La historia es reciente. Un matrimonio acude a pasar sus vacaciones en la capital alemana, Berlín. Allí se hospedan en el hotel 'Bleibtreu', donde al registrarse el recepcionista les pregunta por el país de procedencia y la ciudad. Cuando le responden que son de Málaga, el empleado les comenta el buen equipo de fútbol que han configurado y la apuesta económica que el dueño del club, el jeque catarí Abdullah Al-Thani, ha hecho para traer a jugadores de renombre y crear un equipo competitivo. Este episodio, repetido en otros puntos a los que acuden malagueños, es un ejemplo de lo que desde determinados sectores se ha denominado la 'Malagamanía'.
Un fenómeno de raíces deportivas, pero cuyos efectos trascienden más allá de lo que ocurre en el campo de fútbol y tiene implicaciones sociales, económicas, psicológicas y de promoción. La marca Málaga está en boca de todos, sean o no aficionados al deporte rey, y ha generado expectativas positivas en una provincia que ha convertido al club en el abanderado de sus ilusiones.
Los expertos consultados por este periódico coinciden en calificar este clima de euforia colectiva como «un hecho positivo» y más en un contexto de crisis económica como el actual donde predominan las noticias negativas. «Todo lo que está ocurriendo alrededor del Málaga Club de Fútbol es un revulsivo para la provincia. Antes de que esto ocurriera estábamos como apagados.
Parece que cuando no se tiene un equipo de fútbol bueno y competitivo la ciudad parece más decaída. Eso se ha invertido ahora en Málaga y el club es una bandera, un lugar común, al que todos se enganchan», afirma la psicóloga María José Zoilo para explicar hechos como que en la presentación de futbolistas durante un verano -actos a los que solía ir muy pocos aficionados- haya concitado en esta ocasión la atención de miles de personas (el día que Joaquín se vistió de blanquiazul) había 16.000 personas en La Rosaleda.
La profesora de geografía humana de la Universidad de Málaga Carmen Carvajal hace un símil con lo que está ocurriendo respecto al Málaga: «Cuando España ganó la Copa del Mundo a nadie nos entró nada en el bolsillo pero todos estábamos muy contentos de haber ganado y de sentirnos españoles, incluso a los que no les gustaba el fútbol».
Impacto mediático
El impacto mediático del 'petroMálaga' es indudable. Las noticias relacionadas con el club malagueño han ganado espacio en los programas deportivos de las televisiones, radios, periódicos e Internet en España y fuera de sus fronteras. Con ello, indirectamente, se está proyectando una imagen de la provincia, aunque, según los expertos, aún es pronto para cuantificar el impacto económico, cuyos efectos se verán más al largo plazo.
En el corto, la directora creativa y socia fundadora de la empresa de la agencia de comunicación, marketing y publicidad El Cuartel, Pilar Ruiz, sostiene que este fenómeno está contribuyendo a mejorar la imagen de la provincia. «En los últimos años se ha asociado la imagen de Málaga con noticias negativas relacionadas con la corrupción y se nos tiene percibido como una provincia con muchos juicios relacionados con estos delitos. Eso mancha mucho la imagen».
Entre los malagueños se ha instalado la percepción de que tras años de sufrimiento, la provincia cuenta ahora con un club grande capaz de situarse al nivel del Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona. Una grandeza que se demuestra no solo en el aspecto económico sino en el social. Ahí están las ayudas que se ha prestado a otros equipos andaluces -el Málaga ha jugado gratuitamente los trofeos de La Vendimia y el Carranza en Cádiz y tiene convenios de colaboración con el Córdoba y el Jaén- que contribuyen a hacer región. O la apuesta para construir academias para tener bajo control a jugadores con talento y formarlos con valores y alejados de la calle en la capital, Marbella, Vélez-Málaga, Benalmádena o Mijas, Antequera y Ronda.
Una política de inversión económica que va pareja a otros proyectos en los que el jeque se ha interesado como son los puertos deportivos de Marbella -cuya adjudicación ya ha conseguido- y el nuevo de San Andrés en la capital. Por ello, desde la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), su presidente, Javier González de Lara, pone en valor todas aquellas iniciativas, como éstas, que pueden tener una influencia directa sobre el tejido productivo.
«La Liga de fútbol española es muy seguida internacionalmente y eso supone una gran proyección que puede verse acrecentada si el Málaga logra entrar en las competiciones europeas. Todo esto es muy positivo porque beneficia la imagen del área metropolitana de Málaga y su provincia», afirma González de Lara, quien añade que es también un elemento para que Málaga vuelva a confiar en sus posibilidades.
A esta ola de expectación se une el hecho, según confirmaron fuentes de la Federación de Instaladores de Telecomunicaciones (Fenitel), que han notado un aumento -que no pudieron cuantificar- de las peticiones para instalar los canales de pago que ofrecen los partidos de Liga.
Toque de atención
Estas luces no deben hacer olvidar las posibles sombras que se pueden producir si no se cumplen las expectativas. «Ilusionar a la gente es muy fácil, lo complicado es mantener esa ilusión. Si no se cumplen las expectativas, la frustración puede ser mayor», reconoce Zoilo.
Por su parte, Pilar Ruiz, recomendó que esta proyección de la marca Málaga vinculada al fútbol debería ser aprovechada por las instituciones públicas para promocionarla dentro de un paquete más amplio y conjuntando. Mientras que Lourdes Molina, de la agencia Spaincreative, advierte sobre los perniciosos efectos para la imagen de Málaga si este proyecto deportivo no continúa en el futuro.
Fiebre blanquiazul. Hacer patente la pasión por el Málaga CF se ha convertido en un motivo de orgullo.
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