Hacía tiempo que el Málaga no ganaba tan holgadamente. Nos tendríamos que remontar a la segunda jornada cuando venció 3-5 al Zaragoza. El partido de ayer tuvo sus momentos buenos y otros no tanto, aunque la diferencia fue que entraron las ocasiones. En A Coruña y Mallorca no acertaron y contra el Racing, sí. Me alegro por Eliseu porque sé que lo ha pasado mal por sus errores en el Iberostar Estadi, y por el joven Recio, que consiguió un gol excelente. También el regreso de Rondón ha rehabilitado a la delantera porque crea ocasiones, remata, mete miedo y lucha los 90 minutos. La victoria trae aire fresco después de dos derrotas y ahora hay que rematar la faena en los partidos que restan para terminar el año ante el Hércules y el Atlético de Madrid.

Y no podía dejar sin comentar la denuncia de varios padres que no han podido acceder con sus hijos al estadio, debido a la nueva normativa del club que el que sobrepase los noventa centímetros tiene que pasar por taquilla. Hubo padres que se dieron la vuelta porque no podían pagar la entrada para sus hijos, que lloraban desconsoladamente. Pero rectificar es de sabios y viendo el desaguisado, el club subió la normativa 20 centímetros más. No sé si valdrá, pero el que ha tomado la decisión, supongo que habrá sido José Carlos Pérez, ha acertado. Espero que los niños, la futura afición, no se hagan del Madrid y del Barcelona, por esta incidencia. Eso sí, no vendría mal crear una entrada infantil como tienen otros clubes. El Málaga es un sentimiento. Volveré.