Tras explotar la debilidad del Atlético en el segundo palo, el Málaga no ha vuelto a rentabilizar las acciones a balón parado
Las acciones a balón parado han perdido peso en el Málaga, justo cuando más deberían tenerlo. Para un equipo limitado en numerosas facetas del juego, la eficacia en este tipo de jugadas se podría convertir en una buena tabla de salvación, pero lo cierto es que si se exceptúa el primer partido liguero el beneficio ha sido inexistente. Para ello confluyen numerosos factores, los más importantes, el escaso tino en el golpeo de los centros y el reducido potencial en el juego aéreo que muestra la plantilla.
En la cita liguera inaugural el Málaga aprovechó muy bien las carencias del Atlético de Madrid. Juan Ramón Muñiz conocía que el cuadro rojiblanco se muestra débil en la defensa del segundo palo y trató de sacar partido por esa zona. En efecto, dos de los tres goles se generaron así. En uno, Manu fusiló a Asenjo al recoger su rechace tras una falta lateral que remató Luque desde la parcela crítica, y en el otro Xavi Torres, sin marcaje alguno, marcó de cabeza en un córner botado por Benachour.
Lógicamente, los demás rivales no han exhibido la misma debilidad que el Atlético para defenderse en este tipo de acciones, pero el Málaga tampoco ha sabido aprovechar cada falta lateral o saque de esquina de los que ha dispuesto. Según las estadísticas tomadas por este periódico el cuadro entrenado por Muñiz ha sacado nada menos que cuarenta córners en la Liga después de aquel partido, y casi ninguno ha tenido trascendencia, como sucede también en el caso de los golpes francos indirectos.
Ocasiones de Weligton
Lo más cercano al gol que se recuerda son sendas dobles oportunidades de Weligton en los dos últimos partidos de casa: frente al Almería (1-2), cuando el sol pudo cegar parcialmente al meta brasileño Diego Alves, y ante el Valencia, en una acción en la que el brasileño reclamó manos de un defensa rival. Curiosamente, el central, que sólo lleva un gol oficial en el Málaga desde su llegada hace dos temporadas y media, suele ser el destinatario de muchos de los golpeos. Más que una mala racha o el infortunio, el devenir de los partidos parece haber acreditado que no es un jugador con dotes para definir.
Frente al Valencia llamó la atención que Muñiz decidiera que otro central, el serbio Stepanov, no apareciera al remate en el área en muchas de las acciones a balón parado. No necesariamente la altura ha de estar asociada a la capacidad realizadora de cabeza. El Málaga dispuso en sus filas de Canabal, que superaba con creces el metro noventa y que apenas destacó por su juego aéreo. En el plano opuesto, hay futbolistas con buena capacidad de salto y que no llegan al metro ochenta, como Ayala o Kalu Uche, por citar algunos jugadores en activo en la Liga.
Este Málaga no asusta por alto. Además de Stepanov y Weligton, hombres como Manu, Cuadrado, Xavi Torres, Juanito, Baha, Obinna, Luque o Edinho -este quizás el que reúne mejores condiciones atléticas para el salto- no son especialmente resolutivos en esta faceta, y el defensa tradicionalmente más eficaz, Hélder Rosário, permanece inédito todavía en competición oficial.
Más allá de este detalle también convendría poner la lupa en los lanzadores. Frente al golpeo potente de Luque, que a veces implica un peligro en cuanto al rechace del portero o los rebotes en otros jugadores, Duda no ha mostrado la eficacia de antaño. El que fuera mejor asistente del equipo la pasada campaña logró un gol de falta directa ante el Racing (tercera jornada) que no sirvió para puntuar, pero apenas ha repetido sus habituales centros medidos con rosca.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-11-05/estancado-estrategia-20091105.html