Goitia está a un paso de dejar el Málaga precisamente tras el año en que ha mostrado más madurez y una notable progresión en varias facetas
«El problema es que no es espectacular, lo hace todo muy sencillo». Fernando Peralta suele condensar en esa frase las virtudes que adornan a Iñaki Goitia. Dos salidas con solvencia, un 'mano a mano' con Jonathan Pereira, una rápida reacción a un bote bajo del balón y dos estiradas sin arriesgar lo mínimo. Eso sucedió el domingo. El guardameta vasco está a un paso de dejar el Málaga precisamente en su mejor momento.
El entrenador, Antonio Tapia, suele recordar que Goitia «siempre acaba muy bien las temporadas», y el responsable de la preparación de los porteros, Paco Ruiz, recalcaba hace una semana que trabajar a diario con él y Arnau «es una maravilla». Los técnicos del club van más allá al hablar del papel del segundo jugador malaguista nacido en Cruces (después del recordado centrocampista Martín): estiman que gracias a sus intervenciones ha asegurado de diez a doce puntos.
«Lo que no se valora es que ha tenido intervenciones decisivas cuando todavía no teníamos el partido a favor», recuerda uno de sus compañeros. Actuaciones en Villarreal, en Valladolid, en casa contra el Espanyol u Osasuna, el domingo pasado... Por no hablar de su recital ante el Madrid. En numerosos encuentros el lucimiento de un delantero o un extremo oscureció el papel clave de Goitia. Y aunque se suele afirmar que los porteros «están para eso, para parar», en el vestuario sí se valora el papel esta temporada tanto de Goitia como de Arnau.
Serenidad
El análisis de los últimos encuentros depara como conclusión que Goitia transmite una gran serenidad en sus intervenciones. Algunos pueden achacarlo al hecho de tener el futuro resuelto -aunque no ha firmado con otro club a la espera de que sea factible un acuerdo con el Málaga-, pero en el seno de la plantilla todos inciden en que obedece a su progresión durante esta temporada.
Básicamente a Goitia se le ve considerablemente mejor en tres facetas importantes para un guardameta: la toma de decisiones, las salidas y las intervenciones en los 'uno contra uno'. En el primero de los casos el vasco está mucho más certero. En las últimas semanas han sobrado ejemplos y sólo basta recordar uno el domingo ante el Racing, con una salida al filo del área para atajar el balón ante la irrupción de un contrario. Para ello se hace valer de su rapidez. Los técnicos siempre le insistieron en la obligación de explotar esa virtud que no tienen todos los guardametas.
Decisiones
En las salidas, su principal rémora, también se aprecia una mejoría considerable. Los técnicos no creen que Goitia sea un portero empeñado en mantenerse bajo los palos. Simplemente limita sus acciones a momentos en que lo ve absolutamente claro. Tomar una decisión en esas jugadas suele ser un dilema, pero él lo resuelve cada vez con más empaque e incluso ya emplea con frecuencia los puños, una opción que raras veces tomaba. Ahora sí se deja ver. Conclusión: antes limitaba sus salidas cuando no estaba convencido, y ahora se deja ver y recurre a los puños.
Goitia se marchará del Málaga con una tremenda madurez. Lejos queda el primer consejo de una larga serie: no esconder la cara en el 'uno contra uno'. De ahí que se le valore más fuera que entre sus aficionados y dirigentes.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-05-13/adios-mejor-momento-20090513.html
«El problema es que no es espectacular, lo hace todo muy sencillo». Fernando Peralta suele condensar en esa frase las virtudes que adornan a Iñaki Goitia. Dos salidas con solvencia, un 'mano a mano' con Jonathan Pereira, una rápida reacción a un bote bajo del balón y dos estiradas sin arriesgar lo mínimo. Eso sucedió el domingo. El guardameta vasco está a un paso de dejar el Málaga precisamente en su mejor momento.
El entrenador, Antonio Tapia, suele recordar que Goitia «siempre acaba muy bien las temporadas», y el responsable de la preparación de los porteros, Paco Ruiz, recalcaba hace una semana que trabajar a diario con él y Arnau «es una maravilla». Los técnicos del club van más allá al hablar del papel del segundo jugador malaguista nacido en Cruces (después del recordado centrocampista Martín): estiman que gracias a sus intervenciones ha asegurado de diez a doce puntos.
«Lo que no se valora es que ha tenido intervenciones decisivas cuando todavía no teníamos el partido a favor», recuerda uno de sus compañeros. Actuaciones en Villarreal, en Valladolid, en casa contra el Espanyol u Osasuna, el domingo pasado... Por no hablar de su recital ante el Madrid. En numerosos encuentros el lucimiento de un delantero o un extremo oscureció el papel clave de Goitia. Y aunque se suele afirmar que los porteros «están para eso, para parar», en el vestuario sí se valora el papel esta temporada tanto de Goitia como de Arnau.
Serenidad
El análisis de los últimos encuentros depara como conclusión que Goitia transmite una gran serenidad en sus intervenciones. Algunos pueden achacarlo al hecho de tener el futuro resuelto -aunque no ha firmado con otro club a la espera de que sea factible un acuerdo con el Málaga-, pero en el seno de la plantilla todos inciden en que obedece a su progresión durante esta temporada.
Básicamente a Goitia se le ve considerablemente mejor en tres facetas importantes para un guardameta: la toma de decisiones, las salidas y las intervenciones en los 'uno contra uno'. En el primero de los casos el vasco está mucho más certero. En las últimas semanas han sobrado ejemplos y sólo basta recordar uno el domingo ante el Racing, con una salida al filo del área para atajar el balón ante la irrupción de un contrario. Para ello se hace valer de su rapidez. Los técnicos siempre le insistieron en la obligación de explotar esa virtud que no tienen todos los guardametas.
Decisiones
En las salidas, su principal rémora, también se aprecia una mejoría considerable. Los técnicos no creen que Goitia sea un portero empeñado en mantenerse bajo los palos. Simplemente limita sus acciones a momentos en que lo ve absolutamente claro. Tomar una decisión en esas jugadas suele ser un dilema, pero él lo resuelve cada vez con más empaque e incluso ya emplea con frecuencia los puños, una opción que raras veces tomaba. Ahora sí se deja ver. Conclusión: antes limitaba sus salidas cuando no estaba convencido, y ahora se deja ver y recurre a los puños.
Goitia se marchará del Málaga con una tremenda madurez. Lejos queda el primer consejo de una larga serie: no esconder la cara en el 'uno contra uno'. De ahí que se le valore más fuera que entre sus aficionados y dirigentes.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-05-13/adios-mejor-momento-20090513.html