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Baptista, agarrado por Zokora
La soga del descenso aprieta un poco más el cuello del Málaga, incapaz de ganar a un Sevilla que es una ilusión óptica de sus mejores días. Pellegrini planteó el encuentro para empatar y logró el objetivo, pero no basta con sumar de uno en uno. El cuadro blanquiazul sale de Nervión con unos escasísimos 18 puntos, pero el abismo se acerca y el Málaga mete una pierna. No perdió en esta ocasión, pero no demostró fe ni ambición. Así no se evita caer en el hoyo. Pese a tener un técnico de prestigio y los muchos millones gastados este invierno, el desangramiento no cesa
La previa y el inicio del encuentro depararon noticias descorazonadoras. Duda, con el que se apuró hasta el último instante por sus molestias costales, dijo basta en el calentamiento. Maresca fue el recambio de urgencia del luso. Transcurridos apenas seis minutos de partido, Asenjo se retorcía de dolor en el césped. Se tiró él solo, sin ningun choque o lance mediante. Se teme lo peor visto el historial de lesiones recientes del palentino. La rodilla ya le tuvo seis meses alejado de los terrenos de juego y los indicios ponen de manifiesto que podría pasarse otro periodo similar en el dique seco. Arnau se tuvo que colocar los guantes. Cuatro porteros (tres fichados) en lo que va de curso y ninguno, por unos motivos u otros, ha logrado asentarse. La estadística es muy preocupante.
La primera parte resultó ser tanteo de fuerzas que aburrió al personal. El Sevilla, castigado por el esfuerzo copero realizado ante el Madrid, dominaba sin crear peligro; el Málaga, ordenado, agazapado, esperando su oportunidad, sobrevivía en ataque a base de las escapadas de un Rondón que es de una de las pocas buenas noticias que puede celebrar el equipo blanquiazul esta campaña. Lógico que el venezolano acabe muerto antes de la conclusión, Su esfuerzo y presión rozan lo sobrehumano. Rondón intentaba combinar, sin respuesta a su alrededor.
Luis Fabiano, en el bando contrario, también ofrecía destellos, sin deslumbrar. Un disparo de falta y una internada que cortó Demichelis con veteranía desde el suelo. Ni Navas ni Perotti desboraban. Tapadas estas vías por Eliseu y Manolo, el contragolpe pintaba como el arma a utilizar, pero nadie hacía daño. De Baptista o Maresca, se sabía poco o nada. Partido muy flojo por ambas partes.
El panorama de la segunda mitad se oscureció para el Málaga. Los de Nervión subieron el nivel, empezaron a carburar y el ¡uy! se instaló en la grada. Alexis, Rakitic o Kanouté tuvieron sus ocasiones. Pellegrini ordenó resguardarse en vez de buscar el triunfo cuando el equipo pierde la vida en el último puesto. Salida a Sandro Silva por Maresca y Seba Fernández por Rondón. Adiós a la ambición, el Málaga se conformaba con rascar el empate.
Y así acabó el derbi menos vistoso de los que han tenido lugar esta campaña. El peor Málaga no pudo con el peor Sevilla. Palop detuvo a Weligton un remate final tras saque de falta, por una vez el rival no se llevó el botín en los instantes finales, pero es una evidencia que ni la suerte ni el fútbol están detrás de este proyecto del jeque que sigue haciendo aguas.