3.941 días después
Tras casi once años, Fernando volverá a vestir de blanquiazul y verá cumplido su sueño desde niño: jugar con el 'equipo de su barrio' en Primera
Casi cuenta los días. Fernando ha apurado al máximo su recuperación para volver a jugar un partido oficial con el Málaga, «el equipo de mi barrio», como siempre dijo. El domingo habrán pasado 3.941 días desde su última actuación como blanquiazul, contra el Guadix, en una tarde en que compartió titularidad con el hijo del histórico Trobbiani, al que Fernando Puche presentó entonces como «el nuevo Viberti».
El 30 de noviembre de 1997 aún está en la retina del futbolista criado en Martiricos. Él sabía que sería el último. El Madrid había llamado a su puerta, como otros clubes en años anteriores, sólo que esta vez su malestar y el de su padre -un histórico entrenador de cantera, Juanmi-con los dirigentes ya no tenía vuelta atrás.
A Fernando lo hizo debutar con el Málaga Juan Carlos Añón en un partido de Copa en el Pizjuán contra el Sevilla de Camacho. En plena transición entre Cayuela y Novoa echó mano de aquel centrocampista todoterreno. «Lo tiene todo: trabajo, sacrificio, visión de juego y gol», dijo.
El añorado Juan Gómez 'Juanito' ya lo recalcó hace casi dos décadas: «Málaga es una madrastra con sus futbolistas». Y precisamente por ser de la casa Fernando tuvo que demostrar mucho más que otros. En aquella temporada 1997-98, saldada finalmente con el ascenso, apenas disputó nueve partidos, sólo dos como titular. El entrenador que comenzó la temporada, el luego fallecido Tolo Plaza, apenas contó con él. «No quiero quemarlo», decía el jiennense. Para entonces, el club ya había sido adquirido por Antonio Asensio. El control deportivo estaba en manos de la empresa Bahía. Y ahí comenzó todo el conflicto.
Han pasado casi once años. Tal vez pocos recuerden la sucesión de acontecimientos. Plaza sólo lo alineó como titular ante el Yeclano (78 minutos) y, en cambio, apostó por el recién llegado Trobbiani frente al Betis B. El hispanoargentino, recomendado por Bahía -como un sinfín de jugadores de aquella temporada e incluso luego Movilla y Cañizares-, figuró entre los once elegidos. En el minuto 70 lo sustituyó Fernando. Aquella tarde Antonio Montero 'Nene' predijo en La Rosaleda. «A este (Trobbiani) le da mil vueltas Fernandito. Trobbiani no llegará a nada y Fernandito jugará en Primera». Y así fue. El futbolista malagueño evolucionó a funciones más ofensivas e incluso en el Bernabéu lideró el ataque del Betis. Paradójico, porque aquella frase pronunciada por el entrenador local se produjo ante el filial verdiblanco.
Una supuesta lesión
Antes de aquel último partido, contra el Guadix -ya con Ismael Díaz como entrenador-, Fernando se quedó inédito ante el Mar Menor y también contra el Écija. Precisamente en la víspera de este encuentro surgió todo el conflicto. Durante la semana el padre del futbolista malagueño (entonces no tenía agente) había recibido presiones para que firmara un contrato de representación con la empresa que manejaba el Málaga. La negativa provocó que los responsables deportivos, Tolo Plaza y Albis, lo excluyeran de la convocatoria. El argumento fue una lesión inexistente.
Fernando se marchó aquel 22 de noviembre llorando, contrariado y frustrado. La ilusión de aquel chaval de Martiricos que había crecido a 150 metros de La Rosaleda había sido pisoteada. Ni siquiera el relevo en el banquillo y los mimos de Ismael Díaz -también impuesto por Bahía, dicho sea de paso- hizo cambiar de opinión a su padre. La tremenda decepción lo llevó por primera vez a coger el teléfono a emisarios de otros clubes, entre ellos el Real Madrid. El domingo, casi cuatro mil días después, el futbolista malagueño vivirá otra emoción, la opuesta, debutar con el Málaga en Primera División. Y de la mano, curiosamente, de la persona más importante en el cuerpo técnico hace casi 11 años, Antonio Tapia, el que rescató a Guede y que ahora, cosas de la vida, está representado por Bahía.
Fuente: SUR.es
Última edición por Mario el Miér 10 Sep 2008 - 10:10, editado 1 vez