Caicedo, en su estreno como realizador malaguista, y Obinna, que no mojaba desde el 5 de octubre en Chapín, reconocen que sus tantos en El Sardinero fueron una liberación
El gol es el alimento del delantero, la enfermiza obsesión del que mora cerca de la portería rival. Ver la pelota alojada en la red sacia el hambre y cambia el ánimo. Son las sensaciones que transmitían el día después del colosal triunfo en Santander Felipe Caicedo, que marcó el segundo de la cuenta, y Victor Obinna, que la cerró. Hermanados por haber satisfecho el apetito, el ecuatoriano y el nigeriano esperan que los certeros disparos en El Sardinero tengan continuidad. Caicedo marcó su primer gol con la camiseta malaguista. Obinna reprodujo un sentimiento que tenía olvidado. Hacía cuatro meses, casi una vuelta completa, que no marcaba. Fue en Chapín, el 5 de octubre.
"Los delanteros vivimos del gol, era lo que me estaba faltando", afirma el guayaquileño. "Marcar me ha dado confianza", sostiene el africano. Ambos reflejaban el sentir de un vestuario que se vio hundido, a más de una victoria de la salvación, y que ahora paladea un momento dulce. "Estoy muy tranquilo después del triunfo, por el resultado y los tres puntos. Sólo faltaba eso, se viene trabajando de menos a más y para complementar el trabajo necesitaba el gol. Gracias a Dios se dio", relata Caicedo, que espera que el triunfo en tierras cántabras permita dar aún más solidez al equipo: "El Málaga viene jugando bien, este triunfo no debe ser sorpresa. El equipo está identificándose y estamos contentos. Seguimos trabajando para alcanzar el puesto más alto que se pueda conseguir, queremos seguir sumando puntos para estar en una posición que nos deje tranquilos".
El ariete cedido por el Manchester City rememoró cómo fue su primer tanto en albiazul en un estadio fetiche, puesto que marcó allí el año pasado con los citizens en la UEFA Cup: "Mi gol fue una jugada con un pase por la derecha, hice el típico desmarque. Luego hubo un forcejeo con un defensa, me achicó otro zaguero, me salió el arquero, decidí llevármelo y definí. Se necesita tranquilidad en esos momentos y la tuve. Dije que iba a necesitar cuatro o cinco partidos, he ido de menos a más y quiero seguir mejorando y haciendo goles".
Si el tanto de Caicedo fue bello, repleto de potencia, el de Obinna fue madrugador. Apenas necesitó 20 segundos en el campo. "Un gol tan rápido, sinceramente, no hice, pero he marcado muchas veces entrando en los partidos como suplente. Es importante para mi confianza", dice el jugador procedente del Inter, que opina que el equipo aún tiene margen de mejora para escalar en la tabla: "El Málaga necesita puntos para llegar a su situación ideal en la clasificación. Es importante que marque Caicedo, Baha, Forestieri o yo. Me falta marcar en casa, a ver si llega el domingo. Si no, lo conseguirá más adelante".
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