"Físicamente estaba perfecto en 2006, con 32 años. Hubiera aguantado bien para jugar al menos hasta este año. Dejar el fútbol, en el que tanto me costó triunfar después de lo mucho que sufrí en el Real Madrid, y meterme en un despacho con tanto desbarajuste... Pero no había muchas más alternativas. No sólo mi futuro de futbolista, sino el de todos mis compañeros, estaba en juego. Sólo quedaba hacerse con las riendas e intentar salvar al Málaga. Siendo sincero, con los malos ratos que he pasado, a día de hoy no lo hubiera hecho". Sanz acude a la cita del Asador acompañado por su cuñado, adjunto a la presidencia y mano derecha, Luis Yáñez. Yáñez, licenciado en Económicas y doctor en dineros del fútbol, aleccionaba a Fernando y manejaba calculadoras mientras el ya ex central ponía las buenas, pero sobre todo las malas caras de una dramática situación. Sanz:
"Esto para mí ha sido como un máster. Antes tenía la cabeza para darle al balón y poco más. Luis me enseñó desde cero, haciéndome incluso croquis para que me enterara. El Málaga era un tren en vía muerta, condenado a pararse y desaparecer. Llegué y había jugadores de Segunda con fichas buenas de Primera. Había que tomar el toro por los cuernos, decirle a la gente la verdad. A los futbolistas que no podían cobrar, que se fueran. A la afición, que corríamos un riesgo deportivo. Lo que no se puede hacer es huir hacia adelante, endeudarse más. Pero yo tenía al Málaga en el corazón, me sentía muy querido como futbolista y también ahora como presidente". Yáñez intercede por su cuñado:
"Hay que recordar que Fernando es el que más partidos ha jugado con el Málaga en Primera. Otro dice y toma las decisiones que él tomó y lo linchan. Por ser quién es, la sociedad malagueña se lo ha tolerado". Tira de humildad Fernando y reconoce que las cosas han salido incluso mejor de lo esperado:
"Nuestros objetivos eran: primero sanear al club, luego tener una buena ciudad deportiva para cuidar a la cantera y después subir a Primera. Saneamos al Málaga, subimos antes de lo previsto y lo de la ciudad deportiva va por buen camino. Con suerte o no, todo lo que dijimos se ha cumplido". ¿Y lo de Europa, qué?, pregunta Manolete:
Sin urgencias. "Si jugamos en Europa será para divertirnos. Lo consideraremos un premio, no una obligación. No vamos a tirar la casa por la ventana y haremos el equipo igual, para mantenernos. Pase lo que pase, el año que viene tendremos el mismo objetivo: la permanencia". La frase 'economía de guerra' permanece vigilante durante todo el almuerzo. Real Sociedad, Sporting y ahora el Valencia han pasado las de Caín para pagar. Sanz afrontó en su desembarco como presidente una Ley Concursal para salvar al club de la desaparición, y no quiere otra situación ni parecida:
"La gente se equivoca cuando dice que estamos tan arriba gracias a la Ley Concursal. Eso se acabó en julio del año pasado. De hecho, nuestro proceso concursal es el más corto que ha habido, más que los del Sporting y Las Palmas. Mis jugadores están absolutamente al día. En el Málaga, a veces, se cobra antes de tiempo. Nosotros no tenemos tope salarial, sino responsabilidad. ¿De qué le ha valido el tope salarial a otros? Por eso no han renovado aún muchos jugadores. No volveremos al 2006. La gente presiona, pero hay que tener sentido común. La clave del éxito está en no gastar más de lo que se tiene". Se trata no sólo de hinchar el pecho, sino de dar un aviso a navegantes, a ese grupo salvaje que ha salido del anonimato en Málaga y al que ahora no cesan de acercársele novias: los Apoño, Gámez, Baha, Eliseu, Goitia, el técnico Tapia...
"Se habla de ofertas por muchos jugadores pero, a día de hoy, el Málaga no ha recibido un fax o un e-mail con una oferta formal por nadie. Y no hemos buscado entrenador porque Antonio Tapia no nos ha dicho todavía que no vaya a seguir. Nosotros le hemos hecho una proposición pero, si se va, espero que nos lo diga lo antes posible. Me alegraré de que triunfe en otro sitio, porque es un hombre querido en la casa, pero la vida seguirá, como siguió cuando se marchó Muñiz. Yo seré el primero que les diga a los jugadores o al técnico: si te pagan más y nos dan lo que vale tu cláusula, vete. Y también les diré que se aseguren de que van a cobrar lo firmado. Con nosotros, lo que firman lo tienen". Fernando perteneció a la Quinta de los Ferraris, pero ahora que conoce el lado oscuro, en el que hay que administrar con mimo cada euro, le incomodan algunas cifras:
"El Málaga tiene un presupuesto de 20,5 millones. 11,5, brutos, para los sueldos de los jugadores. Tres millones van para un futbolista llamado 'concurso de acreedores'. Cuando escucho decir a algún futbolista que él vale 100 millones... Ahora, 100.000 euros parecen calderilla, con lo que supone eso para una persona normal. El mundo del fútbol le ha perdido el respeto al dinero". Críticas mudas para Cristiano Ronaldo, porque la diplomacia le puede al hijo de un ex presidente. También a la hora de hablar del Madrid. Fernando es socio blanco y le duele el Madrid, aunque no lo reconozca con vehemencia. Así torea el proceso electoral:
"Se me sigue vinculando demasiado con el Madrid. En el 2-6 estaba en Soria, viendo a mi equipo. Soy socio madridista desde hace muchos años, pero bastante tengo con el Málaga. No me he planteado presentarme a las elecciones. Lo único que quiero es que la persona que entre lo haga bien". Roncero y Pedro Pablo insisten: ¿Qué tenía aquel Madrid de 1998, con Sanz en su plantilla, para ganar la Séptima? ¿Qué no tiene éste para llevar tantos años (cinco) sin traspasar los octavos de la Champions?
Miembro de la Séptima. "Entonces, con aquel equipo, no parecía que íbamos a ganar la séptima Copa de Europa. No sé cómo será ahora, pero lo más importante de aquel Madrid es que cada uno sabía su papel: las estrellas, que eran estrellas y los otros, que todos éramos importantes. Había gente de la casa, un gran compromiso. Éramos una familia y nos partíamos la cara los unos por los otros en el campo". En aquella 'familia', Lorenzo Sanz era el presidente. ¿Qué le ha aportado eso a Fernando?
"¿Mi padre? Como futbolista desde luego que no me ayudó que fuera presidente. Y en cuanto a lo de aprender... Esto no tiene nada que ver con dirigir un Madrid o un Barcelona, que ni siquiera son sociedades anónimas deportivas y sólo tienen que rendir cuenta a sus socios. Dame a mí los presupuestos de esos equipos y ya verás...". Se asoma a la conversación la diferencia económica y, como consecuencia, clasificatoria que se aprecia cada vez más en Primera. Solución que aporta el Sanz dirigente, un mejor reparto de los ingresos televisivos:
"Demasiada igualdad hay para lo mal repartido que está el fútbol, sobre todo en el caso de los derechos de televisión. No puede ser que Real Madrid y Barcelona ganen 30 veces más que otros equipos de la misma categoría. Nosotros abogamos por un modelo como el inglés, en el que los derechos se negocian conjuntamente y luego se reparte el pastel. Está bien que cobren más, pero no tanta diferencia...". Luis Yañez va más allá de la televisión y aporta otras soluciones para que la economía de los pequeños del fútbol no sufra tanto:
"El otro día propusimos en la Liga que había que pedir al Gobierno una bajada de impuestos para el fútbol. Nosotros tributamos un 16 por ciento de IVA de entradas y abonos, cuando en el teatro, por ejemplo, se tributa sólo un siete. ¿No es el fútbol también un espectáculo?". De los abonos se habla y, por tanto, de la afición. Lo más importante para un club de fútbol, lo esencial, también, para Fernando Sanz en su experiencia como presidente malaguista:
Afición blanquiazul. "Estamos muy contentos con los malaguistas porque se han implicado. Y nosotros se lo hemos agradecido. A los 16.000 fieles que había en Segunda les dijimos que verían la Primera al mismo precio y les mantuvimos los abonos". Yañez avisa de que la temporada que viene los precios "se homogeneizarán" con los de otros clubes y todos terminamos hablando del futuro. ¿Hasta cuándo será Sanz presidente del Málaga? Su respuesta final:
"Yo tengo fecha de caducidad, sobre todo porque me encuentro incómodo con esta situación. Ya lo he dicho: si hubiera conocido la experiencia hace dos años, no me habría metido. Pero cuando me vaya, espero dejar al club en buenas manos...".