¿Por qué está en crisis el Milan?Pese a la 'limpieza' de este verano, la plantilla aún cuesta casi el triple que la blanquiazul, y el capítulo de ingresos se ha quedado estancado Las claves de la espiral económica negativa en la que se halla sumido el próximo rival malaguistaEl Milan lleva cinco años arrastrando pérdidas. El 'fair-play' financiero de la UEFA constituye ya una amenaza seria para un equipo que desde 2003, más allá de tres Supercopas, solo ha ganado dos títulos importantes, la Liga 2010-11 y la Champions de 2007. ¿Está mal gestionado el Milan? ¿Por qué estaba obligado a vender a Thiago Silva e Ibrahimovic este verano? ¿Podrá recuperar en breve un nivel hegemónico en Italia, ahora en manos de la Juventus? ¿Cuánto tardará en ganarse de nuevo el respeto en Europa? Las claves de las urgencias de la entidad lombarda son variadas.
1. Pérdidas continuadasDesde 2007 el Milan sufre una importante sangría económica. Si en 2006 la deuda era de 151 millones de euros, tres años después se llegó a elevar al doble y apenas se ha rebajado desde entonces, ya que el pasivo supera los 250 millones. Los números rojos generados en un año ascendieron a 31,7 millones en el curso 2006-2007, a 66,8 en el 2007-2008, a 9,8 en el 2008-2009, a 69,8 en el 2009-2010 y a 67,3 en el 2010-2011.
2. Unas fichas muy elevadas en la plantillaLa tabla adjunta muestra cómo el paso de los años había elevado en grado sumo el coste de las fichas de la plantilla, con casos sangrantes como el del discreto medio defensivo suizo Flamini, que percibía la friolera de cuatro millones de euros. El 'pivote' ha aceptado seguir en la plantilla este curso a cambio de rebajar su salario en torno a un tercio, hasta 1,5 millones, y mantiene su etiqueta de suplente habitual. Un caso parecido es el del central galo Mexes, cuyo rendimiento tampoco encaja con el de jugador mejor pagado del grupo, como lo es ahora. Además, se optó por la salida de 'vacas sagradas' con salarios prohibitivos como Zambrotta, Nesta, Gattuso, Seedorf, Van Bommel, Cassano o Inzaghi. Se calcula que lo que se ha ahorrado en salario el club con las altas y bajas en verano se acerca a 40 millones, de los 160 que valía pagar a la plantilla hace un año, pero comparativamente el montante es casi el triple de lo que cuesta ahora la del Málaga, que no es menos competitiva en el terreno de juego.
3. Un rumbo deportivo pospuestoEl Milan de las últimas temporadas se ha caracterizado por no tener un estilo de juego definido y acumular una cuota desproporcionada de jugadores de más de treinta años. Pese a la incuestionable categoría deportiva y ascendiente en el vestuario que tenían la mayoría de ellos, parecía evidente que era urgente haber adelantado el relevo generacional, amén de que en los últimos años no se atinó todo lo deseado con las contrataciones jóvenes más ambiciosas (Senderos, Gourcouff, Huntelaar, Robinho, Pato, Emanuelson, Aquilani, Papasthopoulos, Taiwo...). El proyecto actual parece el primer paso en la nueva dirección con la baja de muchos de los treintañeros y nuevos fichajes jóvenes: Niang (17 años), Gabriel (19), Bojan (21), que se unen al liderazgo que ejerce ya El Shaarawy (19).
4. Escasa facturación en relación a los 'grandes' de EuropaEn su etapa de mayor esplendor el Milan era de los clubes europeos que más ingresos generaban, pero esas cifras se han quedado anquilosadas en relación con los 'grandes' del continente, como el Real Madrid (401 millones), el Barcelona (366), el Manchester United (327), el Bayern Múnich (290), el Arsenal (263), el Chelsea (242), el Liverpool (217) o la Juventus (203). Con un margen más o menos estrecho, entre lo obtenido en taquilla, derechos de televisión e ingresos comerciales, todos eran capaces de facturar más de 200 millones de euros en 2010, un techo que no alcanza el Milan hoy. La curva ascendente, casi exponencial, de muchos de estos clubes en los últimos años en factuación se contrapone con la llanura milanista, que pese a todo no puede quejarse de su contrato televisivo.
5. Poca asistencia a San SiroUno de los aspectos a los que el Milan no consigue sacar partido es a su estadio, que quiere sustituir por otro más moderno. Misión complicada con las arcas tan maltrechas. La envidia es hacia el modelo inglés. Si el Manchester United obtiene 130 millones cada temporada por ingresos del día del partido (entradas, palcos privados, restaurantes dentro del estadio,...) o el Arsenal es capaz de llegar a 111 millones, el Milan no se acerca a cuarenta. Barbara Berlusconi, que ha asumido la gestión de la entidad, se queja amargamente de que en Italia «los estadios no están hechos para las familias». El volumen de negocio que aportan los ingresos en los días de partido en San Siro es apenas un 17 por ciento de lo que genera la entidad. Otra cuestión distinta es la titularidad del estadio, municipal desde los años 30 y compartido en su uso con el Inter. Al Milan le cuesta cuatro millones al año. El resultado es que la asistencia media a los partidos en casa de los rojinegros la pasada campaña no llegó a 50.000 espectadores, varias decenas de miles menos que cuando cada fin de semana jugaban Rijkaard, Gullit y Van Basten a las órdenes de Sacchi o de Capello.
6. El 'fair play' financiero de la UEFAAnte su elevada deuda, difícil de enjugar en un periodo corto, es Fininvest, una de las sociedades del ex primer mnistro y presidente del club, Silvio Berlusconi, la que sale al paso de los problemas del Milan, pero la UEFA se propone desde la próxima campaña ir muy en serio en contra del escandaloso funcionamiento de algunos clubes cuyo déficit está muy por encima de lo que generan.
7. El acoso de inversores de variadas procedenciasAunque Berlusconi está considerado por la revista 'Forbes' como la tercera fortuna de Italia, no ha dado apoyo financiero a los mismos niveles que lo ha hecho su homólogo Massimo Moratti en el vecino Inter. Con todo, se cree que ha podido invertir unos cien millones de euros en el último lustro, y ello pese a las presiones familiares en contra y las dificultades económicas de Fininvest. Por eso es normal que cada semana se asocie al Milan con posibles inversores. Uno de ellos fue el magnate petrolero albanés Rezart Taci, que precisamente ya estuvo en la órbita del Málaga este verano, la empresa rusa Gazprom, los fondos soberanos libios o, por último, el jeque propietario del París Saint-Germain.
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