Los costasoleños ganaron con claridad al equipo de su ex técnico Antonio gutiérrez, que dimitió tras el encuentro. Marcaron Pedro, Chietino y Santi
El Marbella es otro desde que aseguró su futuro económico con el apoyo de la Diputación de Málaga, pero en el capítulo deportivo nunca ha dado síntomas de bajar los brazos, ni en los momentos más oscuros de esta campaña. Esta semana está en lo más alto, entre los cuatro mejores que ocupan plaza de ascenso a Segunda División, después de barrer del campo al Lucena que era entrenado por su ex técnico Antonio Gutiérrez. Éste presentó tras el encuentro su dimisión, con el conjunto cordobés al filo del abismo. La cara y la cruz de este deporte.
Los nervios se vieron desde el primer instante en el Municipal. El equipo costasoleño no quería fallar ante un rival a priori mucho más limitado, técnica y físicamente, y los visitantes, todo problemas, se olvidaron de jugar la pelota. Sin apenas despeinarse, el Marbella pasó por encima de los cordobeses. La acción clave se produjo en el minuto 32, después de que Pedro ya hubiese abierto la cuenta local. En ese instante el visitante Bustos vio la roja directa tras ser protagonista del penalti que, transformado por Nico Chietino, ponía la renta del tanteo con dos dianas favorables a los pupilos de Montes.
A pesar de que el Lucena había saltado al campo con una defensa de cinco hombres, el cuadro marbellí no tuvo que esperar mucho ni crear demasiado peligro para poner de cara el choque. Ni con superioridad numérica se verían muchas más acciones ofensivas. La segunda parte casi sobró. Hubo un nuevo tanto, de Santi Moreno, en las postrimerías. Pero ni con esa diana la grada se animaría mucho más.
El Lucena tras la reanudación fue un quiero y no puedo. Ni una sola idea y sólo una ocasión clara de gol que Sandro desaprovechó, antes de que el Marbella cerrase la goleada. Atrás, al inicio del partido, quedaban la genialidad de Igna, protagonista en una acción de Pedro que había estado precedida por un buen cabezazo de Chus López. Toni García no pudo hacer nada en su estirada bajo los palos, porque el rechace convertido por Pedro fue prácticamente a placer.
Puntilla definitiva. También en el recuerdo de los primeros 45 minutos había quedado, sobre la retina de los seguidores del Marbella, la acción que había resuelto Santi Moreno a bocajarro, después de un tremendo lío en el área. Había pasado la media hora de juego y Sergio Bustos interceptó el remate del ariete marbellí con las manos. Penalti, expulsión, gol -Chietino aseguró el tanto con un disparo ajustado al palo derecho y raso-, derrota casi sellada y, tras el paso definitivo por vestuarios, dimisión del técnico. Esa fue la película de esta jornada para un Lucena en sus peores horas.
La puntilla definitiva también tuvo como protagonista a Santi Moreno. Corría el minuto 85 y un centro a media altura de uno de sus socios más cercanos, por acumular también una larga experiencia en la categoría, fue rematado de cabeza sin apenas oposición. Ni tuvo que saltar, totalmente libre de marca. Esa jugada resumía todo. El partido había tenido como protagonista a un conjunto marbellí confiado en que tarde o temprano iban a sucederse las ocasiones y los goles, frente a otro que, muy limitado, ni sabía ordenarse ante los contrarios.
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