El Málaga echa en falta disponer de un delantero referencia y se encomienda a una mejor producción de la segunda línea
Cuatro derrotas consecutivas no componen una buena cosecha de resultados, máxime cuando en varios de esos encuentros el rival compartió un nivel similar. Es lo que le ha sucedido al Málaga, que observó con resignación cómo el triunfo cayó del lado del Deportivo, Racing de Santander, Espanyol y Barcelona. Aun así, el marcador no supone la principal preocupación del cuerpo técnico blanquiazul, convencido de que éste se tornará positivo debido al buen hacer y el trabajo realizado hasta la fecha. La falta de gol sí es, no obstante, un quebradero de cabeza para Juan Ramón López Muñiz. En la plantilla que dirige no figura un delantero que sirva de referencia para los centrocampistas y que focalice el juego de ataque, como hacía, por ejemplo, Zigic en su anterior etapa en el Racing. Es por eso que se espera más producción por parte de la segunda línea, la cual tuvo un papel esencial la temporada pasada. Encontrar un Eliseu, en la Lazio, o un Apoño, lesionado, se hace ahora imprescindible.
Obinna y Edinho, los jugadores incorporados en verano como recambios de Adrián y Salva, no son puntas al uso y tampoco destacan por su facilidad anotadora. El nigeriano acumula numerosas virtudes, como velocidad, desparpajo y versatilidad, pero no lleva el gol en las venas. Lo demuestran las estadísticas que registró en cuatro temporadas en el Calcio italiano, donde marcó 20 tantos en 91 encuentros y sólo uno de ellos el curso pasado en el Inter de Milan. Su caso es similar al del portugués, un futbolista cuyas características le permiten adaptarse a diversas demarcaciones ofensivas y que nunca ha sobrepasado el listón de la decena en un ejercicio en toda su carrera. En el último, firmó con el AEK de Atenas siete en 25 partidos.
Pese a que ambos jugadores presentan condiciones, sus cualidades no han sido las idóneas en situaciones acaecidas en estas derrotas. Contra el conjunto cántabro, el equipo albiceleste echó en falta disponer de alguien que rematara alguno de los cuantiosos balones que se colgaron en el área racinguista. Ante el Espanyol, sucedió que, con el marcador de cara, ningún delantero supo jugar de espaldas para ayudar a conservar la posesión. Ante el Barcelona el escenario fue menos favorable aún, pues los de Muñiz no dispararon entre los tres palos.
Así las cosas, se aguarda una mayor aportación realizadora desde la medular y la mediapunta. El cuerpo técnico estima que será necesario convertir unos 50 tantos para certificar la permanencia (con Antonio Tapia al frente, el Málaga marcó 55 y acabó como el sexto más letal del campeonato), por lo que pinta como primordial dar con alguien que efectúe el rol de Eliseu (siete dianas) o del inactivo Apoño (pichichi malaguista junto con Baha con nueve). De hecho, el luso y el palmillero, más Luque, quien firmó ocho tantos, copan tres puestos en los cinco máximos goleadores en la Liga pasada (Salva cierra la lista con seis). Por contra, los hombres que ocupan tales posiciones actualmente, caso de Forestieri, Valdo o Benachour, no brillan en esa faceta. El más avezado es el de Rosario, con cinco aciertos en 21 encuentros en su periodo previo en Italia.
El gol, por tanto, es asunto prioritario y Muñiz está ponderando su ensayo en los entrenamientos. Sin embargo, pese a que la mayoría fueron conseguidos ante el Atlético, hace un año el Málaga contaba sólo con uno menos. Los antecedentes reclaman tiempo para afinar la puntería.
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