Cobrará algo más de 2 millones de euros libres de impuestos, una cantidad que le sitúa sólo un peldaño por detrás Silva o Villa
el lateral mejorará su contrato pese a que sólo ha jugado 13 partidos con el Valencia en tres años
Veintiocho años, la edad perfecta. El apogeo de un futbolista. Al menos esa es la creencia general: a los 28 se alcanza la madurez futbolística, el punto álgido en el que confluyen la plenitud física y el conocimiento total del juego. Es a esa edad, precisamente, en la que se firman los mejores contratos. En algunos casos, el más jugoso de toda una carrera.
A este perfil estándar debería haber respondido Asier del Horno, pero a sus 28 primaveras, el de Gallarta se encuentra en un momento crítico de su carrera deportiva. Trece partidos con el Valencia y 16 con el Athletic, donde jugó cedido, en las últimas tres temporadas no hacen pensar en lo contrario por más que su contrato alcance la próxima campaña los niveles más altos de su periplo como futbolista.
En los tres últimos años ha jugado 13 partidos con el Valencia y 16 con el Athletic
Consagrado como uno de los mejores futbolistas del Athletic de Bilbao de la última década, su 'milmillonario' traspaso al Chelsea (temporada 2005-06) le confirmó como un laterales de reputación internacional. Era tal su proyección, que Luis Aragonés lo incluyó en la lista del Mundial 2006, una cita a la que nunca llegó y que fue el punto de partida del camino tortuoso por el que ahora transita.
Fue precisamente una desinserción parcial entre el gemelo y el tendón de Aquiles de su pierna izquierda la que marcó el mal paso de Del Horno. Lesionado, tuvo que ceder su puesto en la convocatoria a Pernía. Para su desgracia, no sería el último revés de aquel verano de 2006. Poco después, Mourinho, su valedor en el Chelsea apenas un año antes, dio el O.K. a su traspaso al Valencia por 7 millones de euros.
En Londres ya no contaban con él y Valencia parecía una buena plaza en lo deportivo como pero sobre todo en lo económico: el club que por entonces presidía Juan Soler no dudó en firmarle un contrato de 'súperestrella'. Quizá fue éste el último gran acierto del jugador vasco porque nunca llegó a ser el sucesor de Amedeo Carboni como pretendían en la capital del Turia.
Una lesión en el Chelsea marcó el mal paso del lateral de Gallarta
Aquella primera temporada como valencianista (2006-07) fue un auténtico calvario. A la lenta recuperación de su lesión unió el malestar que creó en Quique Sánchez Flores su díscola vida nocturna. Un cóctel explosivo que retrasó su debut hasta la jornada número 25 ante el Celta en Mestalla. Después, sólo jugó cinco partidos más.
Quemada la primera bala en Mestalla y ante el descontento del cuerpo técnico por la falta de profesionalidad de Asier del Horno, el club optó por cederlo. Para ello, eligieron el Athletic, su casa, el lugar perfecto para devolverlo a la senda de la que nunca debió de salir. Nada más lejos.
En manos de un técnico tan exigente como Caparrós, echó a perder otra temporada, de nuevo presidida por sus salidas nocturnas
En manos de un técnico tan exigente como Caparrós, Del Horno echó a perder otra temporada de nuevo presidida por sus continuas salidas nocturnas. Relegado a la suplencia por Koikili (jugador de 26 años que llegaba de Segunda B), el lateral sólo completó 16 encuentros, 13 de ellos como titular. Por supuesto, el Athletic no ejerció la opción de compra que se reservó al firmar la cesión. La vuelta a Valencia sería dura.
Indultado en un primer momento por Emery, Del Horno ha perdido de nuevo el tren. En un año trufado de lesiones, nunca ha estado al nivel suficiente para discutir el puesto a Moretti. Sólo las lesiones le han permitido participar en siete encuentros. Un bagaje que le sitúa como el número uno de la lista de bajas.
Paradójicamente, el ex internacional sí tendrá algo que celebrar muy pronto: la mejora de su contrato. Por increíble que parezca, en el acuerdo que en su día firmó con el Valencia, el lateral se garantizó mejoras económicas año tras año hasta llegar al último, donde la subida era la más fuerte. En concreto, Del Horno cobrará algo más de 2 millones de euros libres de impuestos, una cantidad que le sitúa sólo un peldaño por detrás Silva o Villa. Todo, después de haber jugado 29 partidos en las últimas tres temporadas. O lo que es igual, Del Horno ha jugado los mismos partidos que en su última campaña en el Athletic antes de su sonado fichaje al Chelsea.
www.marca.com
el lateral mejorará su contrato pese a que sólo ha jugado 13 partidos con el Valencia en tres años
Veintiocho años, la edad perfecta. El apogeo de un futbolista. Al menos esa es la creencia general: a los 28 se alcanza la madurez futbolística, el punto álgido en el que confluyen la plenitud física y el conocimiento total del juego. Es a esa edad, precisamente, en la que se firman los mejores contratos. En algunos casos, el más jugoso de toda una carrera.
A este perfil estándar debería haber respondido Asier del Horno, pero a sus 28 primaveras, el de Gallarta se encuentra en un momento crítico de su carrera deportiva. Trece partidos con el Valencia y 16 con el Athletic, donde jugó cedido, en las últimas tres temporadas no hacen pensar en lo contrario por más que su contrato alcance la próxima campaña los niveles más altos de su periplo como futbolista.
En los tres últimos años ha jugado 13 partidos con el Valencia y 16 con el Athletic
Consagrado como uno de los mejores futbolistas del Athletic de Bilbao de la última década, su 'milmillonario' traspaso al Chelsea (temporada 2005-06) le confirmó como un laterales de reputación internacional. Era tal su proyección, que Luis Aragonés lo incluyó en la lista del Mundial 2006, una cita a la que nunca llegó y que fue el punto de partida del camino tortuoso por el que ahora transita.
Fue precisamente una desinserción parcial entre el gemelo y el tendón de Aquiles de su pierna izquierda la que marcó el mal paso de Del Horno. Lesionado, tuvo que ceder su puesto en la convocatoria a Pernía. Para su desgracia, no sería el último revés de aquel verano de 2006. Poco después, Mourinho, su valedor en el Chelsea apenas un año antes, dio el O.K. a su traspaso al Valencia por 7 millones de euros.
En Londres ya no contaban con él y Valencia parecía una buena plaza en lo deportivo como pero sobre todo en lo económico: el club que por entonces presidía Juan Soler no dudó en firmarle un contrato de 'súperestrella'. Quizá fue éste el último gran acierto del jugador vasco porque nunca llegó a ser el sucesor de Amedeo Carboni como pretendían en la capital del Turia.
Una lesión en el Chelsea marcó el mal paso del lateral de Gallarta
Aquella primera temporada como valencianista (2006-07) fue un auténtico calvario. A la lenta recuperación de su lesión unió el malestar que creó en Quique Sánchez Flores su díscola vida nocturna. Un cóctel explosivo que retrasó su debut hasta la jornada número 25 ante el Celta en Mestalla. Después, sólo jugó cinco partidos más.
Quemada la primera bala en Mestalla y ante el descontento del cuerpo técnico por la falta de profesionalidad de Asier del Horno, el club optó por cederlo. Para ello, eligieron el Athletic, su casa, el lugar perfecto para devolverlo a la senda de la que nunca debió de salir. Nada más lejos.
En manos de un técnico tan exigente como Caparrós, echó a perder otra temporada, de nuevo presidida por sus salidas nocturnas
En manos de un técnico tan exigente como Caparrós, Del Horno echó a perder otra temporada de nuevo presidida por sus continuas salidas nocturnas. Relegado a la suplencia por Koikili (jugador de 26 años que llegaba de Segunda B), el lateral sólo completó 16 encuentros, 13 de ellos como titular. Por supuesto, el Athletic no ejerció la opción de compra que se reservó al firmar la cesión. La vuelta a Valencia sería dura.
Indultado en un primer momento por Emery, Del Horno ha perdido de nuevo el tren. En un año trufado de lesiones, nunca ha estado al nivel suficiente para discutir el puesto a Moretti. Sólo las lesiones le han permitido participar en siete encuentros. Un bagaje que le sitúa como el número uno de la lista de bajas.
Paradójicamente, el ex internacional sí tendrá algo que celebrar muy pronto: la mejora de su contrato. Por increíble que parezca, en el acuerdo que en su día firmó con el Valencia, el lateral se garantizó mejoras económicas año tras año hasta llegar al último, donde la subida era la más fuerte. En concreto, Del Horno cobrará algo más de 2 millones de euros libres de impuestos, una cantidad que le sitúa sólo un peldaño por detrás Silva o Villa. Todo, después de haber jugado 29 partidos en las últimas tres temporadas. O lo que es igual, Del Horno ha jugado los mismos partidos que en su última campaña en el Athletic antes de su sonado fichaje al Chelsea.
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