Antecedente para creer
El Málaga, que suma tres jornadas sin conocer la victoria y sin marcar ningún gol, iguala el arranque de la campaña 2003/04. Esa temporada, el equipo de Juande Ramos acabó la Liga en una cómoda décima posición
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y a ello debe de agarrarse el Málaga con sus dos manos para salir del trance deportivo en el que ha entrado. Hay precedentes y datos para el optimismo que no pueden cambiar la realidad, pero sí hacerla más llevadera.
Ese rayo de luz que asoma entre la tormenta corresponde a la temporada 2003/04. El Málaga, dirigido por aquel entonces por Juande Ramos, cuajó el mismo arranque paupérrimo que hoy en día está realizando el equipo de Tapia, pero finalmente, no sin pasarlo mal al principio, cerró la temporada en una cómoda décima posición que le alejó del descenso y le hizo pensar incluso en sueños europeos.
En la tercera jornada, los blanquiazules contaban sus partidos por debacles. Idéntico número de puntos (1) y similar balance ofensivo -cero goles-. La posición del Málaga en la campaña 2003/04 tras tres jornadas era la misma que hoy ocupa, penúltimo. Sólo el balance de goles, -5 en la temporada actual y -2 en aquella campaña, convierten este arranque blanquiazul en el peor de la historia.
Sin embargo, el Málaga alargó su derrumbamiento. No hay peor forma para salir de la crisis que verse las caras con un grande. En la cuarta jornada de aquella Liga, el Real Madrid de los Zidane, Beckham, Ronaldo y Figo visitó La Rosaleda. El resultado fue favorable para los ´galácticos´ (1-3) y alargó, una jornada más, la dinámica negativa.
El cambio llegó en la quinta jornada, donde los de Juande tiraron de casta para vencer 1-2 al Espanyol en Montjuic. La progresión, a partir de entonces, fue endiablada. A mitad de temporada, el Málaga era octavo con 26 puntos y 24 goles a favor. Acabó la campaña en mitad de la tabla, luchó por ir a la UEFA, y dejó en la retina de los aficionados partidos como el 5-1 al Barcelona o el 3-1 al Atlético en La Rosaleda, y las dos victorias al Sevilla.
En aquella campaña, Salva Ballesta fue el gran líder blanquiazul. Anotó 18 goles, pero tenía como compañeros en el ataque a Diego Alonso y Canabal. En el Málaga de ahora, a la espera de que Salva pueda recuperarse, Luque, Baha, Adrián o Fernando aportan credibilidad al ataque actual.
Paciencia. Sin duda, uno de los argumentos que sirvió para que el Málaga saliera del bache fue la confianza que la directiva depositó en Juande Ramos. El tiempo le dio la razón ellos, que colocaron al Málaga entre los mejores.
Y es que esto no es como empieza, sino como acaba. El Málaga, el año del descenso a Segunda, perdió los dos primeros partidos y ganó el tercero. Nadie salvó al final al club blanquiazul de la quema de bajar.
Con todo, el Málaga de la actual temporada tiene otra papeleta en su mano. El jueves visita La Rosaleda un Valencia líder que ha cambiado su cara con la mano de Emery. El técnico vasco ha conseguido moldear en un tiempo récord su plantilla. Ha conseguido un bloque conjuntado y con gol. Las claves de un equipo campeón que vuelve entre los grandes y que le pondrá las cosas difíciles al Málaga. Tocará sufrir.
La Opinión