PEDRO LUIS ALONSO.-

El Málaga comienza hoy una nueva etapa, que se espera que sea duradera y fructífera. El estreno oficial del equipo con su flamante propietario y su ambicioso proyecto deportivo va a tener un invitado sugerente, el Valencia, y un escenario remozado. Con Abdullah Al-Thani en el palco, parece claro que habrá que retener la fecha cara al futuro. Como un punto de inflexión. Este 28 de agosto de 2010 podría ser tan relevante como lo fue el 30 de mayo de 1999, por el penúltimo ascenso, o aquel día de julio de 1992, cuando se certificó la desaparición del Club Deportivo Málaga. Efemérides clave, por citar algunas, en el constante subir y bajar de la entidad.

No parece que el Málaga pueda esbozar todavía su mejor versión. La plantilla es aún un crisol de jugadores en diferente estado de preparación y con unos conceptos tácticos sin poso. Es la teoría: hace un año el Atlético de Madrid parecía el peor rival para comenzar el torneo, porque había jugado la previa de la Champions y llegaba con más rodaje al debut, y sin embargo se vio superado en todas las facetas del juego por su rival (3-0). Ya se ha insistido durante todo el verano en que no siempre una buena pretemporada -en resultados o en juego- es el preludio de una esperanzadora campaña. Ni siquiera un notable primer partido liguero, como en el último precedente.

Eso no es óbice para advertir de que el actual Málaga parece algo justo de recursos en su armazón. Con sólo dos centrales disponibles (Hélder Rosário y Malagueño están de baja) y con Duda recién operado. Al menos la otra pieza clave del centro del campo, Apoño, llega a tiempo por los pelos. El malagueño fue ayer noticia al entrar en la convocatoria. Inédito en toda la fase de partidos de preparación, quizás disponga ya de algunos minutos, lo que mitiga en cierta manera el principal problema de Jesualdo Ferreira, la falta de creatividad en la parcela medular, con Fernando y el reconvertido Eliseu como principales opciones.

El dato curioso es que el once, que podría ser el mismo del Torneo Costa del Sol (a lo sumo, con la posibilidad de que Mtiliga juegue por Manu), incluye a todos los fichajes disponibles. Seis de los siete cerrados hasta ahora: el portero Galatto, que parece que a última hora conseguirá hacerse con la plaza en perjuicio de un acertado Arnau; el 'pivote' Sandro Silva, clave en el esquema por su capacidad para equilibrar al equipo; el portugués Eliseu, de regreso; y los atacantes Quincy (potente y veloz), Rondón y Sebastián Fernández, estos dos los más caros de la historia del club.

Ferreira sólo tuvo que descartar para el partido a Baha y a los jóvenes Edu Ramos y Portillo, porque Manolo, con una nueva rotura fibrilar, se suma a la lista de bajas. El 4-3-3, las triangulaciones en ataque a la búsqueda de espacios, el toque como premisa en la salida del balón desde atrás y la opción de recurrir a la velocidad como cualidad natural serán las nuevas aportaciones del técnico portugués, que en el aspecto mental trata de inculcar una obsesión: contagiar de carácter ganador a todos sus jugadores.

Igualados

El Málaga se ha encaramado a la cabeza de los clubes de clase media o baja, a la par que el Valencia tendrá difícil volver a ser otro año el tercer mejor equipo de la Liga. Ha vendido jugadores como casi cromos. Los más de 25 millones de inversión quedan minimizados antes los 87 de ingresos, en un afán de disminuir una deuda sangrante, aún cercana a los 400 millones.

Un Valencia sin Villa ni Silva implica una pérdida de opciones para marcar la diferencia. Por primera vez desde 1991 el equipo ha dejado de aportar jugadores a la selección española, y los fichajes, que parecen bien escogidos, están algunos peldaños por debajo de lo que había. Mata se ha convertido en el nuevo 'jugador franquicia', y uno de los líderes junto a los veteranos César, Albelda, Joaquín y Vicente, y a dos delanteros nacionales que querrían muchos equipos de la Liga: Aduriz y Soldado, este ausente esta tarde por lesión.

Ante el déficit de adaptación con el que parece arrancar el Málaga y el superior potencial del Valencia (aun venido a menos), no parecería malo un empate, máxime cuando hay dos semanas más de tregua hasta la siguiente jornada, pero se intuye un partido más disputado de lo que invita a pensar el juego del equipo blanquiazul esta pretemporada. Quizás a las primeras de cambio, esta noche, este Málaga sea capaz ya de conjugar el verbo 'ganhar'.