Mañana se cumple el primer aniversario de la lesión muscular de Rossato ante la Real Sociedad, tras la que no ha jugado ni un solo minuto oficial
En pleno fragor por el ascenso, el recto anterior de Rossato no pudo más. Nada menos que la zona muscular más importante en el futbolista, clave en el movimiento de golpeo del balón. Quién iba a decirle entonces al siempre jovial defensa brasileño que su calvario iba a prolongarse un año, que es el periodo que cumplirá mañana, después de aquel percance en La Rosaleda en el duelo frente a la Real Sociedad al poco de comenzar la segunda mitad.
El cuerpo médico, en acuerdo con los técnicos decidió ser cauto con la recuperación. A siete jornadas del final nunca se consideró oportuno marcarse como objetivo su regreso esa temporada, aunque no se descartaba si la evolución hubiera sido buena. Pero no lo fue. Ni siquiera en pretemporada su trabajo fue el mismo que para el resto de la plantilla en buena parte de los entrenamientos.
Lo peor fue su recaída en el primer amistoso de pretemporada. Fue apenas perceptible para los aficionados y la prensa presentes en el Municipal de Marbella. Ubicado cerca del banquillo, miró hacia él y se retiró de inmediato. La preocupación se agudizó. A nivel técnico, la plantilla se quedó sin su único lateral izquierdo específico y fue obligado reciclar a Calleja y a Nacho. No hubo fichajes.
En un primer momento se optó por un tratamiento conservador con infiltraciones en la zona en la Clínica Fremap de Sevilla, pero al no cicatrizar bien el músculo pasó por el quirófano en octubre. Teóricamente, ahí se acabó la pesadilla, pues en enero el brasileño ya se entrenaba con el grupo.
El buen rendimiento del equipo y, en concreto, de Calleja, no le ha dado oportunidad de salir. Unas molestias de éste permitieron que el martes viajara a Pamplona, en su primera convocatoria. Acaba contrato y el Espanyol podría quererle en caso de descenso.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-04-25/inedito-20090425.html
En pleno fragor por el ascenso, el recto anterior de Rossato no pudo más. Nada menos que la zona muscular más importante en el futbolista, clave en el movimiento de golpeo del balón. Quién iba a decirle entonces al siempre jovial defensa brasileño que su calvario iba a prolongarse un año, que es el periodo que cumplirá mañana, después de aquel percance en La Rosaleda en el duelo frente a la Real Sociedad al poco de comenzar la segunda mitad.
El cuerpo médico, en acuerdo con los técnicos decidió ser cauto con la recuperación. A siete jornadas del final nunca se consideró oportuno marcarse como objetivo su regreso esa temporada, aunque no se descartaba si la evolución hubiera sido buena. Pero no lo fue. Ni siquiera en pretemporada su trabajo fue el mismo que para el resto de la plantilla en buena parte de los entrenamientos.
Lo peor fue su recaída en el primer amistoso de pretemporada. Fue apenas perceptible para los aficionados y la prensa presentes en el Municipal de Marbella. Ubicado cerca del banquillo, miró hacia él y se retiró de inmediato. La preocupación se agudizó. A nivel técnico, la plantilla se quedó sin su único lateral izquierdo específico y fue obligado reciclar a Calleja y a Nacho. No hubo fichajes.
En un primer momento se optó por un tratamiento conservador con infiltraciones en la zona en la Clínica Fremap de Sevilla, pero al no cicatrizar bien el músculo pasó por el quirófano en octubre. Teóricamente, ahí se acabó la pesadilla, pues en enero el brasileño ya se entrenaba con el grupo.
El buen rendimiento del equipo y, en concreto, de Calleja, no le ha dado oportunidad de salir. Unas molestias de éste permitieron que el martes viajara a Pamplona, en su primera convocatoria. Acaba contrato y el Espanyol podría quererle en caso de descenso.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-04-25/inedito-20090425.html