Una negra tarde de Schuster en Vallecas
Un ridículo primer tiempo, donde el Rayo convirtió el partido en un correcalles en el que el Málaga quedó prisionero de sus múltiples carencias, dio al traste con cualquier aspiración blanquiazul en Vallecas, donde los locales parecieron por momentos jugar frente a un equipo ‘amateur’. No se pueden cometer más fallos de los que hizo el Málaga en los 45 minutos iniciales, en los que además tres jugadores fundamentales se cargaron con tarjeta amarilla, que a la postre serían definitivas: la de Antunes porque permitió a Iago Falqué entrar como Pedro por su casa en el primer gol, con la ayuda de un índolente Flavio, y la de Sergio Sánchez, porque en la fatídica jugada del penalti se fue a la calle. Y aunque no hay que disculpar a nadie, en ese correcalles también entró ese mal árbitro con buena prensa que es Mateu Lahoz, que estaba feliz de haberse conocido. Igual que Schuster, desde las gradas, que mantiene a Juanmi partido tras partido aunque no dé una a derechas y hagas felices a sus defensas por su indolencia en el juego aéreo merced a su escasa estatura. Con 2-0, el alemán tenía que haber reaccionado, pero es mucho pedir para quien parece se cree con la verdad absoluta. Una pena. Una verdadera pena. Me imagino lo que pensarían Husillos y su equipo técnico, que tras ‘traerle’ tres puntas ven cómo mantiene a Juanmi titular... Cuando Iakovenko salió por el canterano y Amrabat pasó a estar en punta, el cambio fue tal que, digo yo, hasta el mismísimo entrenador se tuvo que dar cuenta del grave error que cometió ayer, no solo con la extraña alineación, sino también por sus erráticos y poco arriesgados cambios y la tardanza de estos.
Lo cierto es que con 3-0 y uno menos, la cosa ya estaba para intentar no perder el ‘goal average’, algo que el más pesimista de los hinchas malaguistas jamás lo hubiera sospechado en la aciaga tarde vallecana. El Málaga era una banda en manos de un equipo mediocre como pocos, sín dinero, sin jugadores, sin futuro, como es el Rayo Vallecano, el mismo que nos estaba dando un repaso en condiciones... Con el 4-0, la verdad, ya el fantasma de una goleada de escándalo sobrevolaba Vallecas. La presencia de Iakovenko, el orgullo de Amrabat y lo malos que son los locales evitaron una debacle aún mayor. Una pena el Málaga de ayer. Un desastre en todos los conceptos, empezando por el entrenador, Bernd Schuster, que no dio una a derechas y encima se empeña en mantener como titulares a jugadores sin nivel para Primera. Todo desembocó en una grave derrota propiciada por un pésimo partido de todos, y sobre todo de Juanmi, Morales, Pablo Pérez y Angeleri. Para olvidar, de verdad. Ya es hora de que cada uno aguante su ‘mochuelo’.
Un ridículo primer tiempo, donde el Rayo convirtió el partido en un correcalles en el que el Málaga quedó prisionero de sus múltiples carencias, dio al traste con cualquier aspiración blanquiazul en Vallecas, donde los locales parecieron por momentos jugar frente a un equipo ‘amateur’. No se pueden cometer más fallos de los que hizo el Málaga en los 45 minutos iniciales, en los que además tres jugadores fundamentales se cargaron con tarjeta amarilla, que a la postre serían definitivas: la de Antunes porque permitió a Iago Falqué entrar como Pedro por su casa en el primer gol, con la ayuda de un índolente Flavio, y la de Sergio Sánchez, porque en la fatídica jugada del penalti se fue a la calle. Y aunque no hay que disculpar a nadie, en ese correcalles también entró ese mal árbitro con buena prensa que es Mateu Lahoz, que estaba feliz de haberse conocido. Igual que Schuster, desde las gradas, que mantiene a Juanmi partido tras partido aunque no dé una a derechas y hagas felices a sus defensas por su indolencia en el juego aéreo merced a su escasa estatura. Con 2-0, el alemán tenía que haber reaccionado, pero es mucho pedir para quien parece se cree con la verdad absoluta. Una pena. Una verdadera pena. Me imagino lo que pensarían Husillos y su equipo técnico, que tras ‘traerle’ tres puntas ven cómo mantiene a Juanmi titular... Cuando Iakovenko salió por el canterano y Amrabat pasó a estar en punta, el cambio fue tal que, digo yo, hasta el mismísimo entrenador se tuvo que dar cuenta del grave error que cometió ayer, no solo con la extraña alineación, sino también por sus erráticos y poco arriesgados cambios y la tardanza de estos.
Lo cierto es que con 3-0 y uno menos, la cosa ya estaba para intentar no perder el ‘goal average’, algo que el más pesimista de los hinchas malaguistas jamás lo hubiera sospechado en la aciaga tarde vallecana. El Málaga era una banda en manos de un equipo mediocre como pocos, sín dinero, sin jugadores, sin futuro, como es el Rayo Vallecano, el mismo que nos estaba dando un repaso en condiciones... Con el 4-0, la verdad, ya el fantasma de una goleada de escándalo sobrevolaba Vallecas. La presencia de Iakovenko, el orgullo de Amrabat y lo malos que son los locales evitaron una debacle aún mayor. Una pena el Málaga de ayer. Un desastre en todos los conceptos, empezando por el entrenador, Bernd Schuster, que no dio una a derechas y encima se empeña en mantener como titulares a jugadores sin nivel para Primera. Todo desembocó en una grave derrota propiciada por un pésimo partido de todos, y sobre todo de Juanmi, Morales, Pablo Pérez y Angeleri. Para olvidar, de verdad. Ya es hora de que cada uno aguante su ‘mochuelo’.