"El resultado de las europeas no determina nada". Hace 10 meses, los principales dirigentes del PSOE y del PP, incluidos sus números uno, repetían esta idea en privado. Pero la crisis económica lo cambió todo. Su virulencia y la imprevista victoria del Partido Popular en las elecciones gallegas han trastocado los planes.
El PP, donde Mariano Rajoy se juega su liderazgo si obtiene un mal resultado, ha visto en la convocatoria de hoy una ocasión para asestar un golpe seco al Gobierno de Zapatero que, si no lo derriba, al menos lo desestabilice en plena crisis. Eso, sumado a la debilidad parlamentaria, haría mucho más eficaz su oposición. Ante esta posibilidad, el PSOE ha tenido que ponerse manos a la obra para levantar un dique de contención a la posible marea de voto de la derecha y a la indiferencia de sus propios votantes.
El resultado ha sido una campaña bronca y áspera en la que nadie ha buscado el voto moderado, casi seguro abstencionista, sino la movilización de los propios, de los más convencidos.
Mariano Rajoy se juega mucho más que José Luis Rodríguez Zapatero en la convocatoria electoral de hoy: está en la oposición, tiene problemas internos, y si pierde estas elecciones, en las que se ha volcado como si fuera el candidato, los críticos a su liderazgo reaparecerán con dureza. Pero el presidente del Gobierno también sabe que con una derrota clara, los próximos meses serán políticamente un infierno para él con la vista puesta en las municipales y autonómicas de 2011. Además, coincidirá con la presidencia española de la UE que arranca en enero de 2010. Por eso, además de ganar o perder, todos están atentos a la diferencia entre los dos y a la abstención, gran protagonista de estos comicios.
http://www.elpais.com/articulo/espana/Estabilidad/liderazgo/alero/elpepuesp/20090607elpepinac_1/Tes
El PP, donde Mariano Rajoy se juega su liderazgo si obtiene un mal resultado, ha visto en la convocatoria de hoy una ocasión para asestar un golpe seco al Gobierno de Zapatero que, si no lo derriba, al menos lo desestabilice en plena crisis. Eso, sumado a la debilidad parlamentaria, haría mucho más eficaz su oposición. Ante esta posibilidad, el PSOE ha tenido que ponerse manos a la obra para levantar un dique de contención a la posible marea de voto de la derecha y a la indiferencia de sus propios votantes.
El resultado ha sido una campaña bronca y áspera en la que nadie ha buscado el voto moderado, casi seguro abstencionista, sino la movilización de los propios, de los más convencidos.
Mariano Rajoy se juega mucho más que José Luis Rodríguez Zapatero en la convocatoria electoral de hoy: está en la oposición, tiene problemas internos, y si pierde estas elecciones, en las que se ha volcado como si fuera el candidato, los críticos a su liderazgo reaparecerán con dureza. Pero el presidente del Gobierno también sabe que con una derrota clara, los próximos meses serán políticamente un infierno para él con la vista puesta en las municipales y autonómicas de 2011. Además, coincidirá con la presidencia española de la UE que arranca en enero de 2010. Por eso, además de ganar o perder, todos están atentos a la diferencia entre los dos y a la abstención, gran protagonista de estos comicios.
http://www.elpais.com/articulo/espana/Estabilidad/liderazgo/alero/elpepuesp/20090607elpepinac_1/Tes