Satisfacción contenida. El Málaga va a tener un duro arranque liguero, pero un final apetecible, al menos sobre el papel. Su regreso a Primera División se consumará en el Vicente Calderón. Será la tercera vez que comience el campeonato allí, en un escenario con oropel, pero ante un rival que llegará con dos semanas más de preparación que su rival, además del mal fario histórico en la ribera del Manzanares. Sin embargo, más allá de este complicado estreno, hay motivos para la satisfacción con el calendario que se sorteó ayer al mediodía en la sede de la Federación Española en Las Rozas.
Si hubiera que comparar el recorrido del Málaga en la competición liguera con el perfil de una etapa ciclista afrontaría un comienzo rompepiernas, le seguiría un puerto de categoría especial y un final en cuesta abajo. La sorpresa del sorteo es que todos los conjuntos van a afrontar de forma consecutiva los choques contra los tres equipos con más potencial: Barcelona, Real Madrid y Villarreal. En el caso del Numancia, un recién ascendido y el club con menor presupuesto de la categoría, este será su arranque liguero. Para el conjunto de La Rosaleda las temidas fechas llegarán en noviembre (jornadas novena a undécima) y de finales de marzo a comienzos de abril ( de la vigésima octava a la trigésima) y encadenadas con sus siempre exigentes derbis con el Sevilla. Casi nada.
No obstante, después de estas citas el calendario se suaviza: por orden cronológico los rivales serán Mallorca, Osasuna, Deportivo, Numancia, Racing, Sporting, Betis y Espanyol; es decir, conjuntos que tienen a priori muchas opciones de competir en la mitad inferior de la tabla clasificatoria. Esta fue la lectura positiva que extrajo Tapia al conocer el calendario: «Cuando se sortean los partidos siempre miro el final, porque los objetivos se dirimen en esas fechas. Y en ese sentido, podemos decir que no nos han tocado los grandes».
Otro de los detalles que más ha gustado en el seno del cuerpo técnico es que podrá disputar hasta cuatro partidos seguidos en La Rosaleda, en dos tandas de dos. Recibirá al Valencia y al Valladolid en las jornadas cuarta y quinta, y al Espanyol y el Atlético Madrid entre el final de la primera vuelta y el comienzo de la segunda. Sólo en las jornadas vigésima tercera y vigésima cuarta habrá de jugar dos choques consecutivos fuera, los de Mestalla y Zorrilla.
Incluso, las jornadas cuarta y quinta se jugarán en la última semana. A pesar de que la temporada concluye en año impar y, por tanto, no hay fase final de Mundial o Eurocopa al término de la misma, el cierre de la Liga se ha adelantado al 31 de mayo por la disputa de la Copa Confederaciones, en la que participará España. Por ello habrá dos jornadas en miércoles, la primera la del Málaga-Valencia. De esta forma el cuadro que entrena Tapia podrá anotarse seis puntos en tres días si no falla en esas citas en su estadio. El segundo miércoles (jornada trigésima segunda) lo afrontará el conjunto blanquiazul en Pamplona (el último precedente oficial fue un 1-6), en un encuentro enmarcado entre dos partidos en La Rosaleda, contra el Mallorca y frente al Deportivo.
Espionaje en Almería
Otro detalle que no se le ha pasado por alto al cuerpo técnico es que el Málaga se enfrentará cada jornada a los rivales que tuvo el Almería en la anterior. Este aspecto tiene gran relevancia cara al seguimiento de los contrincantes. La proximidad geográfica permitirá que los ojeadores del club de La Rosaleda, con Álvaro Reina al frente, acudirán con asiduidad a todos los partidos en el estadio Mediterráneo.
Lo que quizás no sea tan favorable es el arranque, que tantas veces marca el devenir de un conjunto en la competición. El del Málaga no parece sencillo. Debutará el domingo 31 de agosto en el Calderón (si no se adelanta el choque al sábado 30 por motivos televisivos), pero es que además sus tres siguientes compromisos no parecen accesibles. Quizás el más favorable sea el siguiente, contra el Athletic, antes de visitar al Almería y recibir al Valencia.
Sin embargo, Antonio Tapia se mostró razonablemente conforme. «Hay que estar contentos, aunque lo de enfrentarse a Barcelona, Madrid y Villarreal de forma consecutiva quizás no sea lo ideal y va a ser un tramo complicado seguro».
Si hubiera que comparar el recorrido del Málaga en la competición liguera con el perfil de una etapa ciclista afrontaría un comienzo rompepiernas, le seguiría un puerto de categoría especial y un final en cuesta abajo. La sorpresa del sorteo es que todos los conjuntos van a afrontar de forma consecutiva los choques contra los tres equipos con más potencial: Barcelona, Real Madrid y Villarreal. En el caso del Numancia, un recién ascendido y el club con menor presupuesto de la categoría, este será su arranque liguero. Para el conjunto de La Rosaleda las temidas fechas llegarán en noviembre (jornadas novena a undécima) y de finales de marzo a comienzos de abril ( de la vigésima octava a la trigésima) y encadenadas con sus siempre exigentes derbis con el Sevilla. Casi nada.
No obstante, después de estas citas el calendario se suaviza: por orden cronológico los rivales serán Mallorca, Osasuna, Deportivo, Numancia, Racing, Sporting, Betis y Espanyol; es decir, conjuntos que tienen a priori muchas opciones de competir en la mitad inferior de la tabla clasificatoria. Esta fue la lectura positiva que extrajo Tapia al conocer el calendario: «Cuando se sortean los partidos siempre miro el final, porque los objetivos se dirimen en esas fechas. Y en ese sentido, podemos decir que no nos han tocado los grandes».
Otro de los detalles que más ha gustado en el seno del cuerpo técnico es que podrá disputar hasta cuatro partidos seguidos en La Rosaleda, en dos tandas de dos. Recibirá al Valencia y al Valladolid en las jornadas cuarta y quinta, y al Espanyol y el Atlético Madrid entre el final de la primera vuelta y el comienzo de la segunda. Sólo en las jornadas vigésima tercera y vigésima cuarta habrá de jugar dos choques consecutivos fuera, los de Mestalla y Zorrilla.
Incluso, las jornadas cuarta y quinta se jugarán en la última semana. A pesar de que la temporada concluye en año impar y, por tanto, no hay fase final de Mundial o Eurocopa al término de la misma, el cierre de la Liga se ha adelantado al 31 de mayo por la disputa de la Copa Confederaciones, en la que participará España. Por ello habrá dos jornadas en miércoles, la primera la del Málaga-Valencia. De esta forma el cuadro que entrena Tapia podrá anotarse seis puntos en tres días si no falla en esas citas en su estadio. El segundo miércoles (jornada trigésima segunda) lo afrontará el conjunto blanquiazul en Pamplona (el último precedente oficial fue un 1-6), en un encuentro enmarcado entre dos partidos en La Rosaleda, contra el Mallorca y frente al Deportivo.
Espionaje en Almería
Otro detalle que no se le ha pasado por alto al cuerpo técnico es que el Málaga se enfrentará cada jornada a los rivales que tuvo el Almería en la anterior. Este aspecto tiene gran relevancia cara al seguimiento de los contrincantes. La proximidad geográfica permitirá que los ojeadores del club de La Rosaleda, con Álvaro Reina al frente, acudirán con asiduidad a todos los partidos en el estadio Mediterráneo.
Lo que quizás no sea tan favorable es el arranque, que tantas veces marca el devenir de un conjunto en la competición. El del Málaga no parece sencillo. Debutará el domingo 31 de agosto en el Calderón (si no se adelanta el choque al sábado 30 por motivos televisivos), pero es que además sus tres siguientes compromisos no parecen accesibles. Quizás el más favorable sea el siguiente, contra el Athletic, antes de visitar al Almería y recibir al Valencia.
Sin embargo, Antonio Tapia se mostró razonablemente conforme. «Hay que estar contentos, aunque lo de enfrentarse a Barcelona, Madrid y Villarreal de forma consecutiva quizás no sea lo ideal y va a ser un tramo complicado seguro».