Agentes de la Policía Local y la Nacional desmantelan un criadero ilegal de gallos de pelea en las azoteas de seis bloques situados en las 720 viviendas
MÁLAGA Todos los días, a las cinco de la mañana e incluso a horas más intempestivas, los 164 gallos de pelea de las azoteas de las 720 viviendas, a pocos metros del estadio de La Rosaleda, eran capaces de interpretar una sinfonía completa de cacareos capaz de despertar a la estatua del Marqués de Larios.
Ayer, algunos de los pacientes vecinos de la calle Cigüela de esta barriada se lanzaban sonrisas desde las ventanas, cuando a las 9 de la mañana aparecieron los coches de la Policía Local y Nacional, acompañados por los bomberos, una ambulancia, servicios operativos del distrito, camiones de Limasa, el centro zoosanitario municipal y una grúa para ir bajando las jaulas a la calle de seis bloques. En total, 22.000 kilos de hierros y basuras.
«Así llevábamos por lo menos seis o siete años, la gente no podía dormir», contaba un vecino.
Durante tres horas, los agentes, con guantes protectores para eludir los picotazos, fueron sacando en bolsas de malla a los gallos, algunos de ellos con heridas y muy demacrados, aunque también había siete palomas, seis gallinas y un conejo. Un verdadero criadero en unas jaulas, la mayoría de ellas antiguos carritos de supermercado colocados boca abajo, además de jaulas hechas de madera y alambre.
«Estos gallos no están aquí para pelear en el barrio, los animales se utilizan para venderlos fuera porque algunos pueden costar hasta 6.000 euros», explicaba un vecino.
La afición por la cría de gallos de pelea, confirman fuentes policiales, no es otra cosa sino una forma de blanquear el dinero negro de la droga. «Estos bloques están controlados por el clan de los madrileños», detallan estas mismas fuentes.
Antes, los pitbull
Pero no siempre ha habido gallos en las azoteas. Como recuerda un vecino, hace cosa de diez años el objeto de crianza eran los pitbull, que se empleaban de perros de pelea, pero una operación similar desmanteló el negocio y, a los pocos años, los perros se convirtieron en gallos con idénticos fines «bélicos».
«Ahora el problema será que quieran averiguar quién ha chivateado», comentaba un vecino, que confirmaba que entre los curiosos que fueron bajando de los bloques a seguir en directo la operación se encontraban algunos de los responsables de esta increíble «crianza de altura».
Hablando de alturas, cualquier internauta puede darse un garbeo por la Red y encontrarse con fotos aéreas de esta zona de Málaga, en la que aparece un bloque literalmente atiborrado de jaulas de gallos. Un vecino calcula que en esa azotea en cuestión, la del bloque número 5 de la calle Cigüela, se encontraba la mitad de los gallos requisados por la policía, algunos en deplorables condiciones. «La azotea mide unos 200 metros cuadrados y estaba repleta de jaulas», calcula.
Claro que no todos parecían aliviados por esta operación. «A mí no me molestan», comentaba una vecina, mientras que otra más joven incluso señalaba que utilizaba los cacareos mañaneros a modo de despertador.
«Aquí hay también muchos parientes y de alguna manera se beneficiaban de la situación», señalaba otro vecino.
Habitantes del barrio se preguntaban ayer cómo los responsables políticos habían dejado pasar tantos años sin que nadie actuara.
Por otro lado, nada de tensión se vio ayer. Durante las tres horas que duró la operación, los gallos fueron pasando desde las azoteas hasta el nivel del suelo, para ser conducidos a una furgoneta con jaulas del centro municipal zoosanitario, con destino a centros de acogida de Andalucía.
«Esta noche por lo menos dormiremos tranquilitos», señalaba otro vecino. A partir de ahora si alguien quiere levantarse a las cinco de la mañana tendrá que poner en hora el despertador.
http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2010/08/13/164-gallos-bajan-azoteas-palma/360138.html