Dzeko y Adebayor, dos de los delanteros en la agenda del Málaga, cuentan con perfiles opuestos · Los que le conocen hablan maravillas del bosnio, el togolés tiene fama de infantil, problemático y siempre disgustado
El Málaga tiene los nombres de Edin Dzeko y Emmanuel Adebayor entre sus preferencias para reforzar la posición de delantero centro, tal y como adelantó ayer este diario. Los dos jugadores del Manchester City responden a la necesidad de buen definidor que ha presentado el equipo esta temporada. Quizás un lunar que ha pasado algo más desapercibido por el buen juego y resultados que han alcanzado los de Pellegrini. Pero un borrón al fin y al cabo que en el seno de la entidad blanquiazul no quieren que se repita la próxima temporada, más aún con el equipo clasificado para competir en Europa, donde si para la ronda previa se medirá a los grandes trasatlánticos del panorama continental en la Liga de Campeones. Y eso es lo que corroboran los números del bosnio y del togolés. Gol, acierto, remate. En definitiva, definición.
Jugadores de un perfil bastante diferente, también son opuestos en cuanto a sus conductas. Dzeko es como el niño bueno que todos quieren. Adebayor, por contra, lleva ya unos años en los que acumula una fama de jugador con buenos inicios y poca regularidad en su juego, además de una actitud complicada.
Los comienzos de Edin Dzeko no fueron nada fáciles, ya que le costó despuntar y en sus primeros clubes no rindió a muy buen nivel. Sus primeros pasos como profesional fueron en el Zeljeznicar, club que se cruzó con el Málaga en su primera andadura europea. En Sarajevo no consiguió destacar, por lo que se marchó a la segunda división checa. Allí, en el Ustí nad Labem, tampoco llegó a encontrar su fútbol. No jugaba de delantero centro, sino algo más retrasado, por lo que era difícil que explotara sus tremendas cualidades. Así llegó al Teplice checo, donde sí comenzó a apuntar muy buenas maneras. Sus cifras goleadoras, y sobre todo su juego, mejoraron considerablemente y eso llamó la atención de Felix Magath en 2007, que realizó con él uno de los mayores descubrimientos del fútbol europeo en los últimos tiempos.
El entrenador alemán hizo una apuesta arriesgada al incorporar al bosnio al Wolfsburgo, un jugador desconocido, que había desarrollado su carrera en equipos humildes y ligas de perfil muy bajo. Sin embargo, desde el primer día empezó a demostrar el porqué de su fichaje. Tuvo una rápida adaptación al fútbol alemán y en su primera temporada jugó a un nivel bastante bueno, pero fue la campaña 2008/09, en la que se alzó con la Bundesliga, donde explotó definitivamente, rindiendo un nivel fantástico, consiguiendo 26 goles a sus 23 años. Unas cifras que le permitieron recalar hace dos inviernos en el Manchester City, tras estar en la agenda de muchos grandes europeos.
Dzeko es un futbolista algo atípico, que pese a medir 1,92 posee una técnica y habilidad nada común para su envergadura. Es un delantero completo, rápido, potente y con gran variedad de remates. Tiene un poderoso juego aéreo gracias a su altura y, aunque su mejor pierna es la zurda, tiene muy buen golpeo con las dos. Buena calidad individual y mucha movilidad y grandes desmarques. Fuera del área también es un jugador más que interesante, capaz de crearse sus propias jugadas, con visión de juego y buen pase. Tiene una gran definición y, sobre todo, un tremendo olfato goleador.
Son unas características que, unidas a su carácter (dicen los que le conocen que buena persona, disciplinado y se lleva bien con todos), le hacen ser uno de esos jugadores codiciados por lo bien que lo hace tanto dentro como fuera del terreno de juego. Por ponerle un pero, se puede decir que le ha costado la parte física de la Premier League y a veces le ha faltado intensidad, agresividad.
Por contra, Adebayor, quien en cuanto a cifras también presenta unos números más que destacables, en Inglaterra le describen como un chico infantil, problemático, permanentemente enrabietado. Con el paso del tiempo, este togolés que se llevó Wenger al Arsenal con 20 años y que parecía que se iba a comer el mundo, va acompañado de una fama de irregularidad en el terreno de juego. De él se dice que ficha por mucho dinero, deja una buena impresión inicial y luego no trabaja más, se queja de todo.
Hay una anécdota que resume bien al delantero africano. Para ello hay que trasladarse a Accra, la capital de Ghana. Allí el Manchester City tiene una academia, de nombre Right to Dream (derecho a soñar), en el que el objetivo es ayudar a los niños africanos de escasos recursos a desarrollar su potencial a través del deporte y la educación.
Un día se organizó una cena con los chavales que allí estaban. Compartían experiencia con dos de sus ídolos, como Kolo Touré y el propio Adebayor. Mientras el primero los trató maravillosamente, les ayudó en cuestiones prácticas y de entrenamiento, les enfatizó la disciplina, el deseo, la superación y la planificación de carrera, el de Togo les mostraba su reloj de lujo, les decía que se había comprado tal o cual coche y que ellos ya podrán comprarse uno próximamente. Una experiencia que dice que su fama le acompaña por sus propios méritos.
http://www.malagahoy.es/article/deportes/1262157/nino/bueno/chico/malo.html