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La lucha contra el menudeo es un caballo de batalla diario de la Policía, que desarrolla más de una veintena de operaciones mensuales desde enero · El perfil del 'camello' es un consumidor que busca autofinanciarse
La Policía Nacional ha desarticulado en sólo diez meses -de enero a octubre- más de dos centenares de puntos de venta de droga en la capital. El menudeo es uno de los caballos de batalla diarios de este cuerpo de seguridad, pero también es uno de los más difíciles de combatir, según explican fuentes policiales. "Nosotros siempre vemos el final de la cuerda, pero no sabemos cuántos metros puede llegar a tener", subrayan. Las estadísticas hasta el mes de octubre dejan en Málaga más de dos centenares de operaciones antidrogas con medio millar de detenciones aproximadas, de las cuales el 90% de los casos son reincidentes.
"Nos movemos en los escenarios más marginales de la sociedad y las personas que entran normalmente se encuentran en un bucle del que difícilmente pueden salir", explican las mismas fuentes. El perfil del camello que se dedica al pequeño tráfico suele ser en un 99% de los casos consumidores habituales que buscan financiar su propio consumo con la venta. "Cuando han gastado su dinero, han perdido el trabajo, si es que alguna vez lo han llegado a tener, y no pueden conseguir nada de sus familias, sólo les queda traficar con drogas o robar", añaden. En este sentido, la Policía subraya que el 80% de los delitos menores están relacionados con el consumo de drogas. Además de suponer un delito contra la salud pública, este es uno de los motivos de la continua lucha contra el menudeo.
Parte de la dificultad para erradicar estas prácticas es la falta de herramientas legales para hacerle frente. Estas operaciones se suelen saldar con pequeñas incautaciones. Las personas implicadas son detenidas por la Policía Nacional, que toma acta de los hechos y una vez identificado al individuo lo pone a disposición judicial. Al menos una noche el detenido la pasa en Comisaría, pero en poco tiempo queda en libertad. "Nosotros completamos la operación y el detenido queda a disposición del juez pero como no hay grandes cantidades drogas vuelve a la calle y el ciclo empieza de nuevo".
Los puntos de venta de droga desarticulados hasta octubre se reparten por los diez distritos. En total hasta 63 zonas distintas fueron protagonistas de alguna operación antidroga. De las 227 actuaciones, una de cada cuatro se realiza en la Palma-Palmilla. En total suma 69 puntos desarticulados (el 26% del total). El resto de intervenciones se reparte de forma muy heterogénea por toda la ciudad, aunque los principales puntos negros según el número de intervenciones policiales son El Palo (15), García Grana (14), Los Asperones (9) y la Trinidad (6). También el propio centro de la capital, donde entre la Plaza de la Merced (5), la de la Marina (3) y la calle Mariscal (2) suman una decena de puntos de venta de drogas desarticulados.
Estas operaciones suelen llevarse a cabo en viviendas. Aunque la Policía subraya que en ocasiones también se intervienen sobre puntos de venta callejeros. Respecto a los detenidos, sin llegar a existir paridad, hay una proporción importante de mujeres. "Cuando actuamos en domicilios los normal es que nos encontremos con una unidad familiar formada por un hombre y una mujer. Además, "ella es la que se suele quedar en la vivienda al cuidado de la casa".
La principal droga "desde siempre" presente en el menudeo es el hachís. El consumo de cocaína se mantiene estable desde hace años e incluso está socialmente aceptado en círculos residuales, asegura la Policía, que ha detectado últimamente "un aumento importante" del consumo de heroína. Esta droga vivió entre finales de los setenta y principios de los ochenta su etapa dorada. "Cuando falta el dinero como ahora con la crisis, el drogadicto busca engancharse con el menor consumo y la heroína es lo más fuerte", explican.
La Policía también trabaja la prevención a través de charlas, principalmente en centros educativos, cuando se les requiere. En estos casos suelan narrar una moraleja fácil de entender para evitar el consumo de los menores. Aseguran que "todo el que fuma hachís no termina en la heroína, pero el heroinómano -el caso más extremo de drogadicto- siempre empieza por un porro".
La Policía Nacional ha desarticulado en sólo diez meses -de enero a octubre- más de dos centenares de puntos de venta de droga en la capital. El menudeo es uno de los caballos de batalla diarios de este cuerpo de seguridad, pero también es uno de los más difíciles de combatir, según explican fuentes policiales. "Nosotros siempre vemos el final de la cuerda, pero no sabemos cuántos metros puede llegar a tener", subrayan. Las estadísticas hasta el mes de octubre dejan en Málaga más de dos centenares de operaciones antidrogas con medio millar de detenciones aproximadas, de las cuales el 90% de los casos son reincidentes.
"Nos movemos en los escenarios más marginales de la sociedad y las personas que entran normalmente se encuentran en un bucle del que difícilmente pueden salir", explican las mismas fuentes. El perfil del camello que se dedica al pequeño tráfico suele ser en un 99% de los casos consumidores habituales que buscan financiar su propio consumo con la venta. "Cuando han gastado su dinero, han perdido el trabajo, si es que alguna vez lo han llegado a tener, y no pueden conseguir nada de sus familias, sólo les queda traficar con drogas o robar", añaden. En este sentido, la Policía subraya que el 80% de los delitos menores están relacionados con el consumo de drogas. Además de suponer un delito contra la salud pública, este es uno de los motivos de la continua lucha contra el menudeo.
Parte de la dificultad para erradicar estas prácticas es la falta de herramientas legales para hacerle frente. Estas operaciones se suelen saldar con pequeñas incautaciones. Las personas implicadas son detenidas por la Policía Nacional, que toma acta de los hechos y una vez identificado al individuo lo pone a disposición judicial. Al menos una noche el detenido la pasa en Comisaría, pero en poco tiempo queda en libertad. "Nosotros completamos la operación y el detenido queda a disposición del juez pero como no hay grandes cantidades drogas vuelve a la calle y el ciclo empieza de nuevo".
Los puntos de venta de droga desarticulados hasta octubre se reparten por los diez distritos. En total hasta 63 zonas distintas fueron protagonistas de alguna operación antidroga. De las 227 actuaciones, una de cada cuatro se realiza en la Palma-Palmilla. En total suma 69 puntos desarticulados (el 26% del total). El resto de intervenciones se reparte de forma muy heterogénea por toda la ciudad, aunque los principales puntos negros según el número de intervenciones policiales son El Palo (15), García Grana (14), Los Asperones (9) y la Trinidad (6). También el propio centro de la capital, donde entre la Plaza de la Merced (5), la de la Marina (3) y la calle Mariscal (2) suman una decena de puntos de venta de drogas desarticulados.
Estas operaciones suelen llevarse a cabo en viviendas. Aunque la Policía subraya que en ocasiones también se intervienen sobre puntos de venta callejeros. Respecto a los detenidos, sin llegar a existir paridad, hay una proporción importante de mujeres. "Cuando actuamos en domicilios los normal es que nos encontremos con una unidad familiar formada por un hombre y una mujer. Además, "ella es la que se suele quedar en la vivienda al cuidado de la casa".
La principal droga "desde siempre" presente en el menudeo es el hachís. El consumo de cocaína se mantiene estable desde hace años e incluso está socialmente aceptado en círculos residuales, asegura la Policía, que ha detectado últimamente "un aumento importante" del consumo de heroína. Esta droga vivió entre finales de los setenta y principios de los ochenta su etapa dorada. "Cuando falta el dinero como ahora con la crisis, el drogadicto busca engancharse con el menor consumo y la heroína es lo más fuerte", explican.
La Policía también trabaja la prevención a través de charlas, principalmente en centros educativos, cuando se les requiere. En estos casos suelan narrar una moraleja fácil de entender para evitar el consumo de los menores. Aseguran que "todo el que fuma hachís no termina en la heroína, pero el heroinómano -el caso más extremo de drogadicto- siempre empieza por un porro".
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