El sábado por la tarde no suele ir ligado a una buena taquilla en La Rosaleda, salvo que comparezcan el Real Madrid o el Barcelona. Además, basta repasar la ficha adjunta para concluir que la asistencia al estadio ha caído levemente respecto al comienzo de la temporada. Ahora son mayoría las entradas por debajo de la cifra redonda de veinte mil espectadores. Es por ello que los dirigentes del Málaga reclaman el apoyo de la afición cara al trascendental compromiso de mañana contra el Tenerife (18.00 horas, PPV), en el que podría quedar certificada media permanencia.
«Es un partido clave, y sin el apoyo del público sería muy difícil. Lógicamente, ellos vienen siendo parte muy importante de lo que ha sucedido en la transformación de la entidad», declaró ayer el presidente del Málaga, Fernando Sanz. Con una buena previsión meteorológica para mañana, sólo varios traslados de Semana Santa y una procesión no agrupada (Humildad y Paciencia) a la misma hora no deberían de restar afluencia al recinto de Martiricos.
Jugador doce
Pero no cabe duda de que en partidos como el de mañana es cuando se hace real el tópico de que el público puede ser el jugador 'número doce'. El Málaga necesita a una afición paciente ante su juego si el partido no se consigue encarrilar de forma favorable pronto, así como una presión, siempre en los cauces deportivos, contra el Tenerife.
Sin tiempo para digerir la derrota en Mestalla y casi sin margen para preparar el choque, el Málaga confía en no fallar en una cita tan decisiva. Ya tuvo a tiro dejar casi zanjada su lucha por la permanencia en el derbi ante el Xerez. Aquel varapalo (2-4) lo privó de gozar de un margen de diez puntos sobre la zona de descenso. El sábado, a expensas de lo que suceda en Chapín en el Xerez-Valladolid, podría dejar a nueve al decimoctavo.
En todo caso, superar al Tenerife supondría aventajarlo en nueve puntos más el 'goal average' favorable, a falta de otras tantas jornadas para el final del campeonato y a la espera de que el otro gran rival directo, el Valladolid, tenga que acudir a La Rosaleda (el 18 de abril).
El Málaga recuperará a sus mejores hombres para el choque, a excepción de Weligton (en Brasil en el primer plazo de una grave lesión de tobillo), el sancionado Manu y Obinna, que se resintió el miércoles en una rodilla. Por contra, regresa tras su castigo Toribio, y se espera que lo hagan todos los jugadores a los que Muñiz concedió descanso en Mestalla.
En este sentido, Jesús Gámez y Duda, que se quedaron en Málaga por sendas sobrecargas, se entrenaron ayer al mediodía con normalidad, y volverán Benachour, Mtiliga, Apoño, Fernando y Caicedo (estos dos, que salieron al campo en el transcurso del partido en Valencia). Un posible once sería el formado por Munúa; Manolo, Jesús Gámez, Iván, Mtiliga; Toribio, Apoño; Fernando, Benachour, Duda, y Caicedo. Además, como en el triunfo contra el Villarreal, tanto Valdo como Baha podrían tener un rol relevante como recambios en el desarrollo del choque.
«Es un partido clave, y sin el apoyo del público sería muy difícil. Lógicamente, ellos vienen siendo parte muy importante de lo que ha sucedido en la transformación de la entidad», declaró ayer el presidente del Málaga, Fernando Sanz. Con una buena previsión meteorológica para mañana, sólo varios traslados de Semana Santa y una procesión no agrupada (Humildad y Paciencia) a la misma hora no deberían de restar afluencia al recinto de Martiricos.
Jugador doce
Pero no cabe duda de que en partidos como el de mañana es cuando se hace real el tópico de que el público puede ser el jugador 'número doce'. El Málaga necesita a una afición paciente ante su juego si el partido no se consigue encarrilar de forma favorable pronto, así como una presión, siempre en los cauces deportivos, contra el Tenerife.
Sin tiempo para digerir la derrota en Mestalla y casi sin margen para preparar el choque, el Málaga confía en no fallar en una cita tan decisiva. Ya tuvo a tiro dejar casi zanjada su lucha por la permanencia en el derbi ante el Xerez. Aquel varapalo (2-4) lo privó de gozar de un margen de diez puntos sobre la zona de descenso. El sábado, a expensas de lo que suceda en Chapín en el Xerez-Valladolid, podría dejar a nueve al decimoctavo.
En todo caso, superar al Tenerife supondría aventajarlo en nueve puntos más el 'goal average' favorable, a falta de otras tantas jornadas para el final del campeonato y a la espera de que el otro gran rival directo, el Valladolid, tenga que acudir a La Rosaleda (el 18 de abril).
El Málaga recuperará a sus mejores hombres para el choque, a excepción de Weligton (en Brasil en el primer plazo de una grave lesión de tobillo), el sancionado Manu y Obinna, que se resintió el miércoles en una rodilla. Por contra, regresa tras su castigo Toribio, y se espera que lo hagan todos los jugadores a los que Muñiz concedió descanso en Mestalla.
En este sentido, Jesús Gámez y Duda, que se quedaron en Málaga por sendas sobrecargas, se entrenaron ayer al mediodía con normalidad, y volverán Benachour, Mtiliga, Apoño, Fernando y Caicedo (estos dos, que salieron al campo en el transcurso del partido en Valencia). Un posible once sería el formado por Munúa; Manolo, Jesús Gámez, Iván, Mtiliga; Toribio, Apoño; Fernando, Benachour, Duda, y Caicedo. Además, como en el triunfo contra el Villarreal, tanto Valdo como Baha podrían tener un rol relevante como recambios en el desarrollo del choque.