La mayor exigencia, el mismo Weligton
Transcurridas las cinco primeras jornadas de Liga, el central brasileño ya ha mostrado una buena adaptación a la élite · La goleada en el Calderón supuso un máster acelerado para él




La compra de Weligton llegó a convertirse en una cuestión de estado deportivo. 550.000 euros, el cambio de exigencia de la Segunda a la Primera División y su edad, 28 años -29 desde hace apenas un mes-, jugaban en su contra. Pero el Málaga apostó por él para ser uno de los pilares de este equipo y en cuestión de unas jornadas ha demostrado que la nueva exigencia de la categoría no engulle su fútbol. Él, por su parte, parece haber asumido su nuevo hábitat. Ha pasado el filtro con nota y así se lo ha reconocido la afición en las últimas jornadas de Liga.

Todo lo opuesto tras lo vivido en la primera jornada. La severa derrota en el Calderón (4-0) tuvo mayor amargura para el central brasileño, autor del penalti que supuso el 3-0 al borde del descanso y mucho más intermitente que de costumbre. Su mirada lánguida y perdida en el aeropuerto de Madrid delataba su decepción. Con el paso de los días, como él mismo explica, le ha servido de perfecto punto de inflexión para adaptarse en tiempo récord a la élite. "Ese día ya pude comprobar la gran diferencia entre Segunda y Primera. Nos encontramos con un gran rival en un campo que todos sabemos que es difícil y creo que ellos estaban muy motivados por la clasificación para la Liga de Campeones. No se pueden sacar muchas conclusiones de ese partido, pero creo que lo asimilamos bien y hay que seguir así", explica el de Fernandópolis.

En realidad ha pasado poco tiempo, pero suficiente para encontrarse exigencias variadas. La rapidez y habilidad del Kun Agüero, la corpulencia de Fernando Llorente, el dominio aéreo de Negredo, la capacidad de Villa para encontrar siempre el hueco perfecto... Weligton ya sabe a qué atenerse. "Los rivales que tienes delante son mucho mejores. Son jugadores de selecciones, que no se equivocan y ante los que hay que estar atentos los 90 o 95 minutos que se juegan", narra.

La faceta arbitral también ha supuesto un antes y un después para el ex del Grasshoper. Mientras Rodríguez Santiago le pitó un penalti por agarrón dentro del área en el Manzanares, a él no se lo han decretado pese a haberlo sufrido contra el Athletic y el Valencia. Interiorizada esa diferencia de criterio entre los grandes y los no tanto, el brasileño prefiere no levantar la voz y sí trabajar contando con ello: "Como jugador no debo hablar mucho de esto, sólo tengo que trabajar y jugar, pero, como lo he vivido, tengo que estar más listo, no equivocarme y no hacer equivocar a los árbitros".

Contando con todo ello y pese a que a priori el sino del Málaga esta temporada es el de sufrir para lograr la salvación, Weligton tiene muy clara la moraleja de cómo hay que afrontar este año en el vestuario. "Nosotros trabajamos mucho el año pasado para poder estar en Primera y ahora no podemos tener miedo de nada ni de nadie. Tenemos que disfrutar. Yo, como jugador, siempre soñé con poder estar entre los grandes, así que esta es una oportunidad que tengo que aprovechar".

Para ello, lo que futbolísticamente está tratando de hacer el central es mantener las cualidades que le hicieron llamar la atención en la categoría de plata, por más que los rivales le multipliquen los problemas que sufría la temporada pasada. "Si el equipo es sólido, el juego va a ser mejor y las cosas te van a salir mejor. Yo soy un central zurdo que tiene velocidad y no he cambiado mucho de Segunda a Primera. Independientemente de los rivales, yo sigo con el juego que hice el año pasado, algo que creo que es fundamental, y pienso que tengo que seguir mejorando en otras facetas", reflexiona.

Algo que había cambiado pero que vuelve a ser como con Muñiz es su compañía en la zaga. Lógicamente, en los primeros encuentros él e Ibán Cuadrado purgaron su falta de rodaje y entendimiento. La determinación de Tapia de sacar del once al salmantino para poner a Helder ha supuesto un gran avance en la compenetración entre los centrales. "Es normal. Cuando tienes que jugar con un nuevo compañero, cada uno se tiene que conocer. Lo bueno con Helder es que jugamos muchos partidos el año pasado, pero ahí estamos todos los centrales trabajando. Las cosas pueden no salir bien, pero la gente tiene que saber que todos trabajamos mucho y muy fuerte".

Es la Primera División según Weligton, cuya filosofía de vida futbolística resulta una magnífica conclusión para afrontar la temporada presente: "El año pasado éramos capaces de ganar en cualquier campo y este año tendremos que pelear mucho. Principalmente, nosotros los defensas, pero ojalá hagamos una buena temporada porque va a ser bueno para el club y bueno para todos".

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