Nino y Adrián Colunga, la delantera que el club tenía prevista para su proyecto
SERGIO CORTÉS.-
En apenas tres semanas el todavía entrenador del Málaga, Juan Ramón Muñiz, había ejercido como director deportivo con la eficacia esperada. Definitivamente eran cinco los jugadores cuya incorporación tenía apalabrada y con el único obstáculo de la negociación con sus respectivos clubes para una inminente llegada. Tal vez el dato más significativo sea que pretendía formar una pareja de delanteros con Nino y Adrián Colunga.
Muñiz nunca para. Ni siquiera en plena temporada. Contacta con representantes, conversa con otros técnicos, llama a amigos que residen por toda España... y cada lunes por la noche repasa las alineaciones de Segunda y Segunda B en los periódicos deportivos. Con antelación suficiente se mueve para elaborar un listado de los jugadores que acaban contrato en el fútbol profesional (Primera y Segunda) y busca tiempo para conocer sus virtudes y defectos, su situación personal, su grado de implicación en el equipo, su compañerismo en el vestuario o su actitud en el trabajo. Así gestó la plantilla de la temporada del ascenso, así le elaboró un informe exhaustivo al presidente del Racing hace un año y así se explica que en tan escaso margen hiciera lo propio con Fernando Sanz.
Delantera con velocidad
Algunos de los nombres que pretendía incorporar Muñiz ya eran conocidos, pero tal vez el detalle más relevante sea que buscaba una delantera con velocidad y gol, con dos de los mejores jugadores de la Liga en la segunda vuelta, siempre teniendo en cuenta que el Málaga contaba con un 'plan A' que permitía negociar el fichaje con su club de origen. El nombre de Nino ya había sido adelantado por este periódico -junto a Stuani, otro de los candidatos del asturiano-, pero no el as en la manga que escondía el asturiano, Adrián Colunga, también nacido en su tierra. Fuentes cercanas al todavía técnico insisten en que la amistad que mantiene con su representante había allanado el camino.
Lógicamente quedaba negociar con los clubes de ambos, una tarea que constituía la segunda parte del proceso, ya con el dinero del nuevo inversor en la mano. Pero Muñiz había dado un paso importante, porque a Nino y a Adrián Colunga los pretenden varios equipos. Zaragoza, Espanyol, Racing o Almería los tienen en sus agendas. Los más cercanos al técnico destacan que el asturiano estaba obsesionado con que los acontecimientos en La Rosaleda se desarrollaran con celeridad para así garantizar sus fichajes antes de marcharse de vacaciones, previstas para la próxima semana.
Al mismo tiempo Muñiz se había asegurado la llegada de Caballero y el regreso de Eliseu, al margen de otra operación. Pretendía contar con un defensa polivalente, Iago Bouzón (Recreativo), y para ello se valió de un informe pormenorizado de esta temporada con sus actuaciones en el equipo onubense.