Una jornada de convivencia con viaje en autobús, dos horas de carreras de karting y un ágape en el estadio, repartida entre los bolsillos de futbolistas y técnicos, supone un gasto nimio para éstos. Sus salarios, unos más altos que otros, se cifran en miles y miles de euros. Así que no habría problema. Pero esta jornada de unidad y buen rollo que ha vivido la plantilla del Málaga en la localidad de Campillos ha sido diferente en cuanto al reparto del dispendio. Y sólo ha tenido un pagador: Xavi Torres. El centrocampista alicantino tuvo una salida de tono a principios de semana en una emisora malagueña. Dejó entrever que se siente señalado y que está muy molesto por las continuas sustituciones a las que le somete Muñiz. Y si hay algo que el técnico no perdona fuera de lo que sucede en el césped son las declaraciones altisonantes. La rajadita le va a costar al mediocentro cerca de 2.500 euros. El coste de pasar la mañana en el Karting Campillos ha sido de 1.240 euros, con descuento incluido. La comida posterior en el estadio, 800 euros. Y a ello hay que sumarle el gasto de la ida y vuelta en autobús hasta Campillos.
Hay quien dice que Xavi Torres se pone hasta a temblar cuando ve un micrófono o una grabadora. El día que el jefe de prensa le reclame para comparecer ante los medios, llega corriendo a Estepona. "Ha aprendido otra lección", se comenta en el entorno del vestuario del Málaga. Pues que la haya aprovechado bien, porque ha pagado por ella casi dos cursos completos en la Universidad.
Hay quien dice que Xavi Torres se pone hasta a temblar cuando ve un micrófono o una grabadora. El día que el jefe de prensa le reclame para comparecer ante los medios, llega corriendo a Estepona. "Ha aprendido otra lección", se comenta en el entorno del vestuario del Málaga. Pues que la haya aprovechado bien, porque ha pagado por ella casi dos cursos completos en la Universidad.