El Ministerio Fiscal lo acusa de cinco delitos de asesinato en grado de tentativa porque el acusado "trató de atropellar sorpresivamente a todas aquellas personas que no pudieran huir"
El guardia civil retirado que atropelló a varias personas con su vehículo al irrumpir en la calle Larios en agosto de 2008 se enfrenta a una petición fiscal de 40 años de prisión por cinco delitos de asesinato en grado de tentativa.
El fiscal considera probado que el conductor, A.B.M., de 42 años, "a sabiendas de que se trataba de una calle peatonal" y tras observar que había mucha gente quiso "atropellar sorpresivamente a todas aquellas que no pudieran huir".
Para ello, esquivó unos grandes maceteros que había al principio de la calle que evitaban el tráfico y una vez en la calle peatonal aceleró el vehículo "asumiendo cualquier resultado que pudiera producirse, incluida la muerte perseguida desde el principio, sin riesgo alguno para él".
En primer lugar arrolló a una pareja que iban de la mano lanzando al primero de ellos hacía la derecha del vehículo y a la segunda la elevó por los aires, y continuó la marcha a unos 70 u 80 kilómetros por horas contra una señora en silla de ruedas.
El fiscal en su escrito apunta que en el último momento esquivó a la minusválida al tiempo que lanzó el coche contra una familia compuesta por el matrimonio y dos hijos, que si bien pudieron apartarse no pudieron evitar que atropellara lateralmente a la mujer.
Esta nueva víctima fue levantada por los aires y cayó primero sobre el parabrisas del coche y luego contra el suelo pero, a pesar de ello, continuó la marcha hacía la plaza de la Constitución donde atropelló a otras dos personas.
Acto seguido, el acusado intentó darse a la fuga pero quedó bloqueado por el tráfico y un camión de la empresa de limpieza Limasa.
El acusado y su vehículo fueron inmovilizados por dos agentes de de la Policía que se encontraban en las proximidades y presenciaron parte de los hechos.
Deseaba su propia muerte
El ministerio público relata que el acusado a primera hora de la mañana del 30 de agosto estaba "deseoso de su propia muerte" y que se dirigió con el vehículo de su hermana desde Fuengirola hacia Málaga capital.
En primer lugar, el imputado tuvo la intención de hacer un trompo en la autovía para que le golpearan otros coches y poder morir, pero no encontró supuestamente la ocasión y, siguió hasta Málaga.
Al llegar a la altura del centro pensó en arrollar con el vehículo a unos agentes de la Policía para seguir adelante y que le pegaran algunos tiros y que le mataran, pero no los encontró.
Por ello, el guardia civil retirado pensó entrar en la calle peatonal y atropellar a gente para posteriormente estrellarse con una pared.
El fiscal destaca en su escrito que el acusado padece una alteración o trastorno de la personalidad que motivó su absolución por aplicación de la eximente de alteración psíquica en una sentencia anterior dictada en 1999.
En dicha sentencia se hacía hincapié en la necesidad de tratamiento médico continuado pero el procesado no lo cumplió desde 2006 y se lo ocultó al médico.
En su declaración ante el magistrado, plenamente consciente de lo que había ocurrido, el individuo admitió los hechos y aseguró que sintió un impulso para hacerlo, y que si en un futuro le volviese a pasar, no podría controlarlo.
El acusado explicó en su día ante el juez que tenía "mucho dolor" por sentirse maltratado por la sociedad y que tenía "manía persecutoria" de los cuerpos de seguridad y de la administración.
http://www.diariosur.es/20091127/local/malaga/piden-anos-carcel-para-200911271151.html