El proyecto no deja de crecer en lo económico y los nuevos propietarios cada vez están más arraigados en la ciudad
EMILIO FERNÁNDEZ El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas.
El nuevo Málaga CF, pese a su política de fichajes estelares, no se escapa al debate. Van Nistelrooy, Toulalan, Joaquín, Monreal, ¿Cazorla?... El club de Martiricos desafía todas las leyes económicas en plena época general de vacas flacas. Con media Liga en Ley Concursal y la otra media cruzando los dedos para que sus deudas no les lleven también al abismo, el malaguismo vibra cada cuatro o cinco tardes en La Rosaleda recibiendo a estrellas que se estrenan con la casaca nike albiceleste ante un desfile procesional de devotos más propio del Jueves Santo que de un día de pretemporada del mes de junio.
Pero no llueve a gusto de todos. ¡Cómo no! Como siempre en estos casos aparecen voces críticas dispuestas a poner «peros». Agoreros que anuncian en la barra del bar de turno que todo este despliegue es la antesala de la apocalipsis que está por llegar. Son ésos a los que no les va bien nada. Si se ficha a éste, malo. Y si viene aquél, peor. Son los que dicen que Van Nistelrooy es un viejo venido a menos que está ya de vuelta, que Monreal nunca ha ganado nada, que Toulalan es un deshecho de la selección francesa o que Joaquín viene a jubilarse a la Costa del Sol. Ya se sabe que el llevar la contra es un deporte nacional especialmente arraigado en esta tierra. Que el «ya lo verás» es una filosofía de vida para muchos. Son los mismos, por cierto, que cuando llegó Al Thani a Málaga hace un año profetizaron que en un par de meses el «paganini» se cansaría de esto y que habría que echar el cierre.
Objetivamente hablando –si es que la objetividad existe, claro– los hechos demuestran otra cosa. El proyecto no deja de crecer en lo económico y los nuevos propietarios cada vez están más arraigados en la ciudad. Sólo hace falta, eso sí, que a partir del 20 de agosto la pelotita quiera entrar. Los mimbres están puestos, pero el deporte no atiende a razones (los del River Plate lo saben bien). A los del mal fario, no obstante, les auguro ya sólo dos meses más de margen para criticar y lanzar sus proclamas catastrofistas. Después, seguro, apoyados en la misma barra del bar en la que criticaron tanto todo el verano, vibrarán con cada gol del viejo venido a menos, con cada carrera por la banda del que nunca ganó nada, con cada recuperación en el centro del campo del descarte bleu y con cada centro al área del que quería jubilarse bajo el sol de esta bendita tierra en la que cabemos todos: los agoreros y nosotros.
www.laopiniondemalaga.es
EMILIO FERNÁNDEZ El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas.
El nuevo Málaga CF, pese a su política de fichajes estelares, no se escapa al debate. Van Nistelrooy, Toulalan, Joaquín, Monreal, ¿Cazorla?... El club de Martiricos desafía todas las leyes económicas en plena época general de vacas flacas. Con media Liga en Ley Concursal y la otra media cruzando los dedos para que sus deudas no les lleven también al abismo, el malaguismo vibra cada cuatro o cinco tardes en La Rosaleda recibiendo a estrellas que se estrenan con la casaca nike albiceleste ante un desfile procesional de devotos más propio del Jueves Santo que de un día de pretemporada del mes de junio.
Pero no llueve a gusto de todos. ¡Cómo no! Como siempre en estos casos aparecen voces críticas dispuestas a poner «peros». Agoreros que anuncian en la barra del bar de turno que todo este despliegue es la antesala de la apocalipsis que está por llegar. Son ésos a los que no les va bien nada. Si se ficha a éste, malo. Y si viene aquél, peor. Son los que dicen que Van Nistelrooy es un viejo venido a menos que está ya de vuelta, que Monreal nunca ha ganado nada, que Toulalan es un deshecho de la selección francesa o que Joaquín viene a jubilarse a la Costa del Sol. Ya se sabe que el llevar la contra es un deporte nacional especialmente arraigado en esta tierra. Que el «ya lo verás» es una filosofía de vida para muchos. Son los mismos, por cierto, que cuando llegó Al Thani a Málaga hace un año profetizaron que en un par de meses el «paganini» se cansaría de esto y que habría que echar el cierre.
Objetivamente hablando –si es que la objetividad existe, claro– los hechos demuestran otra cosa. El proyecto no deja de crecer en lo económico y los nuevos propietarios cada vez están más arraigados en la ciudad. Sólo hace falta, eso sí, que a partir del 20 de agosto la pelotita quiera entrar. Los mimbres están puestos, pero el deporte no atiende a razones (los del River Plate lo saben bien). A los del mal fario, no obstante, les auguro ya sólo dos meses más de margen para criticar y lanzar sus proclamas catastrofistas. Después, seguro, apoyados en la misma barra del bar en la que criticaron tanto todo el verano, vibrarán con cada gol del viejo venido a menos, con cada carrera por la banda del que nunca ganó nada, con cada recuperación en el centro del campo del descarte bleu y con cada centro al área del que quería jubilarse bajo el sol de esta bendita tierra en la que cabemos todos: los agoreros y nosotros.
www.laopiniondemalaga.es