El Málaga suma 45 partidos de Liga sin lanzar una pena máxima y visita el Coliseum con los árbitros mirando con lupa cada acción en el área del Getafe
Hace exactamente un año, cuatro meses y once días, Albert Luque miraba fijamente a Velasco Carballo en el semicírculo del área rival. Levantaba la cabeza, enfilaba una corta carrera y golpeaba con calidad el balón a la derecha de la portería de Toño, meta del Racing.
Hace 499 días, nadie en aquella Rosaleda llena hasta la bandera y que aún soñaba con Europa imaginaba que sería el último penalti malaguista en mucho tiempo. Albert Luque lo celebraba dando capotazos al aire, levantando su puño al viento y congratulándose de haber acertado desde los once metros otra pena máxima, la enésima esa campaña.
Mañana, 500 días después, el Málaga intentará acabar otra vez con su maleficio en el Coliseum de Getafe. Desde el encuentro de la jornada 35 de la temporada 2008/09 han transcurrido 45 partidos ligueros de sequía. Una temporada entera sin repetir modus operandi desde el punto de penalti. Una vida sin saborear el cosquilleo que otorga siempre la pena máxima.
Ésa es la maldición que está sufriendo el Málaga, que desde el penalti que le pitaron a favor al ´temporero´ Adriano aquel 10 de mayo de 2009 no ha vuelto a lanzar una pena máxima. Lo que no quiere decir que no las haya habido.
Sin embargo, esta efeméride viene a colación de las declaraciones vertidas por Míchel, técnico rival del Málaga mañana jueves, y que se desmarcó el pasado lunes al término del partido disputado en Riazor ante el Dépor con unas afirmaciones en las que le daba un toque de atención al estamento arbitral tras recibir dos penaltis en contra. «A los árbitros les pido honestidad, que creo que la tienen. Su apreciación habrá sido ésa, pero a mí las apreciaciones como los movimientos en el banquillo me cuestan el puesto. No suelo hablar de los árbitros, tampoco hoy va a ser el día. Es una buena prueba para mí. Si soy capaz de no decir nada de ellos estoy en el buen camino. Me ha parecido un partido espectacular, con cuatro goles y alternativas en el juego», finalizaba el que fuera jugador internacional y del Real Madrid.
Ya ayer, el técnico del Getafe quiso matizar aún más sus palabras. «No es una cuestión de enfadarse, pero dan rabia esas decisiones porque somos un equipo modesto. Creo que cuando los árbitros están dentro de este mundo se equivocan. No es bueno para nadie hablar mal de los árbitros», explicó.
En la misma línea se movió ayer Dani Parejo, jugador del Getafe. «Fue un partido raro. Surgieron circunstancias que nos perjudicaron la mayoría. Unas veces te benefician y otras te perjudican. Ayer –por el lunes– nos perjudicaron. Ahora hay que pensar en el partido del jueves para hacer bueno el punto de Riazor», indicó en Onda Madrid.
Incluso lanzaba una reflexión al aire el centrocampista con pasado blanco. «El Getafe, hay que ser realista, es un club humilde y modesto. No se habla tanto como del Real Madrid, Barcelona o Valencia. No es lo mismo lo que pasa en nuestro partido que en el de Madrid. Es una baza con la que tenemos que jugar».
Lo cierto es que en Málaga nadie ha levantado la voz para pedir un penalti, aunque sea por caridad. La pasada temporada, el Málaga sufrió algunos ´abusos´ en las áreas, que sin embargo no fueron señalados.
Este curso, los agarrones también han sido palpables, sobre todo en el último encuentro ante el Sevilla. Rondón fue el que más sufrió en sus carnes al pegajoso Zokora. Incluso antes de marcar el gol el venezolano estaba agarrado por el africano.
Sin embargo, todo hace indicar que pronto acabará la sequía malaguista desde el punto de penalti. La velocidad malaguista y el despliegue ofensivo de los de Ferreira traerá consigo numerosas ocasiones de gol que, sólo por cuestión estadística, acabará con un jugador blanquiazul volviendo a colocar el balón desde los once metros. Y Getafe es un buen lugar para comenzar.
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