Un defensor de El Palo cogió el balón con las manos dentro del área al escuchar el pitido del árbitro que dirigía un partido en el campo de al lado

Partido de 1ª Alevín disputado el pasado fin de semana. Se enfrentaban el Málaga CF y El Palo en un choque clásico en el fútbol provincial. Corría el minuto 50 y el resultado era favorable a los blanquiazules por 3-1. El colegiado señala un saque de esquina y el malaguista Carlos se dirige a botar el córner. Cuando el balón viaja por el aire camino del punto de penalti, a media altura, en ese mismo instante, en un campo anexo en el que se disputa otro partido, suena el silbato del árbitro que allí pita su correspondiente partido.
Un jugador de El Palo detiene el balón con las manos dentro del área creyendo que el pitido procedía de su colegiado y que la jugada estaba invalidada. Ante el asombro del jugador paleño, el árbitro indica la pena máxima favorable al Málaga. El entrenador visitante le protesta al colegiado la anómala situación pero éste no da su brazo a torcer. Dice que hay que lanzar el penalti y que él no pitó cuando el balón estaba por los aires.
Era el minuto 5 de la segunda parte. El Palo había salido del vestuario, tras el descanso, decidido a acortar distancias en el marcador para intentar entrar en el partido. El penalti parece ser la sentencia definitiva si es que el Málaga acierta con la portería del rival desde los 11 metros. Rafa Verdú Salerno, conocido entre sus compañeros como Rafa, coloca el balón en el punto de penalti y antes de lanzar intercambia una mirada cómplice con su entrenador (Andrés Domínguez). Todos los aficionados apostados en las gradas esperan que Rafa ´enchufe´ el balón fuera del alcance del guardameta paleño. El posible 4-1 suena ya a definitivo.
El colegiado pita y Rafa se va hacia el balón y le pega con el interior del pie raso y muy suave para que el esférico llegue sin problema alguno a las manos del cancerbero paleño. El graderío estalla en aplausos pese a no entrar el balón. El joven Rafa, de tan sólo 11 años, falló el penalti, pero dio una lección de ´Juego Limpio´. El resultado final, por cierto, fue de 4-1 para los malaguistas.




Imagen de Rafa Verdú Salerno, jugador del Málaga alevín protagonista del penalti fallado a propósito.


http://www.laopiniondemalaga.es/malagacf/2010/10/07/alevin-malaga-tira-fallar-penalti-injusto-pitado-equipo-rival/372171.html

Muy grande si señor.

Más de uno debería aprender del chaval!

Bueno yo creo que aqui el "Deportista principal" es el entrenador que fue quien dio la orden al chaval de no marcar... el chico se limito a hacer lo que le decia su mister.

Es un gran ejemplo sin duda.

Janko escribió:Bueno yo creo que aqui el "Deportista principal" es el entrenador que fue quien dio la orden al chaval de no marcar... el chico se limito a hacer lo que le decia su mister.

Pues si, es importante que los eduquen así.

Os dejo por aquí la visión sobre este tema de un amigo que lleva unos cuantos años luchando por una causa muy noble:

Un jugador alevín (en torno a 11 años) del Málaga C.F. lanzó a fallar deliberadamente un penalti el pasado fin de semana después de que un rival tocase el balón con la mano tras escuchar un silbido que, erróneamente, consideró que era del árbitro. Fuese por iniciativa propia o por indicación de su entrenador, la decisión resulta igualmente plausible. De hecho, según los medios, se escuchó una fuerte ovación.

Decía Pedro Salinas: "La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se recorre más o menos camino; se llega más o menos lejos. Eso es todo". Yo creo que, en general, cualquier empresa que abordamos persigue ese deseo de superarnos, de elevarnos. Ese debió de ser el sentido original del deporte. Por eso nos conmueven los gestos como el del joven jugador malacitano. Apreciamos el valor de lo bello, de lo bueno, de lo noble, y la emoción se apodera de nosotros. Un buen poema, la vida de un ser admirable (Teresa de Calcuta, Mandela...), una acción virtuosa: todo ello nos sirve para impregnarnos del aroma de lo sublime.

Sería bonito que en todas las canchas deportivas (independientemente de la categoría del partido), cada fin de semana, reinase una visión elevada del deporte (esa que nunca debió dañarse). Sería bonito que los jugadores no fingiesen para sacar, deslealmente, una ventaja; que los árbitros no fuesen insultados; que al aterno rival se le respetase como si fuera de nuestro equipo. Así, quizá dejaría de ser noticia lo reseñado al comienzo. Quizá ya no destacaría como algo grande en medio de lo menos virtuoso. Simplemente sería el pan nuestro de cada día en el deporte; un pan de los que llenan de verdad, se gane o se pierda.

Vamos a elevarnos. Vamos a vivirlo.


Ángel Andrés Jiménez Bonillo, árbitro de fútbol y uno de los responsables de www.deportesininsultos.com
11 de octubre de 2010.

Que bien escribe el hombre este. Muy buen artículo, si señor. Ojala fueran los anhelos y los nuestros posibles y no una autentica utopía como es ahora mismo. Es muy difícil cambiar este tipo de cosas y lo de los insultos y demás, pero la culpa no es del juego, la culpa es de la poca educación que tenemos y personalmente (tengo 23 años) uno mira hacia atrás y ve la generación que viene y lo mas agradable que me sale es asustarme. Es eso, un problema de educación.

ESO SE LLAMA FAIR PLAY

Vaya Fair Play,algunos jugadores de primer nivel deberian aprender de el jaja