Eliseu: «Cuando tengo confianza es muy difícil que me paren» Admite que jugó el mejor partido desde su llegada al equipo y no oculta su deseo de ser llamado por la selección lusa El domingo la diminuta isla de Terceira se estremeció de orgullo. Un fenómeno local marcó dos goles en una de las mejores ligas del mundo, un detalle al que no están acostumbrados. El 'Ciclón de las Azores' o el 'Agostinho de color' completó su mejor partido desde su llegada al Málaga. Ayer atendía solícito a los medios. Eliseu, un tipo tranquilo que exhibe con agrado sus tatuajes en los antebrazos con los nombres y las fechas de nacimiento de sus hijos, Gustavo y Guilherme, se expresa, en cambio, con un torrente incontrolado de voz. Casi como es en el campo.
¿Piensa que jugó en Huelva su mejor encuentro con el Málaga?
Sí, ya hice partidos como el de ayer con alguna carrera parecida, como el de Las Palmas, contra el Sevilla Atlético, el Elche o el Castellón. Pero el de ayer fue el mejor.
En Málaga parece inevitable compararle con Agostinho por sus cualidades. ¿Lo ha conocido o le vio jugar?
Sí, hace tres o cuatro años me enfrenté a él en un partido en Portugal, en la Segunda B de allí, y será que tenemos que parecernos mucho porque la gente siempre me dice que soy como él, con mucha velocidad.
¿Piensa que esa punta de velocidad que luce es una virtud que lleva en los genes?
Puede ser, porque la tenía de pequeño, no es algo que vaya entrenando. Pero en mi familia no hay nadie rápido.
¿Le dio Tapia alguna orden precisa y distinta para el partido de ayer?
No, simplemente, que empecé en la derecha, pero no iba a estar todo el partido allí. La instrucción era cambiar continuamente con Duda, pero como iban saliendo las cosas bien, ¿para qué hacerlo?
Resulta que cuando más tiempo ha jugado en ha derecha ha hecho su mejor partido. Menuda paradoja...
Sí, es verdad. No es una posición habitual para mí. Nuca jugué allí, cinco o diez minutos sólo en algún partido.
Pero así pudo intentar movimientos diferentes.
Creo que por la banda derecha es cuando puedo hacer la diagonal y muchas veces me quedé solo con el portero. Ayer mismo Duda hizo una diagonal, y hubo un cara a cara con el guardameta, yo hice otra, y lo mismo. Si no, eran Baha o Adrián, y pienso que fue la clave de la victoria.
La jugada de lanzar la pelota larga y correr se ha convertido en su especialidad.
Cuando veo un defensor por delante digo «a este me lo tengo que llevar corriendo», y en la jugada del 0-3 es lo que hice. Eché el balón hacia adelante y me fui. Aguanté hasta plantarme delante del portero y se la cedí a Duda, que sabía que estaba allí.
Sin embargo, jugar tan bien puede tener inconvenientes, porque ahora se le puede exigir más.
Sí, es verdad. Pero creo que la gente lo que me va a exigir es correr más. Por eso no hay problema.
Es posible que el aficionado o los medios piensen también que eso que hizo ayer lo puede repetir en más partidos.
Sí, pero cuando tengo confianza es muy difícil que me paren. En el uno contra uno es muy difícil.
También ha pasado de jugar minutos finales en los partidos, como sucedía muchas veces con Muñiz, a los noventa.
Es verdad. Yo lo que quiero es jugar todos los partidos noventa minutos, el mayor tiempo que pueda. El míster optó por eso en el pasado -en referencia a Muñiz- y es verdad que salió bien, porque ascendimos a Primera.
Habrá recibido infinidad de llamadas desde el domingo.
Es normal. Vengo de una isla de Portugal (Angra do Heroísmo pertenece a Terceira, en el archipiélago de las Azores) que es muy pequeña, que se puede recorrer en veinte minutos, y me ha llamado todo el mundo y los medios de comunicación están eufóricos. El anterior jugador de allí que llegó a Primera fue Pauleta, con el Salamanca, y ha sido increíble. Me han llamado de medios nacionales de Portugal también.
Duda fue a un amistoso con la selección portuguesa al comienzo de la Liga. Usted va luciendo cada vez más en el escaparate...
Claro. Un jugador portugués que juega en la Primera española, que es la mejor Liga del mundo... Lo quieras o no estás en el punto de mira. También me han llamado de Cabo Verde. Me parece bien, pero por otro lado, soy un jugador joven y a mí no me gusta mucho ir tan lejos, porque puedes tener un partido al mes y...
Y también que, lógicamente, no se quiera cerrar las puertas a la selección portuguesa, supongo.
También. Espero eso.
El domingo tenía una tarjeta amarilla. Si le llegan a cambiar...
Es verdad, pero pienso que lo estaba haciendo bien y que por eso Tapia no me cambió.
No nos tenía acostumbrados a exhibir un disparo preciso. ¿Se sorprendió por el cuarto gol?
No. Estaba tan confiado que sabía que si llego a tirar una falta la metía, seguro.
Hace tres jornadas el equipo no tenía gol y apenas llegaba arriba. Cómo ha cambiado el panorama, ¿verdad?
Pienso que la clave también ha sido Tapia, que es un técnico con mucha experiencia. Habla mucho con nosotros. Ya incluso después de la derrota contra el Atlético de Madrid pensábamos que el equipo iba a mejorar y se trabajó mucho con la intención de crear más oportunidades. Ahora, con confianza, hemos metido cuatro goles.
SUR.es
Una cláusula baja al alcance de muchos Hacer una plantilla a coste cero acarrea algunos inconvenientes. Si no puedes dar, has de ser transigente con las peticiones de los futbolistas. Eliseu es un claro ejemplo de ello. Vino gratis, firmó por tres años con unas cantidades bajas (actualmente es de los peor pagados de la plantilla) y a cambio su cláusula quedó fijada en una cantidad irrisoria (600.000 euros) para facilitar una hipotética salida.
Esta situación puede ser peligrosa. La cotización de Eliseu ha subido como la espuma, y su fichaje es asequible para cualquier equipo con aspiraciones. Sólo le bastaría con depositar en la sede de la Liga los 0,6 millones de euros de su cláusula de rescisión y el Málaga no podría hacer nada por retenerlo.
La directiva del club es consciente de ello. Tiene la intención de renovarlo (aún le queda un año de contrato) y así se lo ha comunicado informalmente al jugador. Pero no tiene prisas. Cada cosa lleva su tiempo y el club, previsor, prefiere trabajar con cierta perspectiva y no dejarse llevar por los impulsos. Por ahora, su buena actuación del domingo sólo ha levantado admiración y sorpresa, pero con otro partido similar otro gallo cantaría...
SUR.es