ActualidadMÁLAGA-MADRID
Con el mismo patrón
Ferreira y Mourinho, maestro y discípulo, se asemejan muchoHace casi tres décadas que se conocen y mantienen una relación cordial pese a que se ha extendido una falsa rivalidad entre ellos
12 de octubre de 2010SERGIO CORTÉS blogs.diariosur.es/megustaelfutbol | MÁLAGA..-
Jesualdo Ferreira y José Mourinho, rivales el próximo sábado, se conocen desde hace muchos años, casi tres décadas, desde que el hoy entrenador del Málaga fue profesor de Educación Física del considerado mejor técnico del mundo en el Instituto Superior de Lisboa. Se dice que en 2002 el ahora responsable del Real Madrid no quiso contar con su compatriota como ayudante en el Benfica y se achaca a malas relaciones cuando en realidad el primero de ellos consideraba algo ilógico, casi una falta de respeto, contar con un maestro como ayudante. El pasado 1 de septiembre ambos coincidieron en Nyon (Suiza)en el XII Foro de Entrenadores de élite de la UEFA, y se saludaron con un efusivo abrazo. Paradójicamente, pese a que los separa su forma de ser, se asemejan en exceso en muchos aspectos.
A Ferreira se le considera en Portugal el primer entrenador que implantó métodos didácticos en el fútbol sin ser un gran jugador. Esa es una de las diversas semejanzas que existen entre el actual técnico malaguista y Mourinho. Nunca pudieron recurrir a su experiencia como futbolistas de primer nivel para conducir un grupo profesional, pero lo compensaron con creces con un amplio estudio de los métodos de trabajo, de la estrategia y de las situaciones tácticas. Conviene apuntar otro detalle relevante: los dos son partidarios de que el entrenamiento en su conjunto no dure más de hora y media.
Tanto Ferreira como Mourinho son unos apasionados del fútbol, unos 'fiebres', capaces de pensar durante veinticuatro horas al día en todo lo que rodea a su equipo. En el caso del entrenador del Málaga se cuenta -y no es una leyenda, sino una realidad- que es capaz de estar analizando en vídeo (ahora en DVD) un encuentro de su equipo o de un rival de madrugada y a continuación telefonear a alguno de sus colaboradores para contrastar una opinión. O de montar reuniones de trabajo nocturnas con la excusa de una cena. Durante el verano se ha hablado mucho de los madrugones del técnico madridista en cada jornada de trabajo. A Ferreira también le gusta llegar muy, muy pronto al lugar de entrenamiento, un detalle que sorprendió desde el primer día a los jugadores. Mourinho es idéntico en cuanto a dedicación extrema y va más allá, porque considera que cualquier comparecencia pública forma parte de su trabajo. Hace unas semanas, en el programa 'Informe Robinson' de Canal Plus, reiteró que las ruedas de prensa anterior y posterior a cada partido pertenecen al mismo.
Ni Ferreira ni Mourinho son entrenadores a los que les guste llamar la atención en su vida privada. Poco se sabe de las amistades de uno y otro, y también muy poco (lo justo) de sus familias. Además, son entrenadores que huyen de la ostentación. A Mourinho le gusta muy poco conducir y suele vivir cerca de Silvino, el preparador de porteros, para que este lo lleve a las sesiones preparatorias. En cuanto a Ferreira, es muy llamativo ver en La Rosaleda o en el estadio de atletismo Ciudad de Málaga los lujosos coches de los jugadores -y qué decir de los que poseen los propietarios- junto a su Smart. Con él se traslada a diario desde su lugar de residencia, en Benalmádena.
Mourinho y Ferreira tienen un cuerpo técnico de absoluta confianza, pero también les gusta contar con gente de la casa en su equipo de trabajo. 'Mou' contó en el Chelsea con el israelí Avram Grant, luego le otorgó su confianza en el Inter a 'Beppe' Baresi -que incluso dio las ruedas de prensa durante un mes, cuando el portugués impuso la ley del silencio-, y en el Real Madrid dio el visto bueno a la llegada de Aitor Karanka. En el Málaga Ferreira quiso contar con todos los ayudantes de Juan Ramón Muñiz, incluido Julio César Dely Valdés, que terminaba contrato y que debutó días atrás con victoria sobre El Salvador (1-0) como seleccionador de Panamá. Paco Ruiz, Enrique Ruiz y Álvaro Reina también forman parte del grupo, sobre todo el primero, encargado de la preparación de los guardametas.
Los dos técnicos que se medirán el sábado cuentan en ese grupo de trabajo con un ayudante de peso. En el caso de Ferreira se trata de José Gomes, que cuenta con una trayectoria propia como entrenador y que durante la pretemporada ha sido la persona que ha dado explicaciones en momentos determinados. En lo que respecta a Mourinho se trata de Rui Faría, un preparador físico de apenas 35 años. No es extraño que Gomes y Faría dirijan en un momento una fase del entrenamiento mientras sus jefes permanecen en un segundo plano corrigiendo errores.
El parecido en el modelo de cuerpo técnico entre Ferreira y Mourinho es tal que ambos cuentan con una persona de la que se desconocen todas sus funciones, pero que cuentan con la plena confianza de sus respectivos entrenadores. En el Real Madrid se trata de Morais. Es el encargado de analizar a los rivales y de redactar los informes, y cuenta con un equipo de trabajo propio. En el Málaga ese papel le corresponde a Rui Silva, que también se apoya en Álvaro Reina y que no pierde detalle del juego de los adversarios y del propio Málaga. Para corroborar todo lo expuesto, los dos entrenadores cuentan también en su grupo de leales colaboradores con un ex futbolista, portero además, para tener más cercanía con los jugadores, Nuno (en el Málaga) y Silvino (en el Madrid).
La diferencia más evidente entre Ferreira y Mourinho es su forma de ser. Bien es cierto que ambos son afables, cercanos y muy bromistas en el cuerpo a cuerpo, en las distancias cortas, pero ante los medios informativos se manejan de manera opuesta. Ferreira aparece como un tipo reflexivo, educado y reservado, en tanto que Mourinho es un provocador nato, un tipo que nunca causa indiferencia, una persona que busca atraer toda la atención. El maestro prefiere morderse la lengua y lavar los trapos sucios en casa, y el alumno, al contrario. No se corta un pelo al criticar al entrenador rival, al árbitro, a un jugador contrario o propio, a los dirigentes y hasta a los encargados de cuidar el terreno de juego, como sucedió semanas atrás en el Bernabéu. Por esa razón, Ferreira cuenta con grandes amigos entre los mejores técnicos del mundo. Tiene una especial relación de amistad con sir Alex Ferguson o con el francés Claude Puel. En cambio, Mourinho, el 'enfant terrible', ha arremetido contra Ferguson, Arsene Wenger y todo el que se le ha puesto por delante, tanto en Inglaterra como después en Italia.
«Ha dado una vuelta por completo a lo que era el Madrid», recalcó su compatriota Pepe semanas después de la llegada de Mourinho. Más o menos sucede igual en el Málaga. Ferreira trata de imponer unos métodos y unas doctrinas de club grande. Ambos son ambiciosos en tanto que se afanan por sacar el máximo partido a todos los aspectos vinculados con ellos dentro del funcionamiento del club. Esa ambición de estos dos entrenadores portugueses acaba por ser contagiosa y se refleja en sus equipos. Los títulos conseguidos por ambos no son fruto de la casualidad y se basan en que los futbolistas rinden por encima de sus posibilidades.
Al hilo del punto anterior, no solo hay que fijarse en los éxitos deportivos del colectivo, en las Champions y los títulos en cada país de Mourinho o en el trienio dorado de Ferreira al frente del Oporto. A la ambición contagiosa hay que sumar su obsesivo anhelo por pulir detalles en cada jugador para conocer la razón de sus innegables logros. Sin ir más lejos, Ferreira convirtió en los últimos tiempos a Falcao en un delantero completo, sin olvidar a otros como Quaresma, Lisandro, Lucho González, Bosingwa, Pepe (que será rival el sábado) o Paulo Assunçao. En el conjunto blanco es sobradamente conocido el empeño de Mourinho en obtener un salto de calidad con Pedro León.
Ferreira y Mourinho son dos técnicos actualizados, a los que les fascina conocer métodos de trabajo, aspectos tácticos que puedan resultar novedosos y, sobre todo, son unos estudiosos del mercado. Al entrenador del Málaga se le valora en Portugal por su capacidad para encontrar jugadores que para la gran mayoría pasan inadvertidos -se ha demostrado este pasado verano con algunas incorporaciones- mientras que Mourinho prefiere apostar por un futbolista relativamente joven, con buenas hechuras y al que pueda modelar antes que por uno medianamente consolidado.
Con el mismo patrón
Ferreira y Mourinho, maestro y discípulo, se asemejan muchoHace casi tres décadas que se conocen y mantienen una relación cordial pese a que se ha extendido una falsa rivalidad entre ellos
12 de octubre de 2010SERGIO CORTÉS blogs.diariosur.es/megustaelfutbol | MÁLAGA..-
Jesualdo Ferreira y José Mourinho, rivales el próximo sábado, se conocen desde hace muchos años, casi tres décadas, desde que el hoy entrenador del Málaga fue profesor de Educación Física del considerado mejor técnico del mundo en el Instituto Superior de Lisboa. Se dice que en 2002 el ahora responsable del Real Madrid no quiso contar con su compatriota como ayudante en el Benfica y se achaca a malas relaciones cuando en realidad el primero de ellos consideraba algo ilógico, casi una falta de respeto, contar con un maestro como ayudante. El pasado 1 de septiembre ambos coincidieron en Nyon (Suiza)en el XII Foro de Entrenadores de élite de la UEFA, y se saludaron con un efusivo abrazo. Paradójicamente, pese a que los separa su forma de ser, se asemejan en exceso en muchos aspectos.
A Ferreira se le considera en Portugal el primer entrenador que implantó métodos didácticos en el fútbol sin ser un gran jugador. Esa es una de las diversas semejanzas que existen entre el actual técnico malaguista y Mourinho. Nunca pudieron recurrir a su experiencia como futbolistas de primer nivel para conducir un grupo profesional, pero lo compensaron con creces con un amplio estudio de los métodos de trabajo, de la estrategia y de las situaciones tácticas. Conviene apuntar otro detalle relevante: los dos son partidarios de que el entrenamiento en su conjunto no dure más de hora y media.
Tanto Ferreira como Mourinho son unos apasionados del fútbol, unos 'fiebres', capaces de pensar durante veinticuatro horas al día en todo lo que rodea a su equipo. En el caso del entrenador del Málaga se cuenta -y no es una leyenda, sino una realidad- que es capaz de estar analizando en vídeo (ahora en DVD) un encuentro de su equipo o de un rival de madrugada y a continuación telefonear a alguno de sus colaboradores para contrastar una opinión. O de montar reuniones de trabajo nocturnas con la excusa de una cena. Durante el verano se ha hablado mucho de los madrugones del técnico madridista en cada jornada de trabajo. A Ferreira también le gusta llegar muy, muy pronto al lugar de entrenamiento, un detalle que sorprendió desde el primer día a los jugadores. Mourinho es idéntico en cuanto a dedicación extrema y va más allá, porque considera que cualquier comparecencia pública forma parte de su trabajo. Hace unas semanas, en el programa 'Informe Robinson' de Canal Plus, reiteró que las ruedas de prensa anterior y posterior a cada partido pertenecen al mismo.
Ni Ferreira ni Mourinho son entrenadores a los que les guste llamar la atención en su vida privada. Poco se sabe de las amistades de uno y otro, y también muy poco (lo justo) de sus familias. Además, son entrenadores que huyen de la ostentación. A Mourinho le gusta muy poco conducir y suele vivir cerca de Silvino, el preparador de porteros, para que este lo lleve a las sesiones preparatorias. En cuanto a Ferreira, es muy llamativo ver en La Rosaleda o en el estadio de atletismo Ciudad de Málaga los lujosos coches de los jugadores -y qué decir de los que poseen los propietarios- junto a su Smart. Con él se traslada a diario desde su lugar de residencia, en Benalmádena.
Mourinho y Ferreira tienen un cuerpo técnico de absoluta confianza, pero también les gusta contar con gente de la casa en su equipo de trabajo. 'Mou' contó en el Chelsea con el israelí Avram Grant, luego le otorgó su confianza en el Inter a 'Beppe' Baresi -que incluso dio las ruedas de prensa durante un mes, cuando el portugués impuso la ley del silencio-, y en el Real Madrid dio el visto bueno a la llegada de Aitor Karanka. En el Málaga Ferreira quiso contar con todos los ayudantes de Juan Ramón Muñiz, incluido Julio César Dely Valdés, que terminaba contrato y que debutó días atrás con victoria sobre El Salvador (1-0) como seleccionador de Panamá. Paco Ruiz, Enrique Ruiz y Álvaro Reina también forman parte del grupo, sobre todo el primero, encargado de la preparación de los guardametas.
Los dos técnicos que se medirán el sábado cuentan en ese grupo de trabajo con un ayudante de peso. En el caso de Ferreira se trata de José Gomes, que cuenta con una trayectoria propia como entrenador y que durante la pretemporada ha sido la persona que ha dado explicaciones en momentos determinados. En lo que respecta a Mourinho se trata de Rui Faría, un preparador físico de apenas 35 años. No es extraño que Gomes y Faría dirijan en un momento una fase del entrenamiento mientras sus jefes permanecen en un segundo plano corrigiendo errores.
El parecido en el modelo de cuerpo técnico entre Ferreira y Mourinho es tal que ambos cuentan con una persona de la que se desconocen todas sus funciones, pero que cuentan con la plena confianza de sus respectivos entrenadores. En el Real Madrid se trata de Morais. Es el encargado de analizar a los rivales y de redactar los informes, y cuenta con un equipo de trabajo propio. En el Málaga ese papel le corresponde a Rui Silva, que también se apoya en Álvaro Reina y que no pierde detalle del juego de los adversarios y del propio Málaga. Para corroborar todo lo expuesto, los dos entrenadores cuentan también en su grupo de leales colaboradores con un ex futbolista, portero además, para tener más cercanía con los jugadores, Nuno (en el Málaga) y Silvino (en el Madrid).
La diferencia más evidente entre Ferreira y Mourinho es su forma de ser. Bien es cierto que ambos son afables, cercanos y muy bromistas en el cuerpo a cuerpo, en las distancias cortas, pero ante los medios informativos se manejan de manera opuesta. Ferreira aparece como un tipo reflexivo, educado y reservado, en tanto que Mourinho es un provocador nato, un tipo que nunca causa indiferencia, una persona que busca atraer toda la atención. El maestro prefiere morderse la lengua y lavar los trapos sucios en casa, y el alumno, al contrario. No se corta un pelo al criticar al entrenador rival, al árbitro, a un jugador contrario o propio, a los dirigentes y hasta a los encargados de cuidar el terreno de juego, como sucedió semanas atrás en el Bernabéu. Por esa razón, Ferreira cuenta con grandes amigos entre los mejores técnicos del mundo. Tiene una especial relación de amistad con sir Alex Ferguson o con el francés Claude Puel. En cambio, Mourinho, el 'enfant terrible', ha arremetido contra Ferguson, Arsene Wenger y todo el que se le ha puesto por delante, tanto en Inglaterra como después en Italia.
«Ha dado una vuelta por completo a lo que era el Madrid», recalcó su compatriota Pepe semanas después de la llegada de Mourinho. Más o menos sucede igual en el Málaga. Ferreira trata de imponer unos métodos y unas doctrinas de club grande. Ambos son ambiciosos en tanto que se afanan por sacar el máximo partido a todos los aspectos vinculados con ellos dentro del funcionamiento del club. Esa ambición de estos dos entrenadores portugueses acaba por ser contagiosa y se refleja en sus equipos. Los títulos conseguidos por ambos no son fruto de la casualidad y se basan en que los futbolistas rinden por encima de sus posibilidades.
Al hilo del punto anterior, no solo hay que fijarse en los éxitos deportivos del colectivo, en las Champions y los títulos en cada país de Mourinho o en el trienio dorado de Ferreira al frente del Oporto. A la ambición contagiosa hay que sumar su obsesivo anhelo por pulir detalles en cada jugador para conocer la razón de sus innegables logros. Sin ir más lejos, Ferreira convirtió en los últimos tiempos a Falcao en un delantero completo, sin olvidar a otros como Quaresma, Lisandro, Lucho González, Bosingwa, Pepe (que será rival el sábado) o Paulo Assunçao. En el conjunto blanco es sobradamente conocido el empeño de Mourinho en obtener un salto de calidad con Pedro León.
Ferreira y Mourinho son dos técnicos actualizados, a los que les fascina conocer métodos de trabajo, aspectos tácticos que puedan resultar novedosos y, sobre todo, son unos estudiosos del mercado. Al entrenador del Málaga se le valora en Portugal por su capacidad para encontrar jugadores que para la gran mayoría pasan inadvertidos -se ha demostrado este pasado verano con algunas incorporaciones- mientras que Mourinho prefiere apostar por un futbolista relativamente joven, con buenas hechuras y al que pueda modelar antes que por uno medianamente consolidado.