Buonanotte: ´Uno madura con los golpes, es duro, pero hay que acostumbrarse´
En siete meses, le han gritado «asesino» por el accidente de coche en el que murieron tres amigos, ha firmado por el Málaga CF, ha sido padre y ha sufrido el descenso del River Plate
El centrocampista argentino es un niño que se hace grande a pasos agigantados.
MIGUEL GÁMEZ Diego Mario Buonanotte Rende (Teodelina, Santa Fé, Argentina, 19/04/1988) quiere darle un vuelco a su vida tras el trágico accidente de tráfico en diciembre de 2009 en el que murieron tres jóvenes, dos de ellos amigos de la infancia (Alexis y Manuel). Por ellos se tatuó sus nombres en un brazo. En el otro, aunque se iba a tatuar una virgen, finalmente fue una cruz, en agradecimiento a Dios por haber salvado su vida.
¿Quién es Diego Buonanotte?
No tengo una posición estática, puedo jugar en los dos costados, para aprovechar la gambeta (regate) y el gol. En las prácticas estoy jugando en la banda izquierda, una posición nueva a la que habrá que adaptarse.
¿Y lejos de una cancha?
Me gusta estar con la familia. Cuando no se tiene, se aferra uno más a ella.
¿Cuál es el máximo tiempo que ha estado sin ver a sus padres?
Siempre he estado con ellos. Mi padre, Mario y mi madre, Noemí. Ella venía a verme a todos los partidos. Tengo dos hermanas, Regina, de 28 años, y Sofía, de 25. Es mi primer experiencia en Europa, no podré estar con mi familia, pero sí con mi nueva familia, que es la que formé con mi mujer, Jenny, y mi hija, Lucía, de dos meses. Ya llegaron ambas y las veré mañana de Argentina (por hoy). Es el apoyo incondicional que tengo. Mi mujer está ahí para ayudarme, para consolarme y para estar a mi lado, como la gente que me quiere. Lucía, con sólo dos meses, como hace ya diez días que no la veo, me parece que ha cambiado y no veo la hora de verla. Seguramente, hará cosas nue vas. Es una experiencia increíble y espero disfrutarla mucho. Ojalá nos traiga Lucía más felicidad aún a nuestra familia.
¿Ha llegado a llorar en esta pretemporada?
Sí, algunas lágrimas se caen. Es normal que uno la extrañe cuando es tan chica (se emociona).
¿Es Buonanotte un niño que está creciendo rápido con todas las cosas que le están pasando?
Uno madura con los golpes. Es duro que sea así, pero uno tiene que acostumbrarse a lo que está viviendo. Me ha tocado vivir cosas feas y también buenas, pero sobre todo una muy fea. Uno madura y ve las cosas diferentes.
¿Qué echa de menos de Argentina?
Me crié en River. Obviamente, soy hincha de River. Y uno echa de menos lo que es Argentina. Esto es otro mundo, espectacular. Extraña los compañeros, pero tengo que darle vuelta a la hoja para debutar en Europa, lo que soñé.
Usted es el más pequeño y quizás el más mimado de la familia, al tener dos hermanas mayores. ¿O no?
Sí, y por eso me ha costado más despegarme de la familia.
¿Qué aficiones tiene?
Me gusta ver y practicar casi todos los deportes: tenis, pádel, menos el rugby. Pero en los momentos libres prefiero estar con la familia, que es lo más lindo. Y de mis amigos.
¿Y la música?
La música me gusta, pero no soy un fanático. Oigo música cuando me reúno con un amigo para un asado y cosas así.
¿Un asado es la excusa perfecta para que la familia se reúna un día libre?
Sí, dentro de un mes viene a Málaga un amigo mío, Emiliano, que es el padrino de Lucía y que jugó en River cuando éramos pequeños, porque quiero que mi familia y la gente que me quiere vea dónde vivo y cómo es mi vida acá.
Tiene dos tatuajes en los brazos. Se ve que le gustan.
No me gustan los tatuajes, porque cuando seas mayor por la parte que más se ve se notará arrugada la piel y más por el dolor... Pero después de lo que me pasó me tatué los nombres de mis mejores amigos (Ema, de Manuel, y Ale, de Alexis) y luego quise tatuarme una virgen, que no encontré, por dejarme en vida, el dibujo de las vírgenes que vi no me parecían lo mejor, y me tatué una cruz en agradecimiento por estar en vida. Le copié la cruz a la mujer de Matías Almeyda.
¿Ha olvidado la tragedia del accidente de tráfico?
Sí... Siempre va a estar presente, pero con el tiempo el dolor será el mismo, pero uno lo va tomando de otra forma, va aceptando lo que pasó. Y se queda con el mejor recuerdo de los amigos. Dios quiera que el dolor se vaya yendo.
¿Qué es lo mejor que le ha pasado en su vida?
Ser campeón con River del Clausura en 2008, en el que salí máximo goleador, y luego en los Juegos Olímpicos de Pekín (a su vez en 2008) me tocó jugar, convertir y llevarme la medalla de oro. Y ahora me toca jugar en este Málaga. Que un club haya apostado por mi juego cuando yo no venía jugando por problemas personales, y más después del accidente... está en mí demostrar de lo que soy capaz. Quiero devolver todo el apoyo de la gente en Málaga, especialmente a Antonio Fernández, que conmigo se portó de maravilla. Y se lo agradeceré de por vida. La gente me apoyó desde el principio y es algo muy lindo. Ver que me acogió tanta gente. Los vecinos me brindaron todo el apoyo. Es un país lindo para vivir siempre. Tenía que haberme venido hace 6 meses, cuando firmé.