La prótesis de látex cubre el pendrive.
¿Alguien se acuerda de robocop? Que solía sacar un pinche para conectarse a los ordenadores o para encender los coches… bueno, una vez más la realidad vuelve a pisar terrenos de la ficción (aunque en este caso, más que una pisada es todo un baile de tap con coreografía incluida). Un programador de software finlandés llamado, Jerry Javala, perdió parte de su dedo anular en un accidente de moto y decidió implantarse un pendrive. Sí, un pendrive. ¿De cuánto? Ah, de 2Gb.
Jerry Javala cuenta en su blog: “El miércoles pasado mientras manejaba mi moto Ducati Monster 696 de sólo una semana desde mi trabajo hasta mi casa en Riihimäki choqué contra un ciervo. Me caí al suelo y me deslicé por el asfalto aproximadamente 60 metros con mi mano izquierda atrapada bajo la moto. Me levanté y me quité el casco y los guantes. Sudaba mucho. Intenté sacar un cigarrillo de mi bolsillo y ahí fue cuando me di cuenta: me faltaba medio dedo anular. Empecé a gritar hasta que se aproximó un auto. Por suerte estaba cerca de Helsinki”. Ese es solo el comienzo de la historia.
Una vez que logró recuperarse del accidente y del shock inherente a dicha situación, volvió al hospital para pedir la fabricación de una prótesis de látex para su mano. Una vez con el doctor, este (enterado de su profesión) le preguntó si le interesaba tener un pendrive de 2Gb en lugar de la parte faltante del dedo. Por supuesto, el paciente no se negó.
¿Alguien se acuerda de robocop? Que solía sacar un pinche para conectarse a los ordenadores o para encender los coches… bueno, una vez más la realidad vuelve a pisar terrenos de la ficción (aunque en este caso, más que una pisada es todo un baile de tap con coreografía incluida). Un programador de software finlandés llamado, Jerry Javala, perdió parte de su dedo anular en un accidente de moto y decidió implantarse un pendrive. Sí, un pendrive. ¿De cuánto? Ah, de 2Gb.
Jerry Javala cuenta en su blog: “El miércoles pasado mientras manejaba mi moto Ducati Monster 696 de sólo una semana desde mi trabajo hasta mi casa en Riihimäki choqué contra un ciervo. Me caí al suelo y me deslicé por el asfalto aproximadamente 60 metros con mi mano izquierda atrapada bajo la moto. Me levanté y me quité el casco y los guantes. Sudaba mucho. Intenté sacar un cigarrillo de mi bolsillo y ahí fue cuando me di cuenta: me faltaba medio dedo anular. Empecé a gritar hasta que se aproximó un auto. Por suerte estaba cerca de Helsinki”. Ese es solo el comienzo de la historia.
Una vez que logró recuperarse del accidente y del shock inherente a dicha situación, volvió al hospital para pedir la fabricación de una prótesis de látex para su mano. Una vez con el doctor, este (enterado de su profesión) le preguntó si le interesaba tener un pendrive de 2Gb en lugar de la parte faltante del dedo. Por supuesto, el paciente no se negó.