Jugó y perdió anoche el Málaga contra el RCD Español en un encuentro extraño para los malaguistas, y es que el inquilino del banquillo no era sin embargo el que lo es hoy, y que a su vez estuvo ayer en la grada viendo el devenir del encuentro.
Ayer el Málaga cambió su forma de jugar con respecto a lo que tenemos visto en las 9 jornadas anteriores, no se puede decir que el equipo fuese una especie de "Dream Team" porque no lo fue, pero ofreció otra cara con el poco tiempo de cambio que lleva. Haciendo comparativa, fue un Málaga más ofensivo que contra la Real Sociedad u Osasuna, no le llegaron tanto a puerta y durante fases del partido consiguió hacer algo que en lo que llevamos de campaña no habíamos visto: ganarle el medio campo al rival. Mi optimismo con este equipo es grande, no les voy a engañar, ayer Rafa Gil simplemente juntó las líneas y cambió la defensa en zona por la individual, y creo que se notó y bastante, al Español le costó avanzar metros en los 3/4 de campo, no tenían esa facilidad pasmosa para llegar a la meta malaguista y marcar como venía siendo la dinámica habitual.
En la portería, una de cal y una de arena: Arnau en el primer gol pudo hacer mucho más, fue un trallazo importante el de Javi Márquez, pero algo centrado como para no atajarla, si bien es cierto que el meta catalán enmendó el error con un paradón cuando el delantero perico trató de picarle el balón, en el resto del partido, si estuvo bien colocado aunque ya no tuvo que hacer gran cosa, tuvo un par de balones muy comprometidos más por culpa de sus compañeros que por fallo suyo.
En la defensa, también tuvismos las de cal y las de arena, por un lado la nota más positiva fue la de Gámez, aún no es el que era, pero ha mejorado mucho con respecto a anteriores partidos, y si, acháquenselo al sistema, no es lo mismo subir sabiendo que como te cojan tu banda está vacía que teniendo la escolta del doble pivote por detrás, el fuengiroleño estuvo bien atrás, cerradito, presionando al rival cuando se acercaba a su banda, alguno que otro se le fue, pero del habitual coladero a como jugó anoche Gámez hay un trecho importante. En cuanto a la pareja de centrales, me sigue sorprendiendo negativamente Weligton, se le ve nervioso al brasileño, ayer dentro de la mejoría del equipo Weligton fue de los más discretos, y Kris tampoco estuvo del todo fino, a ambos les faltó comunicación, y en ocasions jugar un poco más separados el uno del otro, ya que se vieron un par de jugadas donde los dos entraron al rival, y este marchándose de uno se quitaba a los dos, aunque mejoraron en cuanto a presión, anoche fueron más "pegajosos" en cuanto a los delanteros que se acercaban, puediendo serlo más si cabe en lanzamientos como el de Javi Márquez donde no se le entró a tapar con contundencia. Y que decir de Mtiliga, que suerte tiene de no tener competencia en su puesto, porque si así fuese poco le duraría el puesto al danés, anoche más que un coladero porque el Español no se prodigó por su banda, le faltó compañerismo. Es asombroso la de balones que el lateral se quita de encima sin importarle en que aprietos ponga al compañero que le pase el balón, y encima no avisa a este de que está marcado o tiene un jugador en la espalda, anoche Apoño se encarón con él por este aspecto, y es que con tal de quitarse el balón de encima cuando no sabe que hacer o la va a perder, no le importa la manera de hacerlo.
En el centro del campo, fue donde el Málaga más ganó, y es que se pudo ver centro del campo, que ya es noticia. Ese doble pivote formado por Apoño y Sandro Silva dio al Málaga el ansiado equilibrio que tanto se demandaba, los laterales podían subir sabiendo que su banda no estaba vendida a merced del rival, la línea de presión empezaba en el medio campo e incluso en terreno rival y no en la frontal del propio área, Apoño además, fue de menos a más, se pudo ver algún que otro cambio de juego para oxigenar las bandas del equipo, la compenetración con Sandro Silva no fue mala y la transición de balón se vio beneficiada por el buen movimiento del mismo. Las bandas no estuvieron mal pero pudieron estar mejor, Eliseu jugó en su posición de toda la vida e hizo daño, sin embargo el portugués debe cambiar el chip, sus constantes piscinazos hicieron que el árbitro pasara literalmente del portugués en cada falta que recibía, perdió más de un balón comprometido por tirarse esperando a que el trencilla pitase falta y que no llegaba a ser así, pero en cuanto a penetración estuvo bastante competente el luso, de hecho pudo poner las tablas en el marcador en la primera parte de no ser porque cuando lo tenía todo a favor y estando solo ante Kameni, mandó el balón a las nubes. En la derecha, Juanmi estuvo muy desasistido, además de que esa no era su posición, el de Coín dio un par de pases que Seba desaprovechó ante el guardameta, pero su labor no fue muy destellante, la que pudo hacer en una posición que no era la suya y sin estar muy acompañada por sus compañeros.
Arriba, a Sebastián Fernández se le vio una ansiedad impropia del uruguayo, fue una ansiedad que en más de una ocasión le hacía intentar llegar a la meta con el corazón y no con la cabeza, desaprovechó ocasiones muy claras, que podrían haber puesto al Málaga incluso por delante en el emrcador, algo preocupante que un delantero con tres ocasiones de gol no consiga ni si quiera orientarlas a portería, al uruguayo se le vio con ganas, corrió lo que pudo y más, pero esa falta de acierto le condenó a ser sustituído en la segunda parte. Nabil Baha dio lo que se esperaba, un delantero ya de por si lento que lleva jugado un partido en tres meses no puede aportar gran cosa, y el franco-marroquí aportó presión y lucha, disputó más de un balón comprometido y protege balones como nadie, sin embargo un par de contras bastante buenas no las llevó a buen puerto precisamente por su lentitud, no fue el Nabil del ascenso aunque tampoco se le vio derrotado.
Los cambios aportaron algo, coincidiendo con la ruptura del partido por ambas partes, Quincy aportó velocidad y desborde, los 20 minutos que jugó el ghanés fueron más sustanciosos que los tres últimos partidos, algo que es de agradecer. Luchó y tuvo la meta entre ceja y ceja, casi consigue el empate en el 83 con un gran lanzamiento de 30 metros que se estrelló en el larguero. Portillo aportó verticalidad al equipo, tuvo pocos minutos pero no le puede achacar falta de insistencia, en cuanto a Edinho, tan arriba como jugó a penas pudo rematar un par de balones fuera, no hubo tiempo para más.
En definitiva, y como titulábamos ayer la crónica del partido, parece que hay futuro, este equipo trabajado puede aportar mejorar bastante, se notó el cambio y eso que aún no entró en escena Pellegrini, aunque quizás lo más importante fue que ayer por les venas de más de un jugador volvió a correr sangre, algo que se echaba de menos.
Fuente: Sentimiento Bokerón