Pellegrini, el hombre milagro
Golazo de Eliseu desde fuera del área. Valdo estrelló dos cabezazos en la madera. Weligton se las tuvo tiesas con Caicedo. El Levante mereció más
Carlos Cariño | 15/11/2010
Pellegrini ha devuelto la sonrisa al Málaga. Tras su victorioso debut en la Copa contra el Hércules, repitió suerte en la Liga. Tres puntos de oro que sacan a su equipo de los tres últimos puestos gracias a un afortunado triunfo ante este batallador Levante que mereció mejor suerte pero que pagó cara su falta de pegada. Caicedo, Juanlu y Valdo crearon muchos problemas y lo hicieron casi todo bien. Pero la realidad es que Arnau apenas tuvo trabajo.
Había pasado apenas un minuto cuando Felipe Caicedo, en una presión, robó un balón a Weligton en una acción que desembocó en tres córners consecutivos, la poca pólvora mostrada por el Levante en estas jugadas contrastó con las chispas entre el defensa brasileño y el atacante ecuatoriano, ayer muy picados, y que protagonizaron uno de los duelos estelares de un partido demasiado táctico, con unas defensas muy cómodas y unas delanteras con poca pólvora. De hecho en el primer tiempo apenas pudimos contabilizar... ocho faltas, cuatro cometidas por cada uno de los contendientes.
El segundo tiempo parecía que sería igual, pero el Levante salió en busca del factor sorpresa. A los 49 minutos el malagueño Juanlu centró de manera muy cómoda y Valdo, en un bonito escorzo, cabeceó ganando la acción a sus eventuales marcadores. Parecía un gol cantado pero el balón, de manera incomprensible, tras estrellarse en la madera, se escapó.
Gámez y Eliseu.
El Málaga se puso las pilas. Para contrastar el egoísmo del muy chupón Quincy y la ansiedad de Edinho estaba Jesús Gámez. Impresionante. Se hartaba de correr por su banda, defendiendo, atacado y centrando. Siempre secundado por el virtuoso Portillo, un chaval de la cantera con maneras de crack.
Un fuera de juego mal realizado por la defensa valenciana dejó solos a tres jugadores locales y Gámez, de manera precipitada, cabeceó y el balón se fue al palo. Y un minuto después, en el 63', la jugada clave. Gámez recupera un balón ante Juanlu quien se queda en el suelo reclamando falta del de Fuengirola. El esférico termina en Eliseu. El portugués levanta la cabeza y ve un hueco inverosímil entre el poste y Reina. Y por ahí se coló el balón. Los jugadores del Levante reprocharon a los blanquiazules falta de deportividad por no haber echado el balón fuera.
El partido se calienta. Apoño y Ballesteros se dicen de todo; Weligton sigue en su derbi con un Caicedo que extiende su furor hacia Eliseu, quien se calienta con el banquillo del Levante y ve su tradicional tarjeta amarilla de todos los días.
El Levante presiona y el Málaga pide la hora. En el minuto 89 Javi Venta saca una falta que vuelve a ser rematada de cabeza por Valdo. Arnau saca una mano de Dios, el balón da en la madera... ¡y no entra! No era el día del Levante. Y pitido final. Ocho meses después, el Málaga gana un partido de Liga en casa. Éste muy especial porque era el 1.000 en Primera. El gol 200 del Levante en la máxima categoría deberá esperar al menos una semana más.
Había pasado apenas un minuto cuando Felipe Caicedo, en una presión, robó un balón a Weligton en una acción que desembocó en tres córners consecutivos, la poca pólvora mostrada por el Levante en estas jugadas contrastó con las chispas entre el defensa brasileño y el atacante ecuatoriano, ayer muy picados, y que protagonizaron uno de los duelos estelares de un partido demasiado táctico, con unas defensas muy cómodas y unas delanteras con poca pólvora. De hecho en el primer tiempo apenas pudimos contabilizar... ocho faltas, cuatro cometidas por cada uno de los contendientes.
El segundo tiempo parecía que sería igual, pero el Levante salió en busca del factor sorpresa. A los 49 minutos el malagueño Juanlu centró de manera muy cómoda y Valdo, en un bonito escorzo, cabeceó ganando la acción a sus eventuales marcadores. Parecía un gol cantado pero el balón, de manera incomprensible, tras estrellarse en la madera, se escapó.
Gámez y Eliseu.
El Málaga se puso las pilas. Para contrastar el egoísmo del muy chupón Quincy y la ansiedad de Edinho estaba Jesús Gámez. Impresionante. Se hartaba de correr por su banda, defendiendo, atacado y centrando. Siempre secundado por el virtuoso Portillo, un chaval de la cantera con maneras de crack.
Un fuera de juego mal realizado por la defensa valenciana dejó solos a tres jugadores locales y Gámez, de manera precipitada, cabeceó y el balón se fue al palo. Y un minuto después, en el 63', la jugada clave. Gámez recupera un balón ante Juanlu quien se queda en el suelo reclamando falta del de Fuengirola. El esférico termina en Eliseu. El portugués levanta la cabeza y ve un hueco inverosímil entre el poste y Reina. Y por ahí se coló el balón. Los jugadores del Levante reprocharon a los blanquiazules falta de deportividad por no haber echado el balón fuera.
El partido se calienta. Apoño y Ballesteros se dicen de todo; Weligton sigue en su derbi con un Caicedo que extiende su furor hacia Eliseu, quien se calienta con el banquillo del Levante y ve su tradicional tarjeta amarilla de todos los días.
El Levante presiona y el Málaga pide la hora. En el minuto 89 Javi Venta saca una falta que vuelve a ser rematada de cabeza por Valdo. Arnau saca una mano de Dios, el balón da en la madera... ¡y no entra! No era el día del Levante. Y pitido final. Ocho meses después, el Málaga gana un partido de Liga en casa. Éste muy especial porque era el 1.000 en Primera. El gol 200 del Levante en la máxima categoría deberá esperar al menos una semana más.
El crack
Gámez
Pletórico de facultades, subió por la banda y además se aplicó en defensa. Partido excepcional.
¡Vaya día!
Valdo
Su excelente partido quedó empañado por los dos remates de cabeza que estrelló en la madera.
El dandy
Portillo
El joven canterano demostró una calidad y un desparpajo asombrosos. Las mejores jugadas, las suyas.
El duro
Juanfran
Se empleó de manera demasiado expeditiva y se llevó una merecida cartulina amarilla. Brusco.