Antonio Tapia lleva con naturalidad el sambenito de que es un entrenador que busca que prevalezca la defensa, poco ambicioso. «Eso de las etiquetas forma parte de nuestra cultura futbolística, como otras cosas que nos distinguen del resto de los países europeos», suele argumentar. Sin embargo, en el fondo a Tapia le molesta que se haya instalado ese tópico en la afición. Sin ir más lejos, el pasado domingo, después del triunfo frente al Osasuna -y sobre todo después de que el equipo marcara otros cuatro goles-, el técnico no pudo reprimirse delante de los dirigentes y confesó: «Y todavía dicen algunos que soy defensivo...». Ya hace cuatro temporadas, cuando el Málaga completó la mejor vuelta (33 puntos en 19 partidos) y el equipo logró la victoria más abultada a domicilio de toda la historia (1-6 en Pamplona), el entrenador también se mostró irónico al analizar la goleada. «Por mucho que hagamos, seguirán diciendo que soy defensivo...», declaró.
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