Con el objetivo de la Champions casi imposible y la Liga Europa casi atada, la incertidumbre que rodea al club y los 13 días que tendrá la plantilla sin disputar ningún partido oficial acompañarán a los jugadores en este inusual tramo final de Liga
El Málaga CF enfila la recta final de una larga temporada con más sombras que luces en el horizonte blanquiazul. Restan cuatro partidos repartidos en poco menos de un mes para cerrar un curso glorioso, del que se supone que hay que disfrutar hasta el último suspiro, pero que se hará sumamente largo por todo lo que rodea a la plantilla y a la entidad.
El fútbol parece que ha dejado de ser lo más importante en el día a día del Málaga CF. Desde la eliminación de la Liga de Campeones a manos del Borussia Dortmund, el conjunto de Manuel Pellegrini ha mezclado buenas y malas actuaciones, pero casi siempre lejos de su mejor versión. Todo ello acompañado de mensajes hacia la propiedad de algunos de los integrantes de la plantilla blanquiazul reclamando más claridad sobre el futuro del club.
Y es que esta plantilla ha dejado de mirar al pasado para mirar al futuro, donde aún no están trazadas las líneas maestras del proyecto a estas alturas de campeonato, con menos de un mes para el final.
En el plano deportivo, el Málaga CF afronta las cuatro jornadas que le restan con un calendario dividido que no le favorece para hacer del día a día una rutina futbolera y con sus opciones ligueras muy dilatadas, tanto para lo bueno como para lo malo. Con la Champions casi imposible y con la Liga Europa prácticamente atada, los blanquiazules vivirán esta semana duelos tan intensos como el del Bernabéu contra el Madrid –miércoles a las 21.30 horas– y el derbi regional con el Sevilla en La Rosaleda –domingo a las 21.00 horas–. Sin embargo, cuando termine el choque contra los hispalenses, sufrirá un parón de hasta trece días sin fútbol por la disputa de la final de la Copa del Rey. Volverá a jugar el 26 de mayo contra el Dépor, de nuevo en La Rosaleda. Esta jornada se ha visto adelantada –en principio estaba prevista para el miércoles 29– ya que no hay ningún representante español en la final de la Liga de Campeones del próximo 25 de mayo.
Por último, el Málaga cerrará la temporada el 1 ó 2 de junio en el Camp Nou.
El tedio, la acumulación de partidos, la falta de motivación o los movimientos entre bambalinas acompañarán a la plantilla estos días. Los rumores ya han asaltado a la actualidad malaguista. El futuro del entrenador, la salida de algunas de las estrellas o el caminar incierto de algunos jugadores que acaban contrato se hacen constantes y se acrecientan a medida que el final de curso se avecina.
Además, el club debe comenzar ya a gestionar la plantilla del próximo curso, sin más demora, pese a que las dudas europeas aún siguen muy latentes. El retraso del TAS a la hora de abordar el juicio del Málaga CF abierto con la UEFA, previsto para comienzos de junio, es otro inconveniente en la planificación malaguista, que no podrá saber al cien por cien si puede disputar competición europea –en caso de que finalmente se clasifique– hasta finales de junio e incluso julio, cuando buena parte de la plantilla puede que ya esté de vuelta de las vacaciones.
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