Los 36 millones de euros invertidos en la última década por las instituciones públicas (Junta de Andalucía, Ayuntamiento y Diputación de Málaga) en la remodelación completa de La Rosaleda no valen nada. Al menos no para el jeque Abdullah Al-Thani, propietario del Málaga CF, que ha propuesto a las administraciones públicas la compra del estadio por unos 3,3 millones de euros. Un negocio redondo si se tiene en cuenta que sólo los terrenos, tras su recalificación en el PGOU, cuentan con unos aprovechamientos urbanísticos valorados entre 20 y 30 millones de euros. A cambio de la venta a ese módico precio, el magnate catarí se compromete a que el Málaga CF construiría otro estadio de al menos 45.000 localidades en terrenos de su propiedad en el área metropolitana.
Málaga hoy ha tenido acceso al documento enviado por el club a las tres administraciones poco antes de Navidad para acordar la venta de La Rosaleda y sus aprovechamientos urbanísticos. En el acuerdo marco de intenciones remitido a Junta, Diputación y Consistorio, el Málaga Club de Fútbol ofrece pagar por La Rosaleda "el precio en su día abonado por la compra de dicho estadio actualizado a la fecha de formalización de la correspondiente escritura pública en el IPC general que cada año hubiera sido fijado desde su adquisición". Teniendo en cuenta que las tres administraciones públicas firmaron por 350 millones de pesetas la compra del recinto en abril de 1995, y que el dato de inflación desde entonces hasta diciembre de 2010, según el INE, es del 53,5%, la cantidad rondaría los 537 millones de pesetas, es decir, casi 3,3 millones de euros.
En el documento, de cuatro folios, nada se dice de los 36 millones de euros que han pagado las tres instituciones para la reconstrucción completa del estadio, un proyecto del arquitecto José Seguí cuyas obras terminaron el verano de 2006, no sin muchas dificultades para su financiación pública.
En su parte expositiva, el club señala que "la dimensión deportiva, social e incluso económica de Málaga hacen necesario que se afronte YA (sic) la construcción de un nuevo Estadio con el aforo y características necesarias que permitan en un futuro ser sede de grandes eventos deportivos y que evite también ser protagonista secundario del lugar que por razones objetivas deber corresponderle". También se recuerda que "dentro de los proyectos a realizar por las instituciones públicas y especialmente con la candidatura para ser sede de la Copa del Mundo de 2016 -el documento señala erróneamente esa fecha, ya que el Mundial al que aspiraban España y Portugal era el de 2018-, hoy fallida, se había previsto la construcción de un Estadio público cuyo coste estimado alcanzaba la cifra de 100 millones de euros". La última cifra que dio el Ayuntamiento cifraba la inversión en 60 millones, mientras que el jeque siempre ha hablado de un proyecto de 300 millones de euros con un estadio y una ciudad deportiva, además de usos hoteleros y comerciales.
"Actualmente, por las circunstancias de todos conocidas, la situación del Málaga CF es diferente, habiéndose comprometido a la construcción de dicho Estadio, lo que significa un considerable esfuerzo en todos los órdenes y especialmente en lo económico, por la fuerte inversión que ello conlleva", sigue la propuesta de acuerdo, que reclama el apoyo de las instituciones: "Tal proyecto no se puede lograr sin la colaboración de las instituciones públicas, las cuales, desde sus distintas responsabilidades, y ponderando los intereses públicos en juego, posibiliten su ultimación, en situación de plena igualdad con lo que otros clubes del resto de ciudades de España han desarrollado".
Tras la parte expositiva, se plantean varias cláusulas. En la primera, el club se compromete a "sufragar íntegramente la construcción de un nuevo estadio de al menos 45.000 localidades de aforo" sobre terrenos de su propiedad, que deben estar ubicados en Málaga o su área metropolitana "y contar con todas las infraestructuras necesarias para su normal uso, especialmente las que correspondan al área de movilidad". También se señala que el nombre del recinto "deberá contener la palabra Málaga".
En la segunda se indican los términos para efectuar la compra de La Rosaleda al precio pagado en 1995, actualizado según el IPC general (pese a que la inflación inmobiliaria ha sido 22 puntos superior). La tercera vincula la disponibilidad de los terrenos del estadio a la construcción y puesta en funcionamiento del nuevo: "No son enajenables los derechos urbanísticos que corresponden al Estadio hasta que se produzca tal nueva construcción".
El documento insta a desarrollar el acuerdo "en el menor plazo posible". Tras sólo cuatro años de vida útil, La Rosaleda se ha quedado vieja y puede tener los días contados.
FUENTE: Málaga Hoy
Málaga hoy ha tenido acceso al documento enviado por el club a las tres administraciones poco antes de Navidad para acordar la venta de La Rosaleda y sus aprovechamientos urbanísticos. En el acuerdo marco de intenciones remitido a Junta, Diputación y Consistorio, el Málaga Club de Fútbol ofrece pagar por La Rosaleda "el precio en su día abonado por la compra de dicho estadio actualizado a la fecha de formalización de la correspondiente escritura pública en el IPC general que cada año hubiera sido fijado desde su adquisición". Teniendo en cuenta que las tres administraciones públicas firmaron por 350 millones de pesetas la compra del recinto en abril de 1995, y que el dato de inflación desde entonces hasta diciembre de 2010, según el INE, es del 53,5%, la cantidad rondaría los 537 millones de pesetas, es decir, casi 3,3 millones de euros.
En el documento, de cuatro folios, nada se dice de los 36 millones de euros que han pagado las tres instituciones para la reconstrucción completa del estadio, un proyecto del arquitecto José Seguí cuyas obras terminaron el verano de 2006, no sin muchas dificultades para su financiación pública.
En su parte expositiva, el club señala que "la dimensión deportiva, social e incluso económica de Málaga hacen necesario que se afronte YA (sic) la construcción de un nuevo Estadio con el aforo y características necesarias que permitan en un futuro ser sede de grandes eventos deportivos y que evite también ser protagonista secundario del lugar que por razones objetivas deber corresponderle". También se recuerda que "dentro de los proyectos a realizar por las instituciones públicas y especialmente con la candidatura para ser sede de la Copa del Mundo de 2016 -el documento señala erróneamente esa fecha, ya que el Mundial al que aspiraban España y Portugal era el de 2018-, hoy fallida, se había previsto la construcción de un Estadio público cuyo coste estimado alcanzaba la cifra de 100 millones de euros". La última cifra que dio el Ayuntamiento cifraba la inversión en 60 millones, mientras que el jeque siempre ha hablado de un proyecto de 300 millones de euros con un estadio y una ciudad deportiva, además de usos hoteleros y comerciales.
"Actualmente, por las circunstancias de todos conocidas, la situación del Málaga CF es diferente, habiéndose comprometido a la construcción de dicho Estadio, lo que significa un considerable esfuerzo en todos los órdenes y especialmente en lo económico, por la fuerte inversión que ello conlleva", sigue la propuesta de acuerdo, que reclama el apoyo de las instituciones: "Tal proyecto no se puede lograr sin la colaboración de las instituciones públicas, las cuales, desde sus distintas responsabilidades, y ponderando los intereses públicos en juego, posibiliten su ultimación, en situación de plena igualdad con lo que otros clubes del resto de ciudades de España han desarrollado".
Tras la parte expositiva, se plantean varias cláusulas. En la primera, el club se compromete a "sufragar íntegramente la construcción de un nuevo estadio de al menos 45.000 localidades de aforo" sobre terrenos de su propiedad, que deben estar ubicados en Málaga o su área metropolitana "y contar con todas las infraestructuras necesarias para su normal uso, especialmente las que correspondan al área de movilidad". También se señala que el nombre del recinto "deberá contener la palabra Málaga".
En la segunda se indican los términos para efectuar la compra de La Rosaleda al precio pagado en 1995, actualizado según el IPC general (pese a que la inflación inmobiliaria ha sido 22 puntos superior). La tercera vincula la disponibilidad de los terrenos del estadio a la construcción y puesta en funcionamiento del nuevo: "No son enajenables los derechos urbanísticos que corresponden al Estadio hasta que se produzca tal nueva construcción".
El documento insta a desarrollar el acuerdo "en el menor plazo posible". Tras sólo cuatro años de vida útil, La Rosaleda se ha quedado vieja y puede tener los días contados.
FUENTE: Málaga Hoy