MÁLAGA C.F.
El culmen del proyecto, justo dos años después
Aquella noche Ghubn le dio a José Carlos Pérez carta blanca para buscar a un director deportivo y también al recambio de Ferreira La derrota ante Osasuna el 24 de octubre de 2010 aceleró el cambio que desembocó en la llegada de Pellegrini
24 de octubre de 2012
De aquel gol de Juanito con el Burgos al farolillo rojo con Peiró, diez partidos el 24-O
SERGIO CORTÉS | MÁLAGA..-
El calendario de la fase de grupos de la Champions no pudo ser más caprichoso. El deseado Málaga-Milan, el encuentro que reclamaban en pleno éxtasis los aficionados blanquiazules la inolvidable tarde del Sporting, quedó fijado para el 24 de octubre. La fecha tiene su miga, porque precisamente tal día como hoy hace dos años comenzó a gestarse el proyecto que esta noche alcanza su culmen con la visita del segundo equipo con más títulos de la Copa de Europa.
El 24 de octubre es una fecha cualquiera en la historia del Málaga. De los diez partidos disputados en esta jornada del calendario (cuatro en La Rosaleda y los restantes a domicilio) ninguno tiene aparentemente el rango de trascendental. Sin embargo, sí el más reciente. Que le pregunten al entrenador del primer proyecto del jeque Abdullah Al-Thani. Hace exactamente dos años, a la misma hora que se estará disputando el Málaga-Milan en 'la Bombonera' de Martiricos, Jesualdo Ferreira vagaba errante, cigarrillo en mano, en el exterior del aeropuerto navarro. Ya se olía que su futuro no era muy halagüeño.
Aquella noche las caras eran suficientemente expresivas. Abdullah Ghubn y José Carlos Pérez no estaban para bromas. El desencanto por el varapalo en el viejo El Sadar era palpable y fue el desaparecido consejero consultivo, hombre de confianza de los propietarios, el que se mostró más drástico en su conversación con el vicepresidente y consejero delegado. Lo convenció de que la política de fichajes había sido «un desastre» y de que el entrenador portugués no conocía bien la Liga. Tanto, que recibió carta blanca para empezar otro proyecto.
Pérez no tardó en ponerse manos a la obra. Al día siguiente buscó director deportivo, decisión en la que tuvo que ver su buen amigo Juande Ramos -que incluso contactó por la noche a Antonio Fernández desde Ucrania para que atendiera la llamada del Málaga y no se cerrara en banda a la oferta-, y a mediados de semana ya tenía consensuado con los propietarios el nombre del recambio en el banquillo: Manuel Pellegrini. En la recámara estaba José Luis Mendilibar. Pero el elegido era el chileno.
«Gracias, Manolo»
El consejero consultivo obró el milagro. Primero convenció al agente de Pellegrini, Jesús Martínez, para que escuchara las líneas básicas del proyecto, y una vez conseguido hizo lo propio (una tarea mucho más ardua) con el ya considerado mejor entrenador en la historia del Málaga. La persuasión del dirigente malagueño sedujo al chileno, que aceptó por primera vez en su trayectoria hacerse con un equipo ya con la temporada arrancada, aunque la negociación en sí comenzó cuando Ferreira encontró fecha de caducidad con la derrota en casa ante la Real. Solo rechazó firmar por cinco años. Lo hizo por tres. «En cuanto nos conozcamos mejor, y si todos estamos satsfechos, hablamos», recalcó entonces. Meses después, con la permanencia en el bolsillo y tras aquel sincero «Gracias, Manolo» que le dedicó Pérez, el entrenador aceptó la negociación para ampliar su contrato dos temporadas más, hasta junio de 2015.
Hoy el Málaga es un 'grande' en la Liga, pero sobre todo es un equipo reconocible por su juego, su estilo, sus conceptos... Hoy el Málaga afronta el partido más deseado. El culmen justo dos años después de que una derrota en Pamplona obligara a un drástico cambio de proyecto.