Fue un gol de Segunda para un triunfo de Primera. A muchos aficionados les suena la aparición de Baha en un movimiento de desmarque al primer palo para recibir un envío de Jesús Gámez desde la derecha. Esta sociedad, que permitió varios goles muy rentables durante la campaña del último ascenso a la máxima categoría, como los logrados frente al Sporting de Gijón o el Eibar, se repitió ayer contra el Getafe, en el minuto 84 del encuentro. Fue en el momento más inesperado, porque Baha, que dejó de ser titular la pasada jornada, había salido al comienzo de la segunda mitad entre abucheos de un sector de la grada.

Por ello la celebración del tanto por parte del francomarroquí fue demasiado escueta, aún con el enfado de las críticas de los aficionados. «He tenido durante muchos meses la paciencia de aguantar muchas cosas. Estoy muy contento, sobre todo por mi familia», sentenció el jugador. Baha justificó su gesto abriendo las manos y besando el suelo en la ceremonia tras el tanto junto a Benachour: «Dios está en todos lados, aunque los musulmanes miren a La Meca».

Baha no marcaba desde el 30 de agosto, cuando inauguró el casillero frente al Atlético de Madrid. Bien es cierto que desde la segunda mitad de la pasada campaña y en la actual ha sido relegado al puesto de segundo delantero, lo que ha disminuido su presencia en el área rival. Curiosamente, el atacante jugó ayer de 'nueve', como el miércoles en Getafe. Si allí estuvo negado, ayer protagonizó sus habituales movimientos de delantero depredador que acostumbraba a hacer en Segunda.

En el primer palo

En este sentido, más allá del gol conseguido, protagonizó varios desmarques en dirección al segundo palo, incluso otra buena oportunidad ante Codina con el 1-0. Lo más curioso es que puede darse la circunstancia de que el Málaga lleve meses buscando un 'nueve' de garantías y que lo pueda tener en casa, y desde hace muchos meses.

Durante semanas, con motivo del mercado invernal, el club ha negociado con Miku y ha incorporado ya a Caicedo, pero el gol fue de Baha, que suplió en el intermedio al ecuatoriano. La labor sacrificada del internacional marroquí como segundo delantero nunca ha sido reconocida por una amplia representación del público, que se suele quedar con aspectos más tangibles del juego, como lo son las cifras de goles.