Joris Mathijsen. Jugador del Málaga CF
Mathijsen: "Con 4 años le dije a mi madre que quería jugar al fútbol"
Mathijsen, que se define como "una persona normal", asegura que la única meta del equipo es "ganar cada partido", pero, aunque cree que no debe poner él los objetivos, espera hacer algo grande en Málaga
Carlos Pastor / Orihuela (Alicante) / Enviado Especial | Actualizado 15.07.2011 - 13:36
La primera impresión que da Joris Mathijsen (05-04-80, Goirle, Holanda) es que se trata de un hombre de hechos, de realidades. Pese a que también es un tanto tímido, deja entrever un buen humor. En la primera entrevista que concede como jugador del Málaga, hace un completo repaso a su vida, pues desde los cuatro años empezó a jugar al fútbol, sus sueños, su sufrimiento y el de su selección en el último Mundial y sus sensaciones y anhelos como blanquiazul.
-¿Cómo es Joris Mathijsen?
-Uf, es una pregunta difícil. Soy muy normal. ¿Qué más puedo decir? Estoy casado, tengo dos hijos y juego al fútbol en el Málaga. Como futbolista ya se verá en los próximos años, pero como persona soy muy normal.
-¿Qué le gusta aparte del fútbol?
-Mi familia, que es mi hobby. Normalmente estoy jugando al fútbol con mi equipo o con mi selección, con lo cual no tengo tiempo para nada más que mi trabajo y mi familia.
-¿Cuándo le enganchó el fútbol, cómo empezó?
-Tenía cuatro años y un amigo mío de seis estaba entrenando con el equipo de nuestro pueblo. Mis padres me dicen que, cuando era pequeño, siempre estaba jugando con un balón. Y, con cuatro años, le dije a mi madre que quería ir a jugar con mi amigo. Normalmente se empezaba a jugar a los 6 años, pero yo lo hice con 4.
-Se fue realmente joven al Willem II.
-Jugué ocho años en el equipo de mi pueblo y, con 12, me fui al Willem II, donde estuve hasta los 24.
-¿Cómo fue ese paso?
-Fue un gran cambio porque me iba a un equipo profesional. Es bastante duro porque, de los muchos jugadores que estábamos intentando llegar al primer equipo, sólo dos o tres lo conseguimos. Lo recuerdo como una época muy bonita. Todo el día jugando al fútbol, yendo del colegio a jugar al fútbol... Como el club estaba a diez minutos en bicicleta de mi casa, iba en bici al colegio y en bici a jugar al fútbol.
-¿Cómo transcurrieron esos años hasta que debuta en el primer equipo?
-Era mi sueño. Ir a un club profesional como el Willem II, jugar en su estadio, yo era aficionado de ese equipo... Era mi sueño, un sueño que se convirtió en realidad. Llegar al primer equipo después de estar seis años allí fue realmente increíble. Estoy muy orgulloso de haberlo logrado, es mi equipo de siempre. Cuando tu casa está a pocos minutos del estadio, lo tienes en el corazón, es tu equipo.
-¿Cuál fue el camino?
-Todos los días eran iguales. Por la mañana iba al colegio, luego a entrenar. Comía en el club, o a veces en el estadio y después estudiaba y volvía a jugar. Jugar al fútbol e ir a la escuela. Poder compaginarlo para mí era un sueño. No podía ser mejor.
-Desde el día que debutó con el primer equipo y hasta su fichaje por el Málaga ha recorrido mucho.
-No sé exactamente los partidos que he jugado, creo que muchos. ¿Cómo me siento? Yo no me siento mayor, por supuesto (se ríe). Jugué cinco años en el primer equipo del Willem II, dos años en Alkmaar, cinco en el Hamburgo. He disfrutado en todos los equipos que he jugado. No he ganado ningún gran título, lo he intentado cada año, pero sólo puedo decir que estoy orgulloso de haber jugado en esos equipos. El día a día ha sido muy gratificante.
-En el AZ Alkmaar coincidió con Louis van Gaal. ¿Qué tal fue esa experiencia?
-Sólo fue un año, pero fue un gran año. Es probablemente el mejor entrenador que he conocido. Hace mejor al equipo, mejor a cada jugador individualmente.
-Ha estado en dos Mundiales y una Eurocopa. ¿Cómo son esas vivencias?
-Son momentos muy bonitos para un jugador, especialmente jugar un Mundial. También están los sentimientos de representar a tu país, es algo increíble. Pudimos ganar el último Mundial; no lo hicimos, pero intentaremos tomarnos revancha el año que viene. Son partidos muy especiales, como también lo es ahora jugar la liga española, que es algo nuevo para mí.
-En la semifinal del pasado Mundial, ante Uruguay, se enfrentó a Sebastián Fernández, jugador del Málaga que aún no se ha incorporado al equipo. ¿Se acuerda de él?
-Por supuesto que me acuerdo, él jugaba con Uruguay. Nosotros pudimos ganarles y tuvimos la oportunidad de alcanzar la final. Sé que ahora está de vacaciones, pero en pocas semanas le veré.
-Sin querer hurgar en la herida, usted fue el que vio más cerca que el pase de Cesc en la prórroga de la final llegaba a Iniesta, que marcó en esa jugada el gol que dio la victoria a España. ¿Qué se le pasó por la mente en ese instante?
-Que estaba en fuera de juego. Y lo estaba (carcajada). No, no me acuerdo de ese momento exacto, sólo de cuando el balón entró. Fue terrible. Estábamos convencidos de que íbamos a ganar en la tanda de penaltis y encajamos ese gol faltando tan poco tiempo.
-¿Cómo se levanta uno de ese golpe?
-Oh, es difícil, necesitas bastante tiempo. No he vuelto a ver el partido, sólo algunos momentos. Un mes después teníamos un amistoso. No lo jugamos, el equipo no estaba con ánimo. En septiembre empezamos la calificación para la Eurocopa, ante San Marino y Finlandia sumamos seis puntos en dos partidos. Es bueno, pero seguíamos sin estar motivados. Hasta octubre no recuperamos las sensaciones que teníamos durante la Copa del Mundo. Nos costó tres meses.
-Al final el lunes pasado no se dio de baja...
-Era una broma que hice el día de mi presentación. Pero vimos los periódicos de ese día, todos hablando de la final y pasamos un mal día... No puedes hacer nada ahora.
-Ahora está en el Málaga tras un fichaje relámpago, que firmó un jueves y el sábado se casó. Menudo estrés pasaría esos días.
-Fue como una película. Esa semana estaba con los preparativos de la boda y, el martes, me llamó mi agente. El miércoles voy a Málaga e intentamos adelantar el reconocimiento médico para firmar cuanto antes los contratos y poder casarme e irme ir de luna de miel. Al final, el jueves por la noche estaba volando de vuelta a casa.
-Ya el día de su presentación en La Rosaleda vio la ilusión que hay en la afición con este equipo. ¿Qué comentan entre ustedes?
-Claro que veo que los aficionados están muy entusiasmados. Nosotros hablamos sobre ello, pero eso se queda dentro. El objetivo es alcanzar algo. Lo primero es ganar cada partido, el primero, el segundo, el siguiente. Tenemos que ganar.
-En el poco tiempo que lleva se le ve integrado. Incluso se dice que ya ha gastado alguna broma a los encargados del material.
-¿Lo viste?
-No, me lo han contado.
-Ja, ja, ¿qué puedo decir? Por supuesto que tú intentas sentirte cómodo. Intentas hacerlo lo antes posible. Somos muchos jugadores nuevos y es muy importante conocernos lo antes posible, crear equipo. Queda muy poco tiempo y hay que trabajar mucho día a día en las relaciones internas del equipo.
-Es obvio que Van Nistelrooy es su gran apoyo aquí, pero ¿con qué otros jugadores está conectando?
-Uf. Hemos comido en la misma mesa que Demichelis, porque habla alemán, Enzo [Maresca], que habla inglés. Es normal que la primera conexión la tenga con los compañeros que hablan inglés o alemán. Julio [Baptista] también habla inglés, Willy [Caballero], y son con los que nos hemos sentado a la mesa. De momento son con los que más roce tengo. [la entrevista se realiza justo después del almuerzo del equipo].
-De lo que lleva visto, ¿qué y quién es lo que más le ha sorprendido?
-Creo que el que en el equipo todo el mundo quiere jugar fútbol, muy buen fútbol. Creo que en España, como también en Holanda, es lo que nos gusta. No sólo balones largos e intentar hacer un gol. Nosotros queremos jugar al fútbol. Estoy entusiasmado con ello.
-La primera lesión seria de la temporada la ha sufrido Weligton, el jugador que pugna con usted por hacerse con el puesto de central zurdo.
-No importa si es en mi posición o es un delantero o un portero. Siempre que se lesiona un jugador, nosotros estamos disgustados. Esperamos que se recupere rápido, necesitamos a todos los jugadores. En cualquier equipo hay 20, 25 jugadores, hay lesiones cada año y siempre es desagradable cuando alguien está lesionado.
-Visto el periodo de recuperación que le espera a Weligton, usted tiene ya más posibilidades de jugar ante el Barcelona el primer partido de Liga.
-No pienso en eso. Faltan cinco semanas, hay mucho trabajo, partidos amistosos, no pienso en lo que pasará dentro de cinco semanas. Primero hay que hacer una buena preparación y ya luego veremos.
-¿Cómo se imagina usted el final de este proyecto que está iniciando?
-He firmado dos años, con uno más opcional. Por supuesto que espero que hagamos grandes cosas esta temporada, pero no creo que sea mi trabajo decir que vamos a conseguir esto y lo otro. El presidente, el entrenador, el director deportivo son los que deben poner las metas. Para el equipo sólo hay una cosa: queremos ganar partidos. Por supuesto que queremos alcanzar las competiciones europeas, pero tenemos que demostrarlo en el campo, cada partido.