El exjugador del Oviedo y el Málaga es la mano derecha del técnico Juan Ramón Muñiz "Ya estoy dentro, la oportunidad en el banquillo me llegará con el tiempo", afirma.
El idilio de Julio César Dely Valdés --Colón (Panamá), 12-03-1967-- con el fútbol parece no tener fin. Retirado de los terrenos de juego en el 2003 en el Nacional de Montevideo, los aficionados al balompié todavía recuerdan su elegancia, profesionalidad y eficacia realizadora de cara al gol. Ahora, Valdés es el segundo entrenador del Málaga después de dirigir al combinado sub-17 y sub-20 de Panamá y de ser durante unos meses técnico interino de la selección.
Veloz, gran rematador de cabeza y con un extraordinario olfato de gol, el delantero panameño decidió cambiar el césped por los banquillos y regresó al Málaga por expreso deseo del presidente, Fernando Sanz, quien compartió con el ariete panameño muchas horas en el vestuario malacitano.
"Teníamos buena relación y él había seguido mi trayectoria en Panamá como técnico, así que después del Mundial en Canadá con la sub-20 acepté la propuesta", confiesa Valdés. Y es que desde su marcha, el delantero siempre ha estado ligado a Málaga, la ciudad que le rindió un amor especial. "Me gusta mucho España y después de seis años aquí no puedo mentir, me tira mucho vivir en Málaga", dice sin esconder sus preferencias.
Goleador histórico
En 1997 llegó a España para jugar en el Oviedo y en el 2000 decidió poner rumbo al sur, donde el Málaga acababa de perder a su máxima referencia en el ataque, Catanha, y buscaba a la desesperada un delantero. Entonces, Dely Valdés no defraudó. Junto a otro gran futbolista como Darío Silva regaló muchas noches de sueños a los aficionados andaluces y muchos aún le recuerdan por ser el artífice de los dos goles en Elland Road que rubricaron la clasificación del equipo para los octavos de final de la Copa de la UEFA. "Con Darío he hablado varias ocasiones estos años, sobre todo después de su accidente. La verdad que juntos hicimos muchas cosas buenas para el Málaga", recuerda Dely Valdés. Su lucha en el área, donde nunca dio un balón por perdido, y su buen remate de cabeza le convirtieron en el máximo goleador de la historia del Málaga con 38 tantos.
El exjugador panameño debutó como futbolista profesional a los 15 años con el Atlético Colón y desde muy pequeño trajo a sus padres de cabeza cuando se pasaba las horas junto a sus hermanos dándole patadas a un balón. Ahora, Dely Valdés quiere ir "poco a poco" en su ascenso como entrenador y asegura que no tiene "prisa, porque al final todo llegará, en España o donde sea. Soy una persona paciente y tranquila, así que no me voy a agobiar con el tema de buscar un puesto en la Liga española", explica.
Durante sus tres años en Málaga demostró que su gran potencial en todos los campos españoles que recorrió. Y ahora los años parece que no han pasado factura al delantero panameño, que todavía mantiene un buen tono físico y reconoce que le gusta "seguir en contacto con el balón. Además, tengo un físico bueno que me ayuda a sentirme bien cuando juego". Dely Valdés asegura que ser la mano derecha de López Muñiz no le ha cambiado y que por el momento solo persigue una meta: convertirse en un buen entrenador. "Ya estoy dentro. Y la oportunidad me llegará con el tiempo", apunta.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=540236
El idilio de Julio César Dely Valdés --Colón (Panamá), 12-03-1967-- con el fútbol parece no tener fin. Retirado de los terrenos de juego en el 2003 en el Nacional de Montevideo, los aficionados al balompié todavía recuerdan su elegancia, profesionalidad y eficacia realizadora de cara al gol. Ahora, Valdés es el segundo entrenador del Málaga después de dirigir al combinado sub-17 y sub-20 de Panamá y de ser durante unos meses técnico interino de la selección.
Veloz, gran rematador de cabeza y con un extraordinario olfato de gol, el delantero panameño decidió cambiar el césped por los banquillos y regresó al Málaga por expreso deseo del presidente, Fernando Sanz, quien compartió con el ariete panameño muchas horas en el vestuario malacitano.
"Teníamos buena relación y él había seguido mi trayectoria en Panamá como técnico, así que después del Mundial en Canadá con la sub-20 acepté la propuesta", confiesa Valdés. Y es que desde su marcha, el delantero siempre ha estado ligado a Málaga, la ciudad que le rindió un amor especial. "Me gusta mucho España y después de seis años aquí no puedo mentir, me tira mucho vivir en Málaga", dice sin esconder sus preferencias.
Goleador histórico
En 1997 llegó a España para jugar en el Oviedo y en el 2000 decidió poner rumbo al sur, donde el Málaga acababa de perder a su máxima referencia en el ataque, Catanha, y buscaba a la desesperada un delantero. Entonces, Dely Valdés no defraudó. Junto a otro gran futbolista como Darío Silva regaló muchas noches de sueños a los aficionados andaluces y muchos aún le recuerdan por ser el artífice de los dos goles en Elland Road que rubricaron la clasificación del equipo para los octavos de final de la Copa de la UEFA. "Con Darío he hablado varias ocasiones estos años, sobre todo después de su accidente. La verdad que juntos hicimos muchas cosas buenas para el Málaga", recuerda Dely Valdés. Su lucha en el área, donde nunca dio un balón por perdido, y su buen remate de cabeza le convirtieron en el máximo goleador de la historia del Málaga con 38 tantos.
El exjugador panameño debutó como futbolista profesional a los 15 años con el Atlético Colón y desde muy pequeño trajo a sus padres de cabeza cuando se pasaba las horas junto a sus hermanos dándole patadas a un balón. Ahora, Dely Valdés quiere ir "poco a poco" en su ascenso como entrenador y asegura que no tiene "prisa, porque al final todo llegará, en España o donde sea. Soy una persona paciente y tranquila, así que no me voy a agobiar con el tema de buscar un puesto en la Liga española", explica.
Durante sus tres años en Málaga demostró que su gran potencial en todos los campos españoles que recorrió. Y ahora los años parece que no han pasado factura al delantero panameño, que todavía mantiene un buen tono físico y reconoce que le gusta "seguir en contacto con el balón. Además, tengo un físico bueno que me ayuda a sentirme bien cuando juego". Dely Valdés asegura que ser la mano derecha de López Muñiz no le ha cambiado y que por el momento solo persigue una meta: convertirse en un buen entrenador. "Ya estoy dentro. Y la oportunidad me llegará con el tiempo", apunta.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=540236