JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ El tema de las prestaciones por desempleo fue una de las cuestiones en las que se enzarzaron el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, y el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su cara a cara televisado. Rajoy aseguró que no rebajará las prestaciones por desempleo y Rubalcaba le pidió que aclarase en qué consistirá la modificación del seguro por desempleo que el PP ha incluido en su programa electoral.
El líder popular explicó entonces que lo que propone es la adopción de un fondo de capitalización por despido para cada trabajador –el denominado modelo austríaco–, pero hizo hincapié en que esa medida no recortará de ninguna forma el seguro frente al paro.
En cualquier caso, está claro que el desarrollo de planes específicos para los colectivos de parados más vulnerables, a la espera de que se recupere el mercado de trabajo, es uno de los retos más importantes para los principales partidos, en un momento en el que hay casi 4,3 millones de desempleados en España, casi 190.000 de ellos en Málaga.
Con la crisis, el gasto del Gobierno en prestaciones para pagar a los parados malagueños casi se ha duplicado desde los años 2005 y 2006, ejercicios donde el desempleo en la provincia marcó su suelo histórico –67.491 inscritos, con una tasa de paro del 9,9%– y en los que nunca se superó la cifra de 86.000 desempleados. Si por aquel entonces, el desembolso se movió entre los 480 y los 520 millones de euros al año, la realidad a cierre del año 2010, fue mucho más dura socialmente y, de paro, más costosa para el Estado. Tanto, que el pasado año, el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) abonó en la provincia 954,2 millones de euros.
La crisis agota las prestaciones
Junta a esta realidad, se produce un movimiento contrario, pero igual o más preocupante. La enorme duración de la crisis ha provocado que muchos parados hayan agotado ya todos los tipos de prestaciones y ayudas al desempleo, con lo que han quedado ya sin ningún tipo de cobertura.
Según las últimas cifras del Ministerio de Trabajo, cuatro de cada diez parados de la provincia de Málaga no cobran ya ningún tipo de prestación, bien por haber agotado todas las ayudas existentes o por ser personas que no han trabajado nunca antes, por lo que no han generado derecho a percibirlas.
Al mes de septiembre de 2011, en Málaga hay 104.100 desempleados perceptores, lo que representa sólo el 57,5% del total de parados que había ese mes. En enero de este año, por ejemplo, cobraban prestaciones en Málaga 126.900 personas, una cifra que nueve meses después ha bajado un 18%. Esto deja a casi 77.000 malagueños sin cobrar ya nada del Estado.
A efectos estadísticos, la cifra de parados desprotegidos coincide prácticamente con lo que se denomina «parados de larga duración», y que hace referencia a los desempleados que llevan más de 12 meses sin haber trabajado. Este dato ha aumentado hasta un 85% desde inicios de 2009, cuando la crisis económica empezó a reflejarse en toda su crudeza.
El Gobierno, sin embargo, cuando habla de prestaciones, eleva el porcentaje de parados cubiertos al 70%. Para ello, no tiene en cuenta al colectivo de parados sin empleo anterior –jóvenes que no han obtenido todavía su primer empleo o amas de casa que ingresan en el mercado laboral porque su pareja ha perdido el trabajo–, debido a que aún no han generado derecho alguno para optar a la prestación.
Este colectivo reúne en Málaga a 23.250 personas, lo que llevaría efectivamente la tasa de cobertura al 70% y dejaría la cifra real de parados sin ingresos en 53.000.
El líder popular explicó entonces que lo que propone es la adopción de un fondo de capitalización por despido para cada trabajador –el denominado modelo austríaco–, pero hizo hincapié en que esa medida no recortará de ninguna forma el seguro frente al paro.
En cualquier caso, está claro que el desarrollo de planes específicos para los colectivos de parados más vulnerables, a la espera de que se recupere el mercado de trabajo, es uno de los retos más importantes para los principales partidos, en un momento en el que hay casi 4,3 millones de desempleados en España, casi 190.000 de ellos en Málaga.
Con la crisis, el gasto del Gobierno en prestaciones para pagar a los parados malagueños casi se ha duplicado desde los años 2005 y 2006, ejercicios donde el desempleo en la provincia marcó su suelo histórico –67.491 inscritos, con una tasa de paro del 9,9%– y en los que nunca se superó la cifra de 86.000 desempleados. Si por aquel entonces, el desembolso se movió entre los 480 y los 520 millones de euros al año, la realidad a cierre del año 2010, fue mucho más dura socialmente y, de paro, más costosa para el Estado. Tanto, que el pasado año, el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) abonó en la provincia 954,2 millones de euros.
La crisis agota las prestaciones
Junta a esta realidad, se produce un movimiento contrario, pero igual o más preocupante. La enorme duración de la crisis ha provocado que muchos parados hayan agotado ya todos los tipos de prestaciones y ayudas al desempleo, con lo que han quedado ya sin ningún tipo de cobertura.
Según las últimas cifras del Ministerio de Trabajo, cuatro de cada diez parados de la provincia de Málaga no cobran ya ningún tipo de prestación, bien por haber agotado todas las ayudas existentes o por ser personas que no han trabajado nunca antes, por lo que no han generado derecho a percibirlas.
Al mes de septiembre de 2011, en Málaga hay 104.100 desempleados perceptores, lo que representa sólo el 57,5% del total de parados que había ese mes. En enero de este año, por ejemplo, cobraban prestaciones en Málaga 126.900 personas, una cifra que nueve meses después ha bajado un 18%. Esto deja a casi 77.000 malagueños sin cobrar ya nada del Estado.
A efectos estadísticos, la cifra de parados desprotegidos coincide prácticamente con lo que se denomina «parados de larga duración», y que hace referencia a los desempleados que llevan más de 12 meses sin haber trabajado. Este dato ha aumentado hasta un 85% desde inicios de 2009, cuando la crisis económica empezó a reflejarse en toda su crudeza.
El Gobierno, sin embargo, cuando habla de prestaciones, eleva el porcentaje de parados cubiertos al 70%. Para ello, no tiene en cuenta al colectivo de parados sin empleo anterior –jóvenes que no han obtenido todavía su primer empleo o amas de casa que ingresan en el mercado laboral porque su pareja ha perdido el trabajo–, debido a que aún no han generado derecho alguno para optar a la prestación.
Este colectivo reúne en Málaga a 23.250 personas, lo que llevaría efectivamente la tasa de cobertura al 70% y dejaría la cifra real de parados sin ingresos en 53.000.