"Yo creo que me ha llegado un poco tarde para aprender, pero los jugadores de la cantera, si tienen ganas y demuestran voluntad, tienen un entrenador que les puede aportar mucho", ensalza Helder a Pellegrini

La complexión física de Helder es directamente proporcional a su encanto. Ambos aspectos, a primera vista, sorprenden. Y no es fácil. El portugués es una persona alegre, de sonrisa perenne y amigo de las bromas para que reine un buen ambiente. Quizás lo más fuerte de su encanto es la sinceridad. Desde el verano de 2008, y su confesión de por qué llegó con exceso de peso, quedó claro que no se esconde. Sin embargo, esta felicidad la había perdido por las lesiones producidas por ese desliz. Ahora, lo único que le quita la sonrisa de la cara es ver que el Málaga no está donde cree que debe. Ya sano, arde en deseos para contribuir en la reacción blanquiazul.

-Hay una película que se titula 'Fiebre del sábado noche'. Lo suyo en Valencia fue algo más que eso.

-Uf. ¿Qué podemos hablar de Valencia? La gente ya ha visto lo que ha pasado. Hay que comenzar a pensar en adelante. Fue un partido, las cosas nos estaban saliendo bien, al final acabamos derrotados, pero hay que pensar en el Zaragoza.

-Sí, pero siguiendo con la analogía con el título de la película, a partir del cual se han producido musicales y algún programa, de Valencia también salieron cosas.

-Yo qué sé. Nunca he visto un partido así, nunca he estado en una situación así. Vamos a por un objetivo y al final salimos derrotados por el adversario, pero porque había un tercer elemento que no nos dejó practicar lo que habíamos trabajado durante la semana. Al final no hay que pensar tanto en el arbitraje y seguir para adelante.

-La cara de asombro cuando le expulsaron dijo bastante. Pero, ¿realmente qué pensó?

-Tenía la certeza de que no había hecho un corte de mangas. Por eso la cara de sorprendido. Me estaba mostrando una tarjeta que no sabía por qué. Cuando me fui al banquillo, el entrenador me preguntó y le dije que, sinceramente, no había hecho un corte de mangas. Al final, si me han quitado el castigo, es porque no se ve que hubiera nada. Yo tenía la conciencia tranquila.

-Menos mal que Competición la dejó sin efecto. Si no el equipo sí que se queda en cuadro.

-Esta semana es importantísima, porque jugamos con un rival directo. Aparte, vamos a tener bajas importantes… Al quitarme el castigo, puedo ser una opción más para el entrenador en este partido. ¡A ver si me toca jugar!

-Reconociendo que a los demás también es una faena que les sancionen, a usted, ahora que vuelve a jugar, ¿no cree que es algo más?

-Soy de los que piensa que, si mi colega de posición está jugando fenómeno, que siga así. Sé que voy a tener que trabajar más. No deseo a nadie las sanciones que han tenido Weligton y Demichelis. Yo también estaría castigado a ojos del arbitraje. Weligton enfermó en la concentración y a mí me tocó jugar, que no iba a salir de inicio. Creo que estaba haciendo un buen partido, pero al final no sumamos. Son dos partidos los que me puede tocar jugar por las sanciones, pero no es algo en lo que piense, sino en sacar al equipo cuanto antes de abajo.

-Se lo decía porque la gente se puede ir a la frivolidad de la barbacoa, pero no sabe lo que también ha sufrido usted este tiempo. Y tampoco es fácil que entiendan tanto problema físico en un hombre de su complexión.

-Yo hice las declaraciones de que fui de barbacoa porque soy una persona sincera. A lo mejor no debí hacerlo, pero como nunca había tenido lesiones, pensaba que la solución era simplemente perder peso. La verdad es que no ha sido así. He pasado un año y medio muy malo, escuchar algunos comentarios también me dolía, pero han sido por unas palabras mías. Así que lo que tengo que hacer es trabajar y ver si me toca jugar más.

-Cuénteme como vivió todo este proceso.

-Entrenaba, me sentía bien, para estar ahí. Pero siempre llegaba un momento en el que me volvía a romper. Llegaba una lesión, otra, lesiones por todos lados. Llegué a pensar que tenía que ir a una bruja porque me habían hecho la cruz. Hubo momentos en los que tenía miedo de entrenar, completar un entrenamiento. No era porque no me sintiese bien, sino porque las recaídas eran tantas que ya llevaba ese miedo. Pero, al final, aquí estoy.

-Por lo que cuenta, no sólo le afectó mentalmente, sino a su vida diaria.

-Claro, me afectó un montón. Estás allí un año parado, ves que tu equipo tampoco está muy bien, quieres ayudar y no puedes. La verdad es que te desanima hasta para el día a día. Este tiempo que he estado lesionado, mi día a día era completamente diferente.

-¿Le llegaron a dar una explicación científica de por qué tanta recaída y en tantos sitios?

-La razón la veo yo. Creo que es porque me exigía mucho. Un jugador con sobrepeso no puede llegar y ponerse un plazo para que el exceso se vaya corriendo. Eso me mató, porque fue la mudanza constante de peso, el cuerpo se va modificando y al final te desgastas un montón. Cuando haces un esfuerzo, has de hacer una comida en condiciones, no ponerte raciones para que de un día a otro adelgaces.

-Esta pretemporada llegó fino, pero sólo jugó dos partidos en Liga.

-Es verdad, en vacaciones trabajé. Me estaba sintiendo bien con Jesualdo. Él habló conmigo y me dijo que me veía bien y al final me acabé lesionando. Creo que eso fue por mala suerte. El segundo entrenador también había hablado conmigo, me dijo que les gustaba, que era mala suerte que me hubiera lesionado, pero al final me perdí la pretemporada y eso es complicado para cualquier jugador.

-¿Ahora ya podemos decir que Helder ha vuelto?

-Sí, ahora yo me siento bien. Desde hace unas semanas me siento yo. Pellegrini, al llegar, me dijo que tenía que bajar peso, pero no corriendo. Tienes que sentir que estás bajando progresivamente, pero no porque no comas. Y la verdad es que me siento bien.

-Dentro de toda esta vorágine personal que ha vivido, ¿cómo vivió el enorme cambio del club?

-Yo llegué a Málaga hace cuatro años y ves que es un cambio loco. Son cosas que a lo mejor tú crees que no tienen importancia, pero desde un desayuno en el club hasta que estés con jugadores que vienen de grandes equipos, te dan ganas de trabajar más, de estar en este proyecto más tiempo. Los que están llegando nuevos, si tienen la oportunidad o si quieren, es la ocasión de aprender. Yo creo que me ha llegado un poco tarde para aprender con Pellegrini, porque se ve que es de estas personas que da todo para lo que hace, lo deja todo, te enseña el máximo. Los jugadores de la cantera, si tienen ganas y demuestran voluntad, tienen un entrenador que les puede aportar mucho.

-¿Qué le dicen desde su entorno de los nuevos dueños?

-Me dicen qué pasa, que si tiene dinero que no se acaba... Pero mi hermano, que ya ha tenido la oportunidad de ver cómo han cambiado las instalaciones, me dijo que qué bueno que me trajo aquí. Para quien se quede, para quien tenga ganas, aquí se está fenómeno.

-¿Algunos amigos o ex compañeros le llaman diciendo que quieren venir aquí?

-Sí, muchos. El otro día estuve hablando con Ricardo Costa, del Valencia. Él es muy amigo de Tonel, el central del Sporting de Lisboa, que me dijo que si Málaga era una buena ciudad. Yo le contesté que sí, pero que tú te quedas ahí (risas).

-Deduzco de sus palabras que ahora en el Málaga se disfruta.

-No, no estamos disfrutando porque el equipo no está haciendo una buena temporada.

-Me refería a la hora de trabajar.

-Hombre, está todo muy guapo. Pero lo importante es lo deportivo y, si no va bien, no puedes disfrutar. Sí puedo decir que se nota al equipo con ganas de trabajar aunque los resultados no nos estén acompañando. Si sacamos esto, tenemos mucho que disfrutar.

-Al equipo sí se le está viendo una evolución importante.

-Llevamos dos meses con Pellegrini, y el suyo es un trabajo que necesita su tiempo. En el poco tiempo que llevamos hay cosas que estamos asimilando bien. Cuanto antes las asimilemos, más rápido alcanzaremos el objetivo.

-Ahora vienen los momentos de la verdad.

-Sí, hay que olvidar al Valencia, el arbitraje y pensar en el sábado, que es nuestra batalla. En casa tenemos que ser nosotros venga quien venga.

-¿Helder se ve ante el Zaragoza?

-Ahora que me han quitado la tarjeta, puedo ser una opción.

-¿Qué espera Helder del futuro?

-Sacar adelante esta temporada, que nos pongamos en la zona tranquila de la clasificación.

-¿Y más a largo plazo?

-No lo sé. Ya tengo 30 años, pero, la verdad, es que los jugadores de ahora quieren venir al Málaga. En dos o tres años puede ser un gran club.

-De los nuevos, ¿qué me dice de Demichelis, que es otro central?

-Todos lo conocemos. Como jugador es un fenómeno. Trabajó lo suyo y por eso tiene ese estatus. Es buena gente, se ha integrado muy bien en el plantel, es uno más. De donde ha jugado a donde ha venido, hablando en nombre, porque de aquí a dos o tres años no sabemos dónde va a estar el Málaga, se ve que es un tío que tienes ganas de trabajar y sacar esto adelante.

-Se le ve feliz y resignado con sacar esto adelante. Que le vaya bien y que podamos ver a ese Helder que nos encandiló.

-Es que el ambiente es bueno. Pero luego hay algo que no te permite disfrutar del todo. Sabes que no es momento de disfrutar.





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