Más vale bueno conocidoMuñiz, que el pasado viernes llegó a un acuerdo con el Racing para desvincularse del club cántabro, arrancará su tercera etapa en el Málaga · Metódico, serio y trabajador, sus cualidades en el banquilloMañana lunes, primer aniversario del retorno del Málaga a Primera, Juan Ramón López Muñiz dejará de ser entrenador del Racing de Santander, con el que le unía un año más de contrato. Una vez formalizada su desvinculación del club cántabro, el técnico tendrá las manos libres para firmar por el Málaga para las dos próximas temporadas, salvo sorpresa o cambio de última hora.
Tras la no renovación y posterior marcha de Antonio Tapia, el Málaga había pasado a ser el único equipo de la Liga sin técnico. Tal circunstancia tenía su causa en la espera del desenlace de la partida de ajedrez entre Muñiz y el Racing, representado por su presidente, Francisco Pernía. Ningún contendiente quería mover ficha para solucionar una situación de final ya escrito: Muñiz tenía que salir debido a la tensa relación con los dirigentes y aficionados racinguistas, cuyas altas expectativas por la campaña anterior se alejaban de la realidad.
El ansiado acuerdo para desligarse de la entidad racinguista llegó el pasado viernes, lo que permite que Muñiz y Málaga vuelvan a encontrarse. Regresa, por lo tanto, el artífice del ascenso y el gran deseado por Fernando Sanz para el banquillo blanquiazul. Dispondrá de un bloque de su propia cosecha, pues la mayoría de los jugadores ya los tuvo la pasada temporada en Segunda. Pese a su conocimiento del plantel, tiene una ardua tarea por delante, ya que el conjunto costasoleño se ve en la obligación de cubrir muchas posiciones después de la salida de 12 jugadores, entre cedidos y libres.
Muñiz posee una más que correcta hoja de servicios como futbolista en Primera. Defendió las elásticas de Sporting de Gijón, con el que debutó en 1991, Rayo Vallecano, y Numancia, donde se retiró en 2002. Central de sobrias maneras, siempre gozó de la total confianza de sus entrenadores.
Su experiencia en los banquillos arrancó en 2006, al frente del UD Marbella. El Málaga se lo trajo en octubre del mismo año para reconducir una trayectoria que parecía abocada a la Segunda División B. 20 meses después, la escuadra blanquiazul regresaba a la élite. Su buen hacer no pasó desapercibido en el Racing, que le convenció para emprender la aventura europea. La presión y la nostalgia de la grada fue una losa demasiado pesada para Muñiz, que, pese al crispado ambiente, cumplió el objetivo de continuar en la máxima categoría con un equipo muy mermado respecto al curso anterior.
Metódico y trabajadorMuñiz cumple punto por punto el perfil que el Málaga deseaba para su banquillo: metódico, serio, trabajador incansable, exigente con los futbolistas y creador de vestuarios unidos, además de vasto conocedor de la casa. Al igual que Tapia, es el primero en llegar y el último en irse de La Rosaleda.
Una de las virtudes del asturiano reside en su trato con los jugadores. No dejó que éstos se despistaran cuando el Málaga entró en Proceso Concursal. Recondujo la situación con maestría. Dos temporadas y media después, los resultados saltan a la vista.
Acierto en la parcela técnicaMuñiz puede presumir de saber dirigir con acierto la dirección deportiva. Asumió tal responsabilidad poco después de aterrizar en Martiricos y los frutos brotaron pronto: ascenso a Primera en la primera temporada con total poder de decisión. Apoño, Eliseu, Baha, Weligton o Helder son productos de la factoría de Muñiz, con un ojo especial a la hora de apreciar talento. El palmillero es el ejemplo más claro de ello: en dos años, Apoño ha pasado de militar en Segunda B con el Marbella a ser codiciado por varios clubes de Primera y del extranjero. Su exitosa premiere en la máxima categoría del fútbol nacional le hace estar en todos los escaparates. Y Muñiz fue su descubridor.
Tercera etapa blanquiazulCon ésta que empieza, ya son tres las etapas de Muñiz en el Málaga. La primera tuvo lugar en la campaña 2003/2004, como segundo de Juande Ramos en el banco blanquiazul. Fue en ese momento cuando dio muestras de su valía. Fernando Sanz, futbolista en aquella época, tomó nota, y pasado el primer tercio de la 06/07, le encargó la misión de hacerse cargo del equipo tras su efímero paso por el Marbella. Dejó al Málaga en Primera, y, ahora, lo recoge rozando los puestos UEFA.
Equipo ordenado y rocosoLos equipos de Muñiz son sobre el césped un reflejo del carácter del asturiano: ordenados, serios y disciplinados. Pertrechar la defensa es el primer paso, para después buscar el gol con eficiencia. Su estilo de juego es correoso y duro, sin descuidar en ningún momento la propia meta. Se le critica cierta inhibición ofensiva en sus escuadras, pero éstas saben a lo que juegan. También procura que sus jugadores disfruten de intensidad y poderío físico.
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