Maresca reconoce que, tras el parón que sufrió hasta llegar al Málaga, le beneficia salir las segundas partes. "Ojalá pueda servir para que el equipo salga del descenso"
Vincenzo Maresca (Pontecagnano Faiano, provincia de Salerno, Italia, 10 de febrero de 1980), por cuna y devoción hincha de la Salernitana, el equipo de su tierra, vuelve a demostrar en Málaga retazos de un fútbol que le llevó 11 títulos a su palmarés. Cuatro meses sin jugar, "hay que vivirlo", dice para entenderlos, le llevaron a un proceso de adaptación física complejo. Comprende las críticas que recibió, pese explicar que fue un servicio al equipo cuando lo necesitaba, y reconoce que ahora, entrando en las segundas partes, aporta más, su única finalidad, aunque a nadie le amargue un dulce. "Es la realidad".
-Una victoria y ya llueve menos. Pero aún llueve.
-Hombre, sí. Creo que el camino correcto es el del domingo pasado. Hace dos con Osasuna creo que no jugamos un gran partido pero, de todas maneras, el equipo creó cuatro o cinco ocasiones claras para marcar y ganar. Tuvimos poco acierto, un poco de mala suerte. El partido del domingo pasado creo que es el camino correcto.
-Cuando usted firmó por el Málaga, ¿esperaba que los acontecimientos transcurrieran así?
-Sí. La situación del equipo era más o menos la misma. Sabía que hasta el final de temporada íbamos a pelear para salir del descenso. El fútbol es esto. No es que de un día a otro, porque llegue uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis o siete… Al revés. Creo que cuanta más gente llega, más tiempo se necesita para que la cosa funcione bien.
-¿Y en la faceta personal?
-Como venía de estar cuatro meses sin competir, y habiendo competido toda mi vida, sabía que iba a ser complicado y difícil. Ha habido momentos que me ha costado más, otros que menos, pero esta es la realidad. No hay tiempo para plantearse o pensar si se puede hacer algo más o menos. Creo que en este momento tenemos que ir a por la salvación, que es lo único que cuenta.
-Regateó con elegancia cuando se le cuestionó sobre los gestos de desaprobación a su persona desde la grada, pero ¿uno cómo llega a controlarse a esos niveles para abstraerse de ello?
-A todos los futbolistas les gustaría tener siempre la aprobación de la grada, del club, del entrenador, porque estamos en el campo también para ello. Pero, bueno, por diferentes acontecimientos no siempre se consigue. Lo único que me planteo es trabajar día a día porque, hasta hoy, personalmente ha funcionado muy bien porque he tenido la suerte de tener bastantes resultados. Entonces, la gente viene al campo, paga y es dueña de hacer lo que piense que es lo correcto.
-¿Se sintió incomprendido?
-No, incomprendido no. El equipo está en una situación no buena. Creo que cualquier aficionado tiene ganas de verle salir del descenso. Entonces, si ve que la cosa en el campo no funciona bien, es normal que intente manifestarlo. Pero yo personalmente me preocupo poco. A mí me gustaría que la gente fuera siempre positiva hacia mí, pero yo sé que esto es el fútbol, es así y por suerte el domingo después ya tuve la suerte de marcar un gol, de dar una asistencia y ya parecía que todo había pasado. Pero, bueno, esto es el fútbol y da muchas vueltas.
-Ahora que empieza a mostrar parte de su fútbol, ¿le gustaría decir algo al respecto?
-No, personalmente creo que en este momento cada uno de nosotros tiene que poner todas las armas a disposición del equipo porque lo único que me vale, nos vale, le vale a la ciudad entera es la salvación. Encima es que no llevo aquí ni un año. Jugué mi primer partido el 8 de enero y estamos a poco más de dos meses. Creo que con el tiempo se pone todo en su sitio y esto es lo único que me interesa.
-Algunos pensamos que su mano en el campo se está notando mucho en los partidos en los que salió desde el banquillo (Villarreal, Almería y Real Sociedad). ¿Ha encontrado en esa situación su momento para ser importante?
-Hombre, como te decía antes, todos los futbolistas de la plantilla se tienen que poner a disposición del entrenador y del club para salvarnos, que es lo más importante. Si tú preguntas a cualquier futbolista de la plantilla, siempre te dirá que le gustaría jugar siempre 90 minutos. La realidad dice que en este momento es diferente, entonces hay que intentar que, aunque sea en dos minutos, hacerlo de una manera perfecta. Como acabas de decir, con el Villarreal tuve la suerte de entrar e iniciar la jugada del gol, con el Almería igual y con la Real Sociedad creo que tuve 20 minutos bastante bien. Quizás, como cuatro meses los que he estado sin competir, la mejor manera era empezar como estamos haciendo ahora, poco a poco. Pero, como el equipo lo necesitaba, intentamos forzar y la verdad es que la cosa no salió bien. Ahora salió bien y ojalá que esto pueda servir al equipo para que salgamos del descenso.
-No sé si es aficionado al baloncesto, pero, salvando las distancias de dos deportes diferentes, yo compararía esta situación con la de Papaloukas, el base griego del Olympiacos, que prefiere salir desde el banquillo para analizar primero el partido. ¿Usted lo percibe así?
-Tengo dos camisetas de baloncesto. Una la conseguí cuando jugaba en Sevilla, que vino la selección a jugar el Europeo y logré la camiseta de Calderón. Y el año pasado, cuando jugaba en el Olympiacos, fui a ver un partido y conseguí la camiseta de Papaloukas. No sigo mucho el baloncesto, pero conozco a los equipos y a los jugadores más importantes. Es pura coincidencia. Te vuelvo a decir: si me dicen que jugando 20 minutos, prefiero jugar 20 minutos. Si me dicen que desde el principio aporto más, prefiero hacerlo desde el principio. En este momento te puedo decir que está funcionando mejor hacerlo en la segunda parte, pero es normal que todo futbolista prefiera otra cosa.
-¿Cómo está físicamente?
-Ya estoy bien. Creo que el problema es solamente de resultados, de confianza y de salir de donde estamos. Esto se consigue de una manera: ganando partidos, cogiendo confianza. Pero no creo que sea sólo un discurso personal, creo que es un tema general. El equipo va funcionando mejor cuando va cogiendo confianza, cuando llegan los resultados y cuando todo el mundo se siente bien. Cuando la cosa no va bien, es normal que siempre se esté sufriendo y esto se nota.
-¿Qué espera hacer en Málaga?
-Lo más inminente, la salvación. Y luego creo que se puede planear algo importante, pero en este momento no tenemos tiempo para pensar en ese plan.
-Ha jugado en cuatro países distintos (Inglaterra, Italia, España y Grecia). ¿Qué peculiaridades destacaría de cada uno de ellos?
-Yo digo que en Italia es un fútbol táctico, en España un fútbol técnico, en Inglaterra es un fútbol de carrera y en Grecia para mí ha sido la locura, un país que futbolísticamente no me ha gustado mucho.
-Dice que en Grecia no lo pasó bien. ¿Qué ocurrió en el Olympiacos para que decidiera marcharse?
-A mí me gusta el fútbol, el día a día, la organización, la programación… Y ahí es todo el día a día pero de locura. Hoy bien, mañana mal, si pierdes un partido se cambia el entrenador… Es un poco la locura, esto es un poco Grecia. Imagino que desde fuera se ve también así. Esto fue lo que no me gustó mucho.
-¿Qué y quiénes le han marcado dentro de todas esas experiencias?
-Han sido experiencias diferentes y en momentos diferentes. En Inglaterra tenía sólo 18 años. Luego volví a Italia y a los 25 años me vine a España… Yo siempre creo que he estado acompañado por mirar la realidad de mi familia, que es una familia de trabajadores. Mi padre sigue trabajando, mis hermanos trabajan. Creo que la suerte que he tenido es que he conocido las dos partes y esto ayuda para valorar lo que tienes y lo que no.
-¿Y cómo se vive ese intervalo de tiempo hasta encontrar equipo?
-Cuando me fui de Grecia tuve la oportunidad de encontrar equipo el día después. Lo que pasa es que era en Turquía. No me voy a ir de Grecia para Turquía, que más o menos es lo mismo. Como terminaba el plazo para fichar, estuve cuatro meses en Florencia entrenando con la Fiorentina. Creo que se pasa mal cuando no es una decisión tuya pero, cuando sí lo has decidido, por lo menos lo has valorado. Y yo, antes de rescindir el contrato con el Olympiacos, me planteé el hecho de quedarme parado, pero lo prefería antes que hacerlo en un sitio en el que no estaba a gusto.
-¿Puede uno dejar de sentirse futbolista por ver que no ejerce?
-Esta es una sensación que hay que probarla. Llevo bastantes años de profesional, compitiendo todos los días, y de repente te encuentras en casa. Estás sin competir y un poco lo echas de menos. Pero, como te dije, fue una decisión mía y no hay ningún problema.
-¿Qué Málaga se ha encontrado en comparación con el que conocía de su etapa en el Sevilla?
-La realidad dice que, quitando alguna vez, ha sido un equipo que ha peleado por la salvación. Al final me he encontrado el mismo Málaga de cuando yo estaba en España. Ojalá podamos salir de esto y pensar en algo diferente.
-Imagino que aún no conocerá personalmente al presidente.
-No. Conocí la semana pasada al vicepresidente.
-¿Qué le parece?
-Creo que para un futbolista, para un equipo, siempre es importante ver la presencia del presidente o del vicepresidente. Personalmente, me dio una muy buena impresión y creo que el equipo también lo necesitaba.
-¿Cómo se valora desde el vestuario el regreso a la ciudad de Abdullah Ghubn la semana pasada?
-Muy bien. No hemos hecho comentarios, pero te digo que si tú en tu empresa nunca ves al jefe, cuando lo ves siempre estás un poco… En el fútbol, como en cualquier profesión, siempre es importante la presencia de quien manda.
-¿Puede hacer su presencia que se sientan incluso más arropados?
-Sin duda.
-¿Qué les ha dicho?
-Que empezaba nuestra Liga, que quedaban 11 partidos, que el equipo podía salir del descenso y nada más. Creo que en este momento el equipo necesita un trabajo psicológico, de cabeza, y él ha intentado trabajar un poco este tema.
-Y les habrá prometido algo.
-No. Bueno, creo que la única promesa que nos podemos hacer nosotros mismos es jugar en Primera el año que viene. Cualquier cosa que te prometan no tiene el mismo valor que volver a jugar en Primera.
-Ve el calendario que les queda y le dice…
-Parece que somos uno de los equipos que mejor calendario tienen de los que están abajo, pero también la realidad dice que perdimos en casa con el Zaragoza y Osasuna. Creo que el calendario hay que mirarlo relativamente y mirar siempre el partido que viene siempre después.
-Habla de las derrotas en La Rosaleda ante dos rivales directos, pero, yendo un poco más allá, ¿qué explicación puede tener que el equipo sea el único de la Liga que suma más puntos fuera que en casa?
-Quizás el equipo, por una manera de jugar, se encuentra más cómodo fuera. Cuando tú juegas en casa estás obligado a ganar, a tener la iniciativa y entonces quizás pierdes un poco la referencia en el campo. Mientras vas fuera, esperas al equipo contrario, te quedas ordenado en el campo y a la contra le puedes hacer daño, cosa que creo que ha funcionado más. Creo que es solamente por eso.
-Fíjese que del descenso no le he preguntado…
-(Sonríe) Ya, bueno, pero llevo toda la entrevista hablando de ello. Mejor ni hablarlo y ojalá, el siguiente partido no creo, pero en dos o tres partidos estar ya fuera. Que con esto no quiere decir nada, porque, aunque estemos fuera del descenso, hasta el último minuto del último partido será una pelea, pero por lo menos verte una semana fuera, que te da más moral.
-Pues que así sea.
-Ojalá, ojalá, ojalá.
http://www.malagahoy.es/article/deportes/929042/si/me/dicen/jugando/minutos/aporto/mas/prefiero/hacerlo.html