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Tres años y medio después de su primera rueda de prensa como malaguista, Juan Ramón Muñiz ha comparecido ante los medios sin máscaras ni dobles fondos,
sin ocultismos, ni verdades a medias. Ha hablado con el corazón. Los acontecimientos del pasado domingo tras el partido y la necesidad de dar una explicación de primera mano sobre el porqué de entrenarse esta semana a puerta cerrada, han empujado al técnico asturiano a dar un paso al frente. “Yo soy el máximo responsable y por eso tengo que hablar hoy y dar las explicaciones pertinentes”, afirmó.
Han sido 30 minutos difíciles de resumir por su densidad y valor periodístico. Quizás lo más fácil para el periodista sería reproducir íntegramente las palabras del técnico, pero desde elDesmarquemalaga hemos querido desmenuzar la comparecencia más transparente que se recuerda de Muñiz. Y sobre eso, sobre su opacidad en algunas alocuciones tras los partidos, ha hablado el asturiano: “Yo sé que muchas veces vengo y no digo nada, porque quiero que mis mensajes lleguen a los jugadores. Se me critica que tras el partido de Zaragoza dije que fue equilibrado. Sabemos que fue malo, pero queríamos que al día siguiente los jugadores cuando leyeran el periódico no vieran una noticia que yo no le hubiera dado a ellos, que son los primeros que tienen que saber mi mensaje”.
Se vio a Muñiz con otro tono, de otro corte. Un botón: habló del presupuesto del Málaga. “Partimos con ventaja y dependemos de nosotros mismos, pero los presupuestos marcan el objetivo desde el principio. Estamos peleando para conseguir el objetivo en base al presupuesto que tenemos. Lo normal es que los cinco o seis últimos presupuestos peleen por salvarse”, señaló a la vez que reconoció que “el partido del Xerez nos hizo mucho daño moralmente y nos hizo tener dudas”.
El entrenador del Málaga dio las claves para lograr el objetivo: “Hay que tener personalidad suficiente y experiencia para afrontar estos partidos con garantía y, sobre todo, sin miedo. No sé cuál es la razón por la que los rivales tienen que tener mejores sensaciones que nosotros. Con sacar los mismos puntos que ellos los que nos mantenemos somos nosotros. Tenemos que confiar en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y luego se salvará el que lo merezca”.
Uno de los carteles que se la ha colgado a Muñiz durante su estancia en Málaga es el de entrenador defensivo. Hoy, valga la redundancia, se ha defendido: “Tampoco pienso que juguemos a defender. Aquí hay una cosa muy clara desde hace mucho tiempo: se me empezó a decir que soy defensivo en Segunda División y, cuando se empezó a sacar ese run-run, éramos los máximos goleadores de la categoría e íbamos los primeros. Muchas veces se confunde el orden con lo defensivo. A mí me gusta un equipo ordenado tácticamente y eso no quiere decir que sea defensivo. ¿Maltratado? Entiendo las críticas de la afición, pero hay gente que intenta ofender. Pero no ofende quien quiere, ofende el que puede. El que intenta ofender se desacredita solo. Para mí no tiene ningún valor. No es normal (aficionados esperando a la puerta del estadio para increpar), los máximos interesados en que todo vaya bien somos nosotros”.
Muñiz también explicó los motivos que le han llevado a cerrar la puerta de los entrenamientos de esta semana a la afición: “Nos intentamos caracterizar por ser una familia y un equipo de club. Tenemos una responsabilidad con toda la gente que rodea al club. El fútbol es un trabajo para nosotros y no creo que sea normal esa situación de que algunos aficionados esperen a los jugadores y les zarandeen el coche. Intentamos que la gente comprenda lo de la puerta cerrada. Pedimos comprensión a la afición en ese aspecto, y la gente que no lo quiera entender es porque no se para a pensarlo. Tenemos cinco partidos y vamos a centrarnos en nuestro trabajo. Pedimos comprensión y perdón por las molestias que podamos causar".
Cuestionado por la semejanza de la situación con le año del ascenso, Muñiz deslizó: "Puede ser similar. Es un escenario en el que llega la impaciencia y no se acaba de cumplir el objetivo. En aquella situación se cerró filas y no entraba agua por ningún lado. Yo el otro día no lo vi igual. Todos juntos conseguimos los objetivos. Si todos remamos en la misma dirección, estoy convencido de que lo conseguiremos”.
www.eldesmarquemalaga.es
sin ocultismos, ni verdades a medias. Ha hablado con el corazón. Los acontecimientos del pasado domingo tras el partido y la necesidad de dar una explicación de primera mano sobre el porqué de entrenarse esta semana a puerta cerrada, han empujado al técnico asturiano a dar un paso al frente. “Yo soy el máximo responsable y por eso tengo que hablar hoy y dar las explicaciones pertinentes”, afirmó.
Han sido 30 minutos difíciles de resumir por su densidad y valor periodístico. Quizás lo más fácil para el periodista sería reproducir íntegramente las palabras del técnico, pero desde elDesmarquemalaga hemos querido desmenuzar la comparecencia más transparente que se recuerda de Muñiz. Y sobre eso, sobre su opacidad en algunas alocuciones tras los partidos, ha hablado el asturiano: “Yo sé que muchas veces vengo y no digo nada, porque quiero que mis mensajes lleguen a los jugadores. Se me critica que tras el partido de Zaragoza dije que fue equilibrado. Sabemos que fue malo, pero queríamos que al día siguiente los jugadores cuando leyeran el periódico no vieran una noticia que yo no le hubiera dado a ellos, que son los primeros que tienen que saber mi mensaje”.
Se vio a Muñiz con otro tono, de otro corte. Un botón: habló del presupuesto del Málaga. “Partimos con ventaja y dependemos de nosotros mismos, pero los presupuestos marcan el objetivo desde el principio. Estamos peleando para conseguir el objetivo en base al presupuesto que tenemos. Lo normal es que los cinco o seis últimos presupuestos peleen por salvarse”, señaló a la vez que reconoció que “el partido del Xerez nos hizo mucho daño moralmente y nos hizo tener dudas”.
El entrenador del Málaga dio las claves para lograr el objetivo: “Hay que tener personalidad suficiente y experiencia para afrontar estos partidos con garantía y, sobre todo, sin miedo. No sé cuál es la razón por la que los rivales tienen que tener mejores sensaciones que nosotros. Con sacar los mismos puntos que ellos los que nos mantenemos somos nosotros. Tenemos que confiar en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y luego se salvará el que lo merezca”.
Uno de los carteles que se la ha colgado a Muñiz durante su estancia en Málaga es el de entrenador defensivo. Hoy, valga la redundancia, se ha defendido: “Tampoco pienso que juguemos a defender. Aquí hay una cosa muy clara desde hace mucho tiempo: se me empezó a decir que soy defensivo en Segunda División y, cuando se empezó a sacar ese run-run, éramos los máximos goleadores de la categoría e íbamos los primeros. Muchas veces se confunde el orden con lo defensivo. A mí me gusta un equipo ordenado tácticamente y eso no quiere decir que sea defensivo. ¿Maltratado? Entiendo las críticas de la afición, pero hay gente que intenta ofender. Pero no ofende quien quiere, ofende el que puede. El que intenta ofender se desacredita solo. Para mí no tiene ningún valor. No es normal (aficionados esperando a la puerta del estadio para increpar), los máximos interesados en que todo vaya bien somos nosotros”.
Muñiz también explicó los motivos que le han llevado a cerrar la puerta de los entrenamientos de esta semana a la afición: “Nos intentamos caracterizar por ser una familia y un equipo de club. Tenemos una responsabilidad con toda la gente que rodea al club. El fútbol es un trabajo para nosotros y no creo que sea normal esa situación de que algunos aficionados esperen a los jugadores y les zarandeen el coche. Intentamos que la gente comprenda lo de la puerta cerrada. Pedimos comprensión a la afición en ese aspecto, y la gente que no lo quiera entender es porque no se para a pensarlo. Tenemos cinco partidos y vamos a centrarnos en nuestro trabajo. Pedimos comprensión y perdón por las molestias que podamos causar".
Cuestionado por la semejanza de la situación con le año del ascenso, Muñiz deslizó: "Puede ser similar. Es un escenario en el que llega la impaciencia y no se acaba de cumplir el objetivo. En aquella situación se cerró filas y no entraba agua por ningún lado. Yo el otro día no lo vi igual. Todos juntos conseguimos los objetivos. Si todos remamos en la misma dirección, estoy convencido de que lo conseguiremos”.
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