida. A continuación, un intenso y nauseabundo hedor se instaló en toda la zona.
Como un géiser negro
Los conductores, que se vieron sorprendidos en medio del reventón de la tubería, intentaron salir como pudieron del enorme caos que se organizó en pocos minutos. Agentes de la Policía Local que se personaron en el lugar trataron de poner orden en el tráfico, que tuvo que ser cortado por espacio de casi dos horas, según explicaron fuentes del cuerpo.
Entre los conductores que se vieron afectados por el incidente de la tubería se encontraba Luis Bravo, que a esa hora circulaba por el paseo a la altura del hotel Monte Málaga en dirección Torremolinos. «Estaba en el semáforo que hay en la rotonda cuando escuché un ruido muy fuerte y un temblor. A unos cien metros, ví que salía de la mediana del centro de la calzada un caño enorme, como si fuera un géiser negro, una ola negra de tres o cuatro metros de altura. Empezó a inundarse todo. Los coches paramos en seco», explicó.
La confusión de los conductores que no sabían qué hacer con sus vehículos se unió a la de muchos peatones que paseaban por la zona en ese momento. «Yo pude salir por la vía de servicio, mientras que otros coches intentaban dar marcha atrás. Había también bastante gente corriendo. El olor era asqueroso. Llegué a Alhaurín y lo tenía todavía en el coche y eso que la ola de aguas fecales no me llegó a salpicar», añade Luis Bravo.
El hedor obligó a cerrar a cal y canto las ventanas de los edificios próximos. «Estábamos viendo la tele cuando escuchamos como una explosión. Nos asomamos a la ventana, pero no veíamos nada porque desde nuestro piso no se ve el paseo marítimo. Luego vino muy mal olor y tuvimos que cerrarlo todo», asegura Ángeles Fernández.
Fuentes de la Policía Local aseguraron que algunos vehículos que estaban estacionados sufrieron daños a causa del reventón de la tubería. Según informaron, técnicos de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) se desplazaron hasta la zona, donde trabajaron en una válvula del motor de agua del parque Huelin. La normalidad se restableción pocos minutos después de la medianoche.
Sin embargo, anoche, sobre las 21 horas, el suceso volvió a repetirse. Aunque esta vez, la Policía Local sólo tuvo que cortar un carril en sentido Torremolinos. Al cierre de esta edición seguía cortado.