Un verano sin Málaga |
Malaga C.F. - Reportajes |
Lunes, 26 de Julio de 2010 17:18 |
Stepanov, con el Oporto este verano Málaga ya se ha olvidado de ellos, pero ellos no de la ciudad que los acogió la temporada pasada. Aún recuerdan su sol y su sal, su luz y su color, aún perdura en su olfato el olor a leña de las playas y el sabor a pescaíto frito. Valdo, Stepanov, Caicedo Obninna, Forestieri y Roberto Santamaría afrontan su nueva vida sin una camiseta albiceleste en el torso. Un verano sin Málaga. Ninguno de ellos, todos cedidos la temporada pasada, ha encontrado acomodo para la temporada que ya empuja buscando rodar. Todos añoran Málaga, el paraíso soñado. DANIEL MARÍN Valdo tiene un gusanillo revoloteando su tripa. A cada instante mira su teléfono. Pedro Bravo (su agente) lo llama para informarle puntualmente sobre su situación. Su rutina es dura. Se entrena por separado en Barcelona junto a Ángel y a Román. Son los tres descarta Valdo, en un aeropuerto dos del Espanyol. Le queda un año de contrato y necesita rescindir antes de aceptar alguna de las ofertas que hay sobre su mesa. “Quiero seguir en Primera”, dice a la vez que reconoce con pena que no será Málaga su destino: “Cuando mejor estaba me tuve que ir, pero fue una experiencia inolvidable”. Su nombre sonó para la Ponferradina (él es natural de Ponferrada), pero no será El Toralín el estadio que acune su renacimiento. Stepanov también anda triste. Hace ya que cogió su coche y su petate y se plantó en Serbia para echar unas risas vacacionales. Hubo tiempo de todo, de ver cómo Jesualdo Ferreira, el entrenador que de una patada lo plantó en La Rosaleda, fichaba por el Málaga. Tiempo de empezar la pretemporada con el Oporto, de viajar a Alemania para hacer el stage… Y tiempo de recibir la noticia de que André Villas-Boas (sustituto de Jesualdo) no cuenta con él. Ahora está compuesto y sin equipo. Busca morada donde pelear con sus brazos de gladiator. No será en Málaga, tal vez en Turquía. Allí parece que le hacen también fiestas a Felipe Caicedo. Las páginas de Google pueblan la noticia de que Mancini no lo quiere en los ‘citizens’ y el país euroasiático pretende empadronar al sudamericano en su Süper Lig. El City comienza la Premier a mediados de agosto y anda con las orejas tiesas buscando mejor postor. Al chico no le gusta Turquía y quiere mojarse las rastas con la lluvia inglesa. Fulham o West Ham se lo podrían llevar a Londres. Nacido en suburbio de Guayaquil y criado futbolísticamente con focos de reality, al ecuatoriano se le acaba la mecha de estrella fugaz. Mejor cartel tiene Obinna. Mundialista y con más novias que Cristiano Ronaldo. El quinto jugador más rápido de cuantos se dieron cita en Sudáfrica (31 Km/h) tiene pie y tres dedos en Lecce. Rafa Benítez le ha dicho arrivederci y cumplirá su último año de contrato con el Inter jugando en el sur de Italia. Brescia, Lazio, AEK y Stoke City también se interesaron por sus anárquicas galopadas. “Echo mucho de menos Málaga”, le comentó hace dos ratos a su buen amigo Antonello, de Frascatti. Obinna también echará de menos las pizzas búfalas del establecimiento de Guadalmar. Forestieri Frascatti era del mismo modo un santuario gastronómico para Fernando Forestieri. Es más, su hermano Ezequiel llegó a trabajar allí. Precisamente su brother ha hecho lo que a él le hubiera gustado: quedarse a vivir acá. Pero no. Guadalmar le queda ahora muy lejos. Suda con la blanquinegra del Udinese a la espera de que salga una estación de destino. Simona Canovi, su agente, habla del Bolonia, aunque, si la cosa se alarga, apunten Granada. Santamaría El que peor lo está pasando de todos es, seguro, Roberto Santamaría. Su guerra con Las Palmas está abocada a los pleitos. El jugador está de baja validada por su médico de cabecera. Se niega a volver a la isla, está dispuesto a pedir un crédito de 250.000 euros para pagar su libertad y amenaza con pedirse una excedencia y jugar en un equipo de peñas. Athletic y Zaragoza lo tantearon para calentar banquillo y ahora parece que el Xerez lo quiere, pero gratis. Nadie está dispuesto a negociar su traspaso, sólo él, loco por estrenar sus guantes de promesa fecundada. Málaga marca a los futbolistas. Valdo, Stepanov, Caicedo, Obinna, Forestieri y Roberto Santamaría darán buena cuenta de ello cuando hablen en pasado de aquella temporada en la que sudaron bajo el sol de Martiricos. Les contarán a sus hijos que un día jugaron aquí, en Málaga, y que lograron la permanencia más rácana que se recuerda. También que disfrutaron de una ciudad muy noble, muy hospitalaria y muy leal. |