El Málaga consiguió tres puntos importantes contra un rival de 'su' liga en un enfrentamiento que, tras los dos últimos partidos perdidos, tenía mucha importancia. Victoria y goleada, con una sensible mejoría del equipo blanquiazul, en el que se notan ya algunas 'cosas' (de la mano de Pellegrini). Eso sí, lo cortés no quita lo valiente: hasta el primer gol, el juego malaguista llegó a ser en muchas fases desesperante, pero goles son amores y sobran las demás razones. Encima, el 2-0 llegó en la que posiblemente haya sido la mejor jugada malaguista no sólo en lo que va de temporada, sino de otras anteriores también: Recio culminó de forma soberbia una excepcional jugada colectiva que se inició en la línea de fondo local. Con tan desacostumbrada ventaja en el marcador, todos nos las prometíamos felices cuando un despiste defensivo (otro más) permitió que el Racing de Santander llegase al descanso con algo de oxígeno. Pero la mejoría del Málaga también le ha llegado al 'coco': ha ganado en fortaleza mental y el equipo no sólo se sobrepuso al inesperado gol visitante, sino que de la mano de Rondón, con Eliseu de coprotagonista (el portugués marcó el 1-0 y participó en los otros tres restantes) machacó a un rival que nada más encajar el cuarto tanto levantó las manos , sin más aspiraciones que no encajar un tonelaje de goles que, por cierto, se los pudo llevar en su mochila con algo más de acierto local, lo que sin duda hubiese sido un merecido regalo a una afición que por fin pudo disfrutar bien en La Rosaleda.